/ viernes 21 de mayo de 2021

Serenar ánimos

Es momento de serenarse, de abandonar los discursos de odio y persecuciones políticas que enardecen ponen en peligro no sólo la democracia, sino la estabilidad del país. Los mexicanos vienen de un año muy complicado, en el cual la salud mental de muchos está en crisis a consecuencia de la gran cantidad de decesos, aislamiento social, desempleo, inseguridad.

Hay muchos ingredientes para tener, como dirían las abuelas, con los nervios de punta, a un importante sector de la población.

Durante los últimos meses los servicios de atención psicológica ante pandemia por Covid-19 se han diversificado por el duelo de la pérdida de un ser querido, la desesperación de quedarse sin empleo o, porque el salario ya no alcanza para darle de comer a la familia.

Ayer se conmemoró el Día Nacional de la Psicóloga y el Psicólogo, lo cual me llevó a reflexionar sobre el alto grado de estrés que padece la población.

Hay desesperanza y coraje. Las redes sociales se inundan con insultos y descalificaciones de grupos antagónicos, el país se ha polarizado. Ya cualquier broma puede significar una severa discusión, incluso entre familiares.

Problemas psicológicos como miedo, incertidumbre y angustia se acentuaron en el marco de la pandemia, sobre todo en personas que ya presentaban síntomas. No obstante, el temor a la discriminación y la pena las inhiben para solicitar ayuda de una persona profesional.

En México, dijo, buscan atención especializada dos de cada 10 personas que tienen un problema de salud mental y lo hacen en un lapso de entre cuatro y 12 años después de manifestar síntomas. Esto se debe a que la estigmatización frena a las personas para recibir tratamiento profesional y es un reto de salud pública.

Hay que resaltar que, en el país 307 mil 592 psicólogas y psicólogos ejercen su profesión, de los cuales 69.7 % son mujeres y 30.3 % hombres, de acuerdo con el Observatorio Laboral de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, con cifras actualizadas al cuarto trimestre de 2020.

Textualmente hay que decirlo: Una parte de la población padece, miedo, incertidumbre y angustia; otra tiene enojo y coraje. Ante ello los políticos deben dejar de echarle leña al fuego, porque la estabilidad del país depende del manejo de la crisis. Hay que serenar los ánimos y anteponer el bienestar de la nación a personales o de grupo.

En Twitter @TXTUALes

Es momento de serenarse, de abandonar los discursos de odio y persecuciones políticas que enardecen ponen en peligro no sólo la democracia, sino la estabilidad del país. Los mexicanos vienen de un año muy complicado, en el cual la salud mental de muchos está en crisis a consecuencia de la gran cantidad de decesos, aislamiento social, desempleo, inseguridad.

Hay muchos ingredientes para tener, como dirían las abuelas, con los nervios de punta, a un importante sector de la población.

Durante los últimos meses los servicios de atención psicológica ante pandemia por Covid-19 se han diversificado por el duelo de la pérdida de un ser querido, la desesperación de quedarse sin empleo o, porque el salario ya no alcanza para darle de comer a la familia.

Ayer se conmemoró el Día Nacional de la Psicóloga y el Psicólogo, lo cual me llevó a reflexionar sobre el alto grado de estrés que padece la población.

Hay desesperanza y coraje. Las redes sociales se inundan con insultos y descalificaciones de grupos antagónicos, el país se ha polarizado. Ya cualquier broma puede significar una severa discusión, incluso entre familiares.

Problemas psicológicos como miedo, incertidumbre y angustia se acentuaron en el marco de la pandemia, sobre todo en personas que ya presentaban síntomas. No obstante, el temor a la discriminación y la pena las inhiben para solicitar ayuda de una persona profesional.

En México, dijo, buscan atención especializada dos de cada 10 personas que tienen un problema de salud mental y lo hacen en un lapso de entre cuatro y 12 años después de manifestar síntomas. Esto se debe a que la estigmatización frena a las personas para recibir tratamiento profesional y es un reto de salud pública.

Hay que resaltar que, en el país 307 mil 592 psicólogas y psicólogos ejercen su profesión, de los cuales 69.7 % son mujeres y 30.3 % hombres, de acuerdo con el Observatorio Laboral de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, con cifras actualizadas al cuarto trimestre de 2020.

Textualmente hay que decirlo: Una parte de la población padece, miedo, incertidumbre y angustia; otra tiene enojo y coraje. Ante ello los políticos deben dejar de echarle leña al fuego, porque la estabilidad del país depende del manejo de la crisis. Hay que serenar los ánimos y anteponer el bienestar de la nación a personales o de grupo.

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