/ martes 14 de abril de 2020

Se necesita un frente común ante el desempleo

El desempleo es uno de los temas que más preocupan a los gobiernos del mundo, cuyo efecto se agudizó ante la pandemia del coronavirus-19.

Nuestro país, al igual que otras naciones, enfrentan uno de sus mayores retos, por lo que tienen que buscar más alternativas económicas a favor de las pymes y de aquellos que viven en la informalidad, de lo contrario se agudizará la pobreza, la desigualdad y la delincuencia.

Los cierres de negocios, fábricas, escuelas y las restricciones en viajes y de movilidad como medidas de protección ante el covid-19, han provocado un repentino cambio en la economía mundial y nuestro país no es ajeno a esta situación.

Un dato que nos debe hacer reflexionar son las cifras del IMSS que dio a conocer la semana pasada. Reportó la pérdida de 346 mil 878 puestos de trabajo, entre el 13 de marzo al 6 de abril.

Un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), destaca que en todo el mundo, la pérdida de horas de trabajo fue de 6.7%, equivalente a 195 millones de trabajadores a tiempo completo en el segundo trimestre de 2020.

El Director Regional de la OIT, Vinícius Pinheiro, comentó que “estamos ante una destrucción masiva de empleos y esto plantea un desafío de magnitudes sin precedentes en los mercados laborales de América Latina y el Caribe. Se van a necesitar medidas ambiciosas para preservar empleos y fomento a las empresas.”.

La OIT prevé que la región de Latinoamérica y el Caribe hay una pérdida de 14 millones de puestos de trabajo, mientras que en Centroamérica se verán destruidos 3 millones de empleos.

Ante esta situación, nuestro país debe insistir en “salvar” los empleos y apoyar con todo a quienes viven de la informalidad, de lo contrario el tiempo que falte para superar esta pandemia pondrá en riesgo la seguridad de las personas.

No solo hablo de la seguridad como la acción para cuidar la integridad de las personas, sino también de su seguridad social. Al perderse empleos, también se pierden sus servicios de salud.

Es necesario un acuerdo nacional, donde participen las autoridades, los empresarios, la academia y los sectores afectados, para que todos juntos sigamos apoyando a quienes más lo necesitan y a la economía nacional. Más créditos blandos, más apoyos del gobierno como diferir pagos de algunos impuestos y servicios (como la luz eléctrica), así como más medidas a favor de la salud.

Todas y todos debemos apostar a que nuestra economía siga estable y, sobre todo, a que salgamos adelante con buenos servicios y apoyos para la población.

El desempleo es uno de los temas que más preocupan a los gobiernos del mundo, cuyo efecto se agudizó ante la pandemia del coronavirus-19.

Nuestro país, al igual que otras naciones, enfrentan uno de sus mayores retos, por lo que tienen que buscar más alternativas económicas a favor de las pymes y de aquellos que viven en la informalidad, de lo contrario se agudizará la pobreza, la desigualdad y la delincuencia.

Los cierres de negocios, fábricas, escuelas y las restricciones en viajes y de movilidad como medidas de protección ante el covid-19, han provocado un repentino cambio en la economía mundial y nuestro país no es ajeno a esta situación.

Un dato que nos debe hacer reflexionar son las cifras del IMSS que dio a conocer la semana pasada. Reportó la pérdida de 346 mil 878 puestos de trabajo, entre el 13 de marzo al 6 de abril.

Un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), destaca que en todo el mundo, la pérdida de horas de trabajo fue de 6.7%, equivalente a 195 millones de trabajadores a tiempo completo en el segundo trimestre de 2020.

El Director Regional de la OIT, Vinícius Pinheiro, comentó que “estamos ante una destrucción masiva de empleos y esto plantea un desafío de magnitudes sin precedentes en los mercados laborales de América Latina y el Caribe. Se van a necesitar medidas ambiciosas para preservar empleos y fomento a las empresas.”.

La OIT prevé que la región de Latinoamérica y el Caribe hay una pérdida de 14 millones de puestos de trabajo, mientras que en Centroamérica se verán destruidos 3 millones de empleos.

Ante esta situación, nuestro país debe insistir en “salvar” los empleos y apoyar con todo a quienes viven de la informalidad, de lo contrario el tiempo que falte para superar esta pandemia pondrá en riesgo la seguridad de las personas.

No solo hablo de la seguridad como la acción para cuidar la integridad de las personas, sino también de su seguridad social. Al perderse empleos, también se pierden sus servicios de salud.

Es necesario un acuerdo nacional, donde participen las autoridades, los empresarios, la academia y los sectores afectados, para que todos juntos sigamos apoyando a quienes más lo necesitan y a la economía nacional. Más créditos blandos, más apoyos del gobierno como diferir pagos de algunos impuestos y servicios (como la luz eléctrica), así como más medidas a favor de la salud.

Todas y todos debemos apostar a que nuestra economía siga estable y, sobre todo, a que salgamos adelante con buenos servicios y apoyos para la población.