Vía Legal
Se reúnen en estos días en Mérida, Yucatán, especialistas y académicos de México, Estados Unidos y Canadá para tratar temas relacionados con la delincuencia juvenil, un tema de muchas aristas, que normalmente se centra en el castigo, pero que poco a poco ha ido dando un viraje hacia la reeducación, porque ya se ha comprobado que el modelo de internamiento da al traste con las oportunidades para esta población.
Los organizadores de este evento vienen de organismos de la sociedad civil, entre ellos Terre des Homes, Red Colectivo AVE (MEX), Juvenil Justice Initiative (Iniciativa de Justicia Juvenil), Penal Reform International y la Asociación Internacional de Jueces y Magistrados de la Juventud y laFamilia de Canadá.
El Tribunal Superior de Justicia de Yucatán es la sede de este evento que durará tres días, a partir de la primera jornada que fue ayer.Se trata de una reunión regional preparatoria para el Congreso Mundial sobre laJusticia para Niños, Niñas y Adolescentes que se llevará a cabo en 2021 y se le ha titulado “Hacia un sistema de justicia para la niñez más justo en América del Norte”.
En esta primera jornada se ha hablado, por un lado, del respeto a los derechos humanos y principios de protección de la niñez, educación positiva y participación de la sociedad y la familia y por otro sobre la reeducación a niños y jóvenes que cometen delitos, labor que se viene impulsando en México desde hace varios años, con reformas a leyes que protegen la niñez como la que entro en vigencia en 2014 y la ley nacional del sistema integral de justicia penal para adolescentes de 2016, que ya están, en el papel, alineadas a los compromisos internacionales de México en la materia.
La opinión de los especialistas es una: los jóvenes y niños no pueden ser condenados al encierro, sino que deben ser reeducados a través de programas personalizados. Ya los Poderes Judiciales están muy avanzados en esta perspectiva, pero no así policías y Ministerios Públicos, por lo que se ha dicho que así el modelo garantista no puede funcionar.
Y se ha hecho un llamado a las familias, particularmente a los padres y a la comunidad para asumir el papel que les corresponde y evitar que los jóvenes sigan siendo usados por la delincuencia organizada o caigan en conductas delictivas, ya que esto también significa una responsabilidad de los padres y de la sociedad.