/ miércoles 2 de octubre de 2024

Sin Protocolo / La Presidenta

Claudia Sheinbaum asumió el cargo de presidenta de la República para el periodo 2024-2030.

Con su arribó el cargo, acabó la era obradorista cuestionada por unos y aclamada por otros.

Con el rostro hasta cierto punto duro y en ocasiones demacrado, Andrés Manuel López Obrador se despojó de la banda presidencial.

Se la entregó a Ifigenia Martínez, de endeble salud, quién se la traspasó a Sheinbaum, recibiendo de inmediato los gritos de “presidenta”, “presidenta”.

Investida como presidenta Sheinbaum habló ante 105 representantes de igual número de países, en un pletórico recinto de la Cámara de Diputados.

El presidente de Colombia, Gustavo Petro, ya había revelado que Claudia perteneció a la letal guerrilla colombiana M-19 en los años 80.

En el exterior un ostentoso operativo vigilaba la logística del ingreso de invitados y miles de acarreados al Zócalo capitalino.

La ex jefa de gobierno de la Ciudad de México, usó un lenguaje obradorista, juzgado con dureza en los últimos días.

Dichos “principios” los hizo retumbar en el salón de plenos de San Lázaro, frente al propio autor de ese reiterativo discurso durante los pasados seis años:

“Por el bien de todos, primero los pobres”, “No pude haber gobierno rico con pueblo pobre” y “Con el pueblo todo, sin el pueblo nada”, por ejemplo.

Un breve y rápido análisis del contenido discursivo de la presidenta, indica destellos de marcar su propia ruta con algunos deslindes:

“Se retira de la vida pública como un demócrata y maderista, a seguir luchando desde otra trinchera”, expresó. El mensaje es claro: Obrador se va.

Otra promesa para su administración: “garantizaremos todas las libertades, de expresión, de prensa, reunión y movilización”, algunas de éstas conculcadas por el régimen que concluyó.

Y algo que le faltó a López Obrador: “Nuestra política exterior seguirá los principios constitucionales de autodeterminación de los pueblos, la no intervención y la solución pacífica de las controversias”.

Se mantendrá la “autonomía” del Banco de México; las “inversiones de accionistas nacionales y extranjeros estarán seguras en nuestro país”.

Estos dos rubros, no son otra cosa que darle confianza a los inversionistas y gobiernos extranjeros, en torno a su política exterior.

Sheinbaum discrepó rotundamente de la política exterior obradorista, en particular con Estados Unidos y Canadá:

Entre nosotros no competimos, nos complementamos, y generamos las condiciones para una mayor consolidación de la economía de todo el continente”.

Además, prometió “estado de derecho” con la garantía de “disminución de delitos de alto impacto”.

Y en contra de la “irresponsable guerra contra el narco de Calderón”, Sheimbaum, delineó la estrategia que seguirá su administración:

Atención a las causas, inteligencia e investigación, fortalecimiento de la Guardia Nacional y rechazó a que haya militarización con mando desde la Secretaría de la Defensa Nacional.

Esta parte es fundamental, porque admitió que en el gobierno inmediato anterior hay “delitos de alto impacto”, para lo cual es necesaria la “inteligencia e investigación”.

La claridad es un traje a la medida para el policía del sexenio que inicia, Omar García Harfuch.

Es sin duda, un discurso con sus matices, sin pretender incomodar a López Obrador –aunque lo haya logrado-, pero marcando un sello propio.

Es algo que ya inició al menos en el discurso, y no tanto en el ceremonial del Zócalo.

PROSPECCIÓN… Durante la sesión solemne de este 1 de octubre del Congreso de la Ciudad de México, rindieron protesta los 16 alcaldes. Previamente se reunieron y tomaron la fotografía con los integrantes de la Junta de Coordinación Política.

X: @JoelSaucedo

saucedosj@yahoo.com.mx

Claudia Sheinbaum asumió el cargo de presidenta de la República para el periodo 2024-2030.

Con su arribó el cargo, acabó la era obradorista cuestionada por unos y aclamada por otros.

Con el rostro hasta cierto punto duro y en ocasiones demacrado, Andrés Manuel López Obrador se despojó de la banda presidencial.

Se la entregó a Ifigenia Martínez, de endeble salud, quién se la traspasó a Sheinbaum, recibiendo de inmediato los gritos de “presidenta”, “presidenta”.

Investida como presidenta Sheinbaum habló ante 105 representantes de igual número de países, en un pletórico recinto de la Cámara de Diputados.

El presidente de Colombia, Gustavo Petro, ya había revelado que Claudia perteneció a la letal guerrilla colombiana M-19 en los años 80.

En el exterior un ostentoso operativo vigilaba la logística del ingreso de invitados y miles de acarreados al Zócalo capitalino.

La ex jefa de gobierno de la Ciudad de México, usó un lenguaje obradorista, juzgado con dureza en los últimos días.

Dichos “principios” los hizo retumbar en el salón de plenos de San Lázaro, frente al propio autor de ese reiterativo discurso durante los pasados seis años:

“Por el bien de todos, primero los pobres”, “No pude haber gobierno rico con pueblo pobre” y “Con el pueblo todo, sin el pueblo nada”, por ejemplo.

Un breve y rápido análisis del contenido discursivo de la presidenta, indica destellos de marcar su propia ruta con algunos deslindes:

“Se retira de la vida pública como un demócrata y maderista, a seguir luchando desde otra trinchera”, expresó. El mensaje es claro: Obrador se va.

Otra promesa para su administración: “garantizaremos todas las libertades, de expresión, de prensa, reunión y movilización”, algunas de éstas conculcadas por el régimen que concluyó.

Y algo que le faltó a López Obrador: “Nuestra política exterior seguirá los principios constitucionales de autodeterminación de los pueblos, la no intervención y la solución pacífica de las controversias”.

Se mantendrá la “autonomía” del Banco de México; las “inversiones de accionistas nacionales y extranjeros estarán seguras en nuestro país”.

Estos dos rubros, no son otra cosa que darle confianza a los inversionistas y gobiernos extranjeros, en torno a su política exterior.

Sheinbaum discrepó rotundamente de la política exterior obradorista, en particular con Estados Unidos y Canadá:

Entre nosotros no competimos, nos complementamos, y generamos las condiciones para una mayor consolidación de la economía de todo el continente”.

Además, prometió “estado de derecho” con la garantía de “disminución de delitos de alto impacto”.

Y en contra de la “irresponsable guerra contra el narco de Calderón”, Sheimbaum, delineó la estrategia que seguirá su administración:

Atención a las causas, inteligencia e investigación, fortalecimiento de la Guardia Nacional y rechazó a que haya militarización con mando desde la Secretaría de la Defensa Nacional.

Esta parte es fundamental, porque admitió que en el gobierno inmediato anterior hay “delitos de alto impacto”, para lo cual es necesaria la “inteligencia e investigación”.

La claridad es un traje a la medida para el policía del sexenio que inicia, Omar García Harfuch.

Es sin duda, un discurso con sus matices, sin pretender incomodar a López Obrador –aunque lo haya logrado-, pero marcando un sello propio.

Es algo que ya inició al menos en el discurso, y no tanto en el ceremonial del Zócalo.

PROSPECCIÓN… Durante la sesión solemne de este 1 de octubre del Congreso de la Ciudad de México, rindieron protesta los 16 alcaldes. Previamente se reunieron y tomaron la fotografía con los integrantes de la Junta de Coordinación Política.

X: @JoelSaucedo

saucedosj@yahoo.com.mx