/ domingo 5 de julio de 2020

Semáforo Rojo

No estamos, ni cerca, del color verde en el semáforo de la Ciudad de México. Apenas este lunes cambiamos al naranja y el mensaje que parece que recibimos fue de que todo regresaba a la normalidad, cuando no es así.

Si no queremos regresar forzosamente a nuestros hogares de nuevo, es importante que mantengamos las medidas de sana distancia y de higiene básica para esta pandemia (gel antibacterial si salimos, lavado de manos constantemente) y quedarnos en casa, si podemos, lo más posible.

Para quienes no pueden mantenerse en su hogar, la recomendación es no contagiar y no contagiarse, que además es la recomendación oficial, con el objetivo de que todos juntos podamos salir lo más pronto posible de una pandemia que amenaza con regresarnos al color rojo, porque la realidad es que hemos regresado a las actividades como si el coronavirus no existiera.

Esto representa un riesgo muy importante para repartidores, choferes y taxistas que han salido a las calles a ganarse la vida a favor de su familia; de la responsabilidad de todas y todos como ciudadanos, depende que cientos de trabajadores puedan recuperar el tiempo perdido y recuperar, poco a poco, el ingreso que se perdió en más de tres meses de contingencia.

Así que todo se reduce a la colaboración de ciudadanos y proveedores de servicios para que regresemos a una nueva realidad (que no nueva normalidad) y nos adaptemos a un virus para el que no tenemos ni tratamiento, ni vacuna, todavía.

Esto aplica para quienes trabajan en restaurantes, hoteles, tiendas de conveniencia y cualquier otro negocio que demanda reactivarse en medio de la crisis sanitaria más grande e inusitada que hemos vivido en los últimos cincuenta años.

Respetando la distancia, las medidas de higiene y todas las disposiciones oficiales, podemos regresar a una convivencia muy similar a la que teníamos hace unos meses. No olvidemos, sin embargo, que estamos en una pandemia larga, con un camino por recorrer que nos llevará, seguramente, al final del año y por eso la coordinación entre usuarios y proveedores de servicios es indispensable.

Mucho tiene que ver con no compartir noticias falsas y seguir al pie de la letra las recomendaciones de las autoridades de la Ciudad de México. Ellos son, sin duda, los que tiene las cifras y los indicadores más exactos sobre cómo está evolucionando el Covid-19.

Organizarnos bien, que no lo hemos hecho durante la fase “naranja” del semáforo epidemiológico, es indispensable para vencer esta epidemia y aprovechar un confinamiento de más de tres meses. Cooperemos y hagamos equipo con el Gobierno de la Ciudad de México, el cual ha demostrado una responsabilidad y un cuidado que no hemos visto en otros estados de la República. Si seguimos las instrucciones, podremos garantizar otros seis meses de menor contagio y mayores opciones médicas para quienes se contagien.

El objetivo es que todas y todos los que necesitan con urgencia un ingreso, puedan volver a proveer a sus familias, pero sin el enorme riesgo de contagiarse. Somos una sola sociedad y por eso es importante pensar en nosotros y en los demás para que nadie se quede sin sustento, a la par de que nadie se enferme por el coronavirus.

En nuestras manos está lograrlo y garantizar que quienes hoy nos entregan medicinas, comida o artículos, puedan seguir adelante en sus labores, mientras todas y todos estamos sanos, que es el único propósito en el que, como sociedad, debemos enfocarnos.

No estamos, ni cerca, del color verde en el semáforo de la Ciudad de México. Apenas este lunes cambiamos al naranja y el mensaje que parece que recibimos fue de que todo regresaba a la normalidad, cuando no es así.

Si no queremos regresar forzosamente a nuestros hogares de nuevo, es importante que mantengamos las medidas de sana distancia y de higiene básica para esta pandemia (gel antibacterial si salimos, lavado de manos constantemente) y quedarnos en casa, si podemos, lo más posible.

Para quienes no pueden mantenerse en su hogar, la recomendación es no contagiar y no contagiarse, que además es la recomendación oficial, con el objetivo de que todos juntos podamos salir lo más pronto posible de una pandemia que amenaza con regresarnos al color rojo, porque la realidad es que hemos regresado a las actividades como si el coronavirus no existiera.

Esto representa un riesgo muy importante para repartidores, choferes y taxistas que han salido a las calles a ganarse la vida a favor de su familia; de la responsabilidad de todas y todos como ciudadanos, depende que cientos de trabajadores puedan recuperar el tiempo perdido y recuperar, poco a poco, el ingreso que se perdió en más de tres meses de contingencia.

Así que todo se reduce a la colaboración de ciudadanos y proveedores de servicios para que regresemos a una nueva realidad (que no nueva normalidad) y nos adaptemos a un virus para el que no tenemos ni tratamiento, ni vacuna, todavía.

Esto aplica para quienes trabajan en restaurantes, hoteles, tiendas de conveniencia y cualquier otro negocio que demanda reactivarse en medio de la crisis sanitaria más grande e inusitada que hemos vivido en los últimos cincuenta años.

Respetando la distancia, las medidas de higiene y todas las disposiciones oficiales, podemos regresar a una convivencia muy similar a la que teníamos hace unos meses. No olvidemos, sin embargo, que estamos en una pandemia larga, con un camino por recorrer que nos llevará, seguramente, al final del año y por eso la coordinación entre usuarios y proveedores de servicios es indispensable.

Mucho tiene que ver con no compartir noticias falsas y seguir al pie de la letra las recomendaciones de las autoridades de la Ciudad de México. Ellos son, sin duda, los que tiene las cifras y los indicadores más exactos sobre cómo está evolucionando el Covid-19.

Organizarnos bien, que no lo hemos hecho durante la fase “naranja” del semáforo epidemiológico, es indispensable para vencer esta epidemia y aprovechar un confinamiento de más de tres meses. Cooperemos y hagamos equipo con el Gobierno de la Ciudad de México, el cual ha demostrado una responsabilidad y un cuidado que no hemos visto en otros estados de la República. Si seguimos las instrucciones, podremos garantizar otros seis meses de menor contagio y mayores opciones médicas para quienes se contagien.

El objetivo es que todas y todos los que necesitan con urgencia un ingreso, puedan volver a proveer a sus familias, pero sin el enorme riesgo de contagiarse. Somos una sola sociedad y por eso es importante pensar en nosotros y en los demás para que nadie se quede sin sustento, a la par de que nadie se enferme por el coronavirus.

En nuestras manos está lograrlo y garantizar que quienes hoy nos entregan medicinas, comida o artículos, puedan seguir adelante en sus labores, mientras todas y todos estamos sanos, que es el único propósito en el que, como sociedad, debemos enfocarnos.

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