/ domingo 5 de diciembre de 2021

Réquiem por un grande de la libertad y del pensamiento

El 21 de noviembre murió Antonio Escohotado a los 80 años de edad; filósofo español de corte libertario que, durante su juventud, convencido de que el comunismo era la mejor forma de organización social, militó en la clandestinidad contra el franquismo. Fiel defensor de la libertad fue acusado de tráfico de drogas y encarcelado, donde en absoluta incomunicación, en lo que él llamó un retiro, comenzó a escribir uno de sus libros más conocidos: Historia General de las Drogas.

Independientemente de la profundidad y la relevancia de sus innumerables obras que van de la filosofía a la sociología y del derecho a la política, a Don Antonio hay que admirarle su valentía y su profundo amor por el conocimiento que le dieron la humildad necesaria para “desaprender” todo lo aprendido y “descreer” en todo lo que creía para después de 20 años de estudio e investigación, pasar de ser un defensor de una sociedad que nos trata de convertir en “iguales”, a ser un defensor de las libertades individuales y del comercio; tal como señaló en una entrevista:

“Pues mira, a mí me ha dolido más que a nadie cambiar de idea porque había puesto tanto corazón, tanta esperanza en que el comunismo fuese la forma del humanismo que cuando pura y simplemente demostró que me había equivocado, pues primero no dije nada ni siquiera a mis hijos. Y luego dije, aquí tengo una responsabilidad conmigo mismo y con los demás, y trabajé veinte años y escribí Los enemigos del comercio.”

Para Escohotado la libertad es un antídoto frente al miedo: “De la piel para adentro empieza mi exclusiva jurisdicción, elijo yo aquello que puede o no cruzar esa frontera. Soy un estado soberano y las lindes de mi piel me resultan mucho más sagradas que los confines políticos de cualquier país. No merece llamarse sociedad civil aquella donde no cunda el derecho a la extravagancia.”

Un año antes de fallecer se encerró en una cabaña en Ibiza, pues tenía cosas “importantes” que hacer antes de morir, como estudiar la fonética noruega o la geología islandesa: "Veo a otros viejos de mi edad intentando evitar, o saber, lo inevitable, y me da pena y me da orgullo. Pena de ellos y orgullo de haber llegado a mi situación, donde prestarle atención a la fonética noruega y a la geología de Islandia es lo único que me permite sentir lo previo, es decir, si la vida se despide, yo me despido antes ¿Tú pataleas ante lo inevitable? Yo no".

Descanse en Paz Don Antonio Escohotado.

Twitter: MarinievesGM @gm_marinieves


El 21 de noviembre murió Antonio Escohotado a los 80 años de edad; filósofo español de corte libertario que, durante su juventud, convencido de que el comunismo era la mejor forma de organización social, militó en la clandestinidad contra el franquismo. Fiel defensor de la libertad fue acusado de tráfico de drogas y encarcelado, donde en absoluta incomunicación, en lo que él llamó un retiro, comenzó a escribir uno de sus libros más conocidos: Historia General de las Drogas.

Independientemente de la profundidad y la relevancia de sus innumerables obras que van de la filosofía a la sociología y del derecho a la política, a Don Antonio hay que admirarle su valentía y su profundo amor por el conocimiento que le dieron la humildad necesaria para “desaprender” todo lo aprendido y “descreer” en todo lo que creía para después de 20 años de estudio e investigación, pasar de ser un defensor de una sociedad que nos trata de convertir en “iguales”, a ser un defensor de las libertades individuales y del comercio; tal como señaló en una entrevista:

“Pues mira, a mí me ha dolido más que a nadie cambiar de idea porque había puesto tanto corazón, tanta esperanza en que el comunismo fuese la forma del humanismo que cuando pura y simplemente demostró que me había equivocado, pues primero no dije nada ni siquiera a mis hijos. Y luego dije, aquí tengo una responsabilidad conmigo mismo y con los demás, y trabajé veinte años y escribí Los enemigos del comercio.”

Para Escohotado la libertad es un antídoto frente al miedo: “De la piel para adentro empieza mi exclusiva jurisdicción, elijo yo aquello que puede o no cruzar esa frontera. Soy un estado soberano y las lindes de mi piel me resultan mucho más sagradas que los confines políticos de cualquier país. No merece llamarse sociedad civil aquella donde no cunda el derecho a la extravagancia.”

Un año antes de fallecer se encerró en una cabaña en Ibiza, pues tenía cosas “importantes” que hacer antes de morir, como estudiar la fonética noruega o la geología islandesa: "Veo a otros viejos de mi edad intentando evitar, o saber, lo inevitable, y me da pena y me da orgullo. Pena de ellos y orgullo de haber llegado a mi situación, donde prestarle atención a la fonética noruega y a la geología de Islandia es lo único que me permite sentir lo previo, es decir, si la vida se despide, yo me despido antes ¿Tú pataleas ante lo inevitable? Yo no".

Descanse en Paz Don Antonio Escohotado.

Twitter: MarinievesGM @gm_marinieves