/ jueves 31 de octubre de 2019

Urge uso de cámaras en cascos de policías

Una cosa es segura, el sistema de justicia penal no solo necesita ser actualizado de acuerdo a la realidad, sino también aportar las garantías y elementos suficientes a ministerios públicos, jueces y sobre todo policías, para evitar que de nuevo la ley sea una puerta giratoria.

Ejemplos hay muchos, pero nos remitiremos a un par de ellos, el primero aquel operativo en que fue detenido Ovidio Guzmán, en Culiacán.

Ese evento expuso todas las deficiencias con que trabajan las corporaciones en el país, toda vez que a unas horas de haber detenido a uno de los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán tuvieron que dejarlo libre.

Luego de este fiasco han sido aportadas al menos dos docenas de versiones oficiales, hasta que salió a la luz pública el material en video donde aparece Ovidio Guzmán y una mujer en la detención.

Evidentemente, el material fue grabado con un celular y aunque es muy claro no aporta mucha información de toda la operación, además que no podría ser una prueba ante un juez, por ser un material grabado sin consentimiento y tampoco hay una ley que obligue a la autoridad a documentar sus operaciones, lo que sería ideal para el juzgador y para tener una versión oficial irrefutable.

Lo mismo ha ocurrido con el caso de Tepito, donde fueron liberadas 30 de 32 personas detenidas, el argumento del juez fue que no cuadraban las versiones de los policías que hicieron la puesta a disposición y los detenidos, así como los horarios, es decir ubicar los hechos en tiempo y espacio.

Todo se arreglaría con una grabación a través de una cámara en el casco o cuerpo de los policías, prueba irrefutable de los hechos, que quizá saldría más barato que las patrullas rentadas en la Ciudad de México.

Sígueme en twitter @Antoniodemarcel

En el correo antonio.marcelo@oem.com.mx


Una cosa es segura, el sistema de justicia penal no solo necesita ser actualizado de acuerdo a la realidad, sino también aportar las garantías y elementos suficientes a ministerios públicos, jueces y sobre todo policías, para evitar que de nuevo la ley sea una puerta giratoria.

Ejemplos hay muchos, pero nos remitiremos a un par de ellos, el primero aquel operativo en que fue detenido Ovidio Guzmán, en Culiacán.

Ese evento expuso todas las deficiencias con que trabajan las corporaciones en el país, toda vez que a unas horas de haber detenido a uno de los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán tuvieron que dejarlo libre.

Luego de este fiasco han sido aportadas al menos dos docenas de versiones oficiales, hasta que salió a la luz pública el material en video donde aparece Ovidio Guzmán y una mujer en la detención.

Evidentemente, el material fue grabado con un celular y aunque es muy claro no aporta mucha información de toda la operación, además que no podría ser una prueba ante un juez, por ser un material grabado sin consentimiento y tampoco hay una ley que obligue a la autoridad a documentar sus operaciones, lo que sería ideal para el juzgador y para tener una versión oficial irrefutable.

Lo mismo ha ocurrido con el caso de Tepito, donde fueron liberadas 30 de 32 personas detenidas, el argumento del juez fue que no cuadraban las versiones de los policías que hicieron la puesta a disposición y los detenidos, así como los horarios, es decir ubicar los hechos en tiempo y espacio.

Todo se arreglaría con una grabación a través de una cámara en el casco o cuerpo de los policías, prueba irrefutable de los hechos, que quizá saldría más barato que las patrullas rentadas en la Ciudad de México.

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