/ lunes 20 de marzo de 2023

SIN PROTOCOLO | Industria del acarreo

La 4T ha generado una lucrativa industria del acarreo y la movilización que usa recursos públicos fuera de los autorizados en el Presupuesto Federal

Especialistas en marchas y elevadas concentraciones, han estimado en aproximadamente mil 500 millones cada movilización al Zócalo.

¿Quién o quienes aportan esos recursos? ¿De dónde salen? ¿Existe alguna caja chica o partida especial? No existe regulación alguna al respecto.

Por lo anterior, todos quienes participen en la organización, traslado y movilización estarían en falta a la ley por un eventual desvío de recursos públicos.

Durante la movilización del pasado sábado 18 de marzo, gobernadores, alcaldes, servidores públicos federales y locales, dirigentes, senadores y diputados, usaron recursos públicos para ello.

En los hechos, no había ninguna urgencia de concentrar a tantas personas en el Zócalo, para asistir a escuchar un discurso más de Andrés Manuel López Obrador.

¿Por qué no recurrió a toda la infraestructura que usa en las conferencias mañaneras para trasmitir su discurso, lo cual no es poca cosa?

Pero fiel a lo que aprendió del pasado, recurrió a la movilización sin importar el enorme despilfarro de recursos, ni las carencias más sentidas como la falta de medicamentos o el alza indiscriminada de los precios de la canasta básica.

En días pasados, el periodista Darío Célis publicó que en promedio se gastan 24 mil pesos por autobús con acarreados del interior de la República para llegar al Zócalo.

A ello hay que sumarle imponderables como fallas mecánicas, ponchaduras de llantas, riesgos de salud de los participantes.

Asimismo, alimentos, viáticos y hospedaje para una media mínima de entre 10 mil y 20 mil personas por entidad, lo que redundaría en la contratación hasta de 500 autobuses por estado.

Pero no sólo eso, falta la inversión en volantes, pancartas, banderines, gorras, playeras y demás implementos en apoyo a una sola persona: López Obrador.

Esa industria de la manipulación y el despilfarro ha generado que familias enteras se contraten para asistir a ese tipo mítines por lo lucrativo que significan los “viáticos” de hasta 2 mil pesos por persona.

También es necesario agregarle el caos vial generado por los cortes de circulación, cierre de estaciones del Metro y del Metrobús.

El periódico Notiver de Veracruz, fue paradigmático en su cabezal de portada del sábado 18 de marzo: “¡Se fueron todos! es decir, alcaldes, diputados y servidores públicos.

En el pasado, López Obrador argumentaba que su eterna campaña por la Presidencia la había financiado el pueblo bueno.

Hay una anécdota que se cuenta en el mundillo de la política. En una de las tantas concentraciones en la época del López opositor, éste le confió a un viejo dirigente político, viendo hacia Palacio Nacional:

“Desde ahí se puede lograr todo”. Y sí, efectivamente. El presidente ha logrado traer personas a sus mítines desde los lugares más recónditos del país.

Pero lo ha realizado a costa de los recursos de todos los mexicanos, es decir, pagándoles para que le aplaudan, aunque no estén convencidos de ello.

PROSPECCIÓN… La marcha de acarreados no fue para defender la soberanía nacional, sino la opacidad, irregularidades, conflictos de interés, robo y los fraudes electorales y tapar la corrupción característica de este gobierno encarnada en Manuel Bartlett, declaró el presidente nacional del PAN, Marko Cortés. “Vergüenza debería darle a López Obrador cobijar en una de las empresas más importantes del Estado mexicano, al principal protagonista del fraude electoral de 1988”, advirtió, al recordar que Bartlett fue el responsable del fraude electoral y caída del sistema en el conteo de los votos de la elección presidencial de 1988, que impidió el triunfo de la oposición y que en su momento fue denunciado conjuntamente por Manuel Clouthier, Cuauhtémoc Cárdenas y Rosario Ibarra de Piedra.


Twitter: @JoelSaucedo

saucedosj@yahoo.com.mx

La 4T ha generado una lucrativa industria del acarreo y la movilización que usa recursos públicos fuera de los autorizados en el Presupuesto Federal

Especialistas en marchas y elevadas concentraciones, han estimado en aproximadamente mil 500 millones cada movilización al Zócalo.

¿Quién o quienes aportan esos recursos? ¿De dónde salen? ¿Existe alguna caja chica o partida especial? No existe regulación alguna al respecto.

Por lo anterior, todos quienes participen en la organización, traslado y movilización estarían en falta a la ley por un eventual desvío de recursos públicos.

Durante la movilización del pasado sábado 18 de marzo, gobernadores, alcaldes, servidores públicos federales y locales, dirigentes, senadores y diputados, usaron recursos públicos para ello.

En los hechos, no había ninguna urgencia de concentrar a tantas personas en el Zócalo, para asistir a escuchar un discurso más de Andrés Manuel López Obrador.

¿Por qué no recurrió a toda la infraestructura que usa en las conferencias mañaneras para trasmitir su discurso, lo cual no es poca cosa?

Pero fiel a lo que aprendió del pasado, recurrió a la movilización sin importar el enorme despilfarro de recursos, ni las carencias más sentidas como la falta de medicamentos o el alza indiscriminada de los precios de la canasta básica.

En días pasados, el periodista Darío Célis publicó que en promedio se gastan 24 mil pesos por autobús con acarreados del interior de la República para llegar al Zócalo.

A ello hay que sumarle imponderables como fallas mecánicas, ponchaduras de llantas, riesgos de salud de los participantes.

Asimismo, alimentos, viáticos y hospedaje para una media mínima de entre 10 mil y 20 mil personas por entidad, lo que redundaría en la contratación hasta de 500 autobuses por estado.

Pero no sólo eso, falta la inversión en volantes, pancartas, banderines, gorras, playeras y demás implementos en apoyo a una sola persona: López Obrador.

Esa industria de la manipulación y el despilfarro ha generado que familias enteras se contraten para asistir a ese tipo mítines por lo lucrativo que significan los “viáticos” de hasta 2 mil pesos por persona.

También es necesario agregarle el caos vial generado por los cortes de circulación, cierre de estaciones del Metro y del Metrobús.

El periódico Notiver de Veracruz, fue paradigmático en su cabezal de portada del sábado 18 de marzo: “¡Se fueron todos! es decir, alcaldes, diputados y servidores públicos.

En el pasado, López Obrador argumentaba que su eterna campaña por la Presidencia la había financiado el pueblo bueno.

Hay una anécdota que se cuenta en el mundillo de la política. En una de las tantas concentraciones en la época del López opositor, éste le confió a un viejo dirigente político, viendo hacia Palacio Nacional:

“Desde ahí se puede lograr todo”. Y sí, efectivamente. El presidente ha logrado traer personas a sus mítines desde los lugares más recónditos del país.

Pero lo ha realizado a costa de los recursos de todos los mexicanos, es decir, pagándoles para que le aplaudan, aunque no estén convencidos de ello.

PROSPECCIÓN… La marcha de acarreados no fue para defender la soberanía nacional, sino la opacidad, irregularidades, conflictos de interés, robo y los fraudes electorales y tapar la corrupción característica de este gobierno encarnada en Manuel Bartlett, declaró el presidente nacional del PAN, Marko Cortés. “Vergüenza debería darle a López Obrador cobijar en una de las empresas más importantes del Estado mexicano, al principal protagonista del fraude electoral de 1988”, advirtió, al recordar que Bartlett fue el responsable del fraude electoral y caída del sistema en el conteo de los votos de la elección presidencial de 1988, que impidió el triunfo de la oposición y que en su momento fue denunciado conjuntamente por Manuel Clouthier, Cuauhtémoc Cárdenas y Rosario Ibarra de Piedra.


Twitter: @JoelSaucedo

saucedosj@yahoo.com.mx