/ martes 29 de septiembre de 2020

Urge opciones para enfrentar el desempleo y la informalidad

La economía en nuestro país enfrenta una situación de claros- oscuros, donde unos dicen que hay avances y otros pintan un escenario catastrófico. Lo único cierto, es lo que sucede a diario al interior de las familias mexicanas que viven confinadas por la pandemia y en medio de la incertidumbre.

Se calcula que por la emergencia sanitaria se han perdido 218 mil 431 empleos formales hasta agosto pasado, en la Ciudad de México; que comparados con los 60 mil 605 creados entre enero a agosto del 2019, el avance logrado quedó rebasado.

Aunado a lo anterior, seguimos viendo un crecimiento exponencial en los empleos informales, donde las personas no tienen seguridad laboral, prestaciones sociales, atención médica y mucho menos un fondo de pensiones. Tan es así que a nivel nacional, con la reactivación económica, la población ocupada en este rubro en abril era del 47,7%; en el mes de julio alcanzó 54.9%, por lo que podrían superar los 31 millones de personas en la informalidad.

Como resultado, varios indicadores económicos aseguran que miles de familias han pasado de la clase media a la clase baja, ya que su nivel de ingreso disminuyó, producto de la pandemia que provocó el cierre de negocios y empresas, y hasta la disminución de salarios para conservar el trabajo.

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleos del INEGI, de los 12 millones de empleos perdidos en abril solo se han recuperado 7.8 millones.

Para agosto de este año, este organismo destaca que hay una recuperación en el ramo agropecuario y de construcción cerca a las cifras de agosto del 2019. En tanto, en el sector comercio se presenta una baja de 1.4 millones de personas, al pasar de 10.7 a 9.3 millones de personas activas de julio a agosto.

Sin embargo, la situación parece ser muy distinta a la realidad. Puede que haya una ligera recuperación económica, pero todavía afecta la crisis económica y la pandemia a miles de familias.

Hoy más que nunca se requiere una política gubernamental que contemple más créditos para las empresas y apoyo para los desempleados.


La economía en nuestro país enfrenta una situación de claros- oscuros, donde unos dicen que hay avances y otros pintan un escenario catastrófico. Lo único cierto, es lo que sucede a diario al interior de las familias mexicanas que viven confinadas por la pandemia y en medio de la incertidumbre.

Se calcula que por la emergencia sanitaria se han perdido 218 mil 431 empleos formales hasta agosto pasado, en la Ciudad de México; que comparados con los 60 mil 605 creados entre enero a agosto del 2019, el avance logrado quedó rebasado.

Aunado a lo anterior, seguimos viendo un crecimiento exponencial en los empleos informales, donde las personas no tienen seguridad laboral, prestaciones sociales, atención médica y mucho menos un fondo de pensiones. Tan es así que a nivel nacional, con la reactivación económica, la población ocupada en este rubro en abril era del 47,7%; en el mes de julio alcanzó 54.9%, por lo que podrían superar los 31 millones de personas en la informalidad.

Como resultado, varios indicadores económicos aseguran que miles de familias han pasado de la clase media a la clase baja, ya que su nivel de ingreso disminuyó, producto de la pandemia que provocó el cierre de negocios y empresas, y hasta la disminución de salarios para conservar el trabajo.

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleos del INEGI, de los 12 millones de empleos perdidos en abril solo se han recuperado 7.8 millones.

Para agosto de este año, este organismo destaca que hay una recuperación en el ramo agropecuario y de construcción cerca a las cifras de agosto del 2019. En tanto, en el sector comercio se presenta una baja de 1.4 millones de personas, al pasar de 10.7 a 9.3 millones de personas activas de julio a agosto.

Sin embargo, la situación parece ser muy distinta a la realidad. Puede que haya una ligera recuperación económica, pero todavía afecta la crisis económica y la pandemia a miles de familias.

Hoy más que nunca se requiere una política gubernamental que contemple más créditos para las empresas y apoyo para los desempleados.