/ jueves 3 de octubre de 2019

Técnicas para registrar gastos

¿Fugas de dinero? ¿Pides prestado para terminar la quincena? Pásele, Pásele damita, caballero, aquí le vamos a decir dos opciones para que deje de gastar como rico empeñando hasta los calzones.

De acuerdo con mi comadre Sofía Macías, íntima amiga mía, y autora del libro Pequeño Cerdo Capitalista hay dos formas para registrar nuestros gastos:

De lo que más valoras a lo que menos importa: Macías sugiere que escribas durante un mes todas las veces en las que gastas dinero en la compra de bienes o servicios, qué identifiques bien qué estás comprando y con qué frecuencia lo adquieres. Para que la radiografía sea más real cuenta hasta lo que gastas en chicles.

Quizás cada semana el monto será diferente y notarás que en alguna de las semanas gastarás más porque te darás algún gustito o tendrás un gasto extra, pero Macías dice que esta técnica depende de respetar esas diferencias y usarlas para construir un presupuesto que se adapte mejor a tu estilo de vida y que de verdad lo sigas.

Ya que tienes tus gastos registrados durante un mes, chaca si el mes que viene los vas a volver a gastar. Si es así ese, se convertirán en un gasto fijo que marcará tu presupuesto y que deberás contemplas hasta fin de año.

Dentro de la lista de cosas por pagar, no olvides pagarte a ti, dice Sofía Macías. Este rubro se llama ahorro. Si no te sobra para ahorrar, comienza identificando las cosas menos importantes y de las cuales puedes comenzar a pellizcar o prescindir para formar tu ahorro.

Sofía recomienda bajar la frecuencia de ir al salón de belleza, de ir al tianguis de las chacharas a ver qué se te pega o de salir a comer taquitos en la noche. Ojo, la reducción de gastos no aplica en el cuidado de tu salud o mantenimiento de tu casa o auto.

Lo que sí es que en ocasiones podrás sustituir tus compras por el mismo producto, pero de una marca más barata o compartir gastos, por ejemplo, si decides compartir el uso de tu auto y dividirte entre tus vecinos o compañeros de trabajo la gasolina, creeme los gastos serán menores.

La segunda opción es que dividas los gastos por tipo: En este ejercicio la idea es separar los gastos fijos de los variables. Los fijos son los que son identicos todos los meses, los gastos variables pueden tener montos distintos cada mes o incluso presentarse un mes sí y el otro no. Los gastos fijos dependen de una persona a otra o de una familia a otra. Por ejemplo, si eres una persona que come fuera de su casa, las comidas en la oficina serán un gasto fijo, mientras para quienes solo lo hacen una o dos veces al mes este gasto se convierte en variable.

Los gastos fijos pueden ser: renta o hipoteca, super o despensa, teléfono o internet, transporte, gasolina y alimento para tu mascota. Y los gastos variables son: golosinas entre comidas, cafecito mañanero, pago de tarjeta de crédito, entretenimiento (cine, restaurantes, bares, cantina) y vacaciones.

En esta separación, Sofía sugiere meterle tijera a los gastos fijos. Probablemente estés gastando en la mensualidad de un gym al que ni siquiera vas o que podrías cambiar por hacer ejercicio en un parque. Incluso estos gastos fijos pueden ser rapidamente sustituibles por productos o servicios más baratos.

En el caso de los gastos variables, la bloguera invita a hacer una reflección sobre si los necesitas hacer o no.

Tomando en cuenta estos sencillos consejos vas a ver tu vida más ordenada. En serio, no te toma más de una hora hacer tu lista, lo que sí necesitarás será disciplina para completar el registo mensual y anual. Pero al final lograrás tener control de lo que sale de tu cartera o monedero y empatar las cantidades con lo que ganas, para que no gastes más de lo que tienes.

@Lady_Varo

Ladyvaro.fp@gmail.com

¿Fugas de dinero? ¿Pides prestado para terminar la quincena? Pásele, Pásele damita, caballero, aquí le vamos a decir dos opciones para que deje de gastar como rico empeñando hasta los calzones.

De acuerdo con mi comadre Sofía Macías, íntima amiga mía, y autora del libro Pequeño Cerdo Capitalista hay dos formas para registrar nuestros gastos:

De lo que más valoras a lo que menos importa: Macías sugiere que escribas durante un mes todas las veces en las que gastas dinero en la compra de bienes o servicios, qué identifiques bien qué estás comprando y con qué frecuencia lo adquieres. Para que la radiografía sea más real cuenta hasta lo que gastas en chicles.

Quizás cada semana el monto será diferente y notarás que en alguna de las semanas gastarás más porque te darás algún gustito o tendrás un gasto extra, pero Macías dice que esta técnica depende de respetar esas diferencias y usarlas para construir un presupuesto que se adapte mejor a tu estilo de vida y que de verdad lo sigas.

Ya que tienes tus gastos registrados durante un mes, chaca si el mes que viene los vas a volver a gastar. Si es así ese, se convertirán en un gasto fijo que marcará tu presupuesto y que deberás contemplas hasta fin de año.

Dentro de la lista de cosas por pagar, no olvides pagarte a ti, dice Sofía Macías. Este rubro se llama ahorro. Si no te sobra para ahorrar, comienza identificando las cosas menos importantes y de las cuales puedes comenzar a pellizcar o prescindir para formar tu ahorro.

Sofía recomienda bajar la frecuencia de ir al salón de belleza, de ir al tianguis de las chacharas a ver qué se te pega o de salir a comer taquitos en la noche. Ojo, la reducción de gastos no aplica en el cuidado de tu salud o mantenimiento de tu casa o auto.

Lo que sí es que en ocasiones podrás sustituir tus compras por el mismo producto, pero de una marca más barata o compartir gastos, por ejemplo, si decides compartir el uso de tu auto y dividirte entre tus vecinos o compañeros de trabajo la gasolina, creeme los gastos serán menores.

La segunda opción es que dividas los gastos por tipo: En este ejercicio la idea es separar los gastos fijos de los variables. Los fijos son los que son identicos todos los meses, los gastos variables pueden tener montos distintos cada mes o incluso presentarse un mes sí y el otro no. Los gastos fijos dependen de una persona a otra o de una familia a otra. Por ejemplo, si eres una persona que come fuera de su casa, las comidas en la oficina serán un gasto fijo, mientras para quienes solo lo hacen una o dos veces al mes este gasto se convierte en variable.

Los gastos fijos pueden ser: renta o hipoteca, super o despensa, teléfono o internet, transporte, gasolina y alimento para tu mascota. Y los gastos variables son: golosinas entre comidas, cafecito mañanero, pago de tarjeta de crédito, entretenimiento (cine, restaurantes, bares, cantina) y vacaciones.

En esta separación, Sofía sugiere meterle tijera a los gastos fijos. Probablemente estés gastando en la mensualidad de un gym al que ni siquiera vas o que podrías cambiar por hacer ejercicio en un parque. Incluso estos gastos fijos pueden ser rapidamente sustituibles por productos o servicios más baratos.

En el caso de los gastos variables, la bloguera invita a hacer una reflección sobre si los necesitas hacer o no.

Tomando en cuenta estos sencillos consejos vas a ver tu vida más ordenada. En serio, no te toma más de una hora hacer tu lista, lo que sí necesitarás será disciplina para completar el registo mensual y anual. Pero al final lograrás tener control de lo que sale de tu cartera o monedero y empatar las cantidades con lo que ganas, para que no gastes más de lo que tienes.

@Lady_Varo

Ladyvaro.fp@gmail.com

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