/ lunes 26 de julio de 2021

Reabrir escuelas: sí ¿pero cómo?

Por Alejandro Lelo de Larrea


Si se hiciera una encuesta en México entre niñas, niños, adolescentes y jóvenes, sin duda más del 90 por ciento respondería que “sí” a la pregunta sobre si quieren volver a las clases presenciales en sus escuelas.

Lo mismo ocurriría seguramente si se le preguntara a los padres de familia, tutores, y cuidadores de los estudiantes.

Pero el temor de volver a las aulas es casi absoluto, porque ven alto riesgo de contagios. ¿Cuál sería el protocolo sanitario y cómo asegurarse de que se aplique de manera estricta?

Esta pregunta es la que no ha respondido el presidente Andrés Manuel López Obrador, a pesar de su advertencia expresada apenas, de que el próximo 30 de agosto, con el arranque del nuevo ciclo escolar, se reabrirán las escuelas para clases presenciales, “llueve, truene o relampaguee”.

El argumento de López Obrador es contundente: hay daños a la salud emocional en infantes y adolescentes por el encierro de más de 15 meses, en que han incurrido en uso excesivo de la televisión, computadoras, teléfonos celulares. Muchos miles han hecho sus ciclos escolares sin conocer sus escuelas, ni a sus profesores o a sus compañeros.

Lo malo es que el Gobierno de AMLO al parecer no tiene un plan, un protocolo para un regreso seguro a las aulas.

Aquí algunas líneas de seguridad sanitaria utilizadas en otros países, tropicalizadas para México:


1.—Regresar a las aulas sólo si hay semáforo verde. Hoy estamos en naranja, a 5 semanas del 30 de agosto. No parece fácil volver a verde en ese tiempo, pues para ello primero tendría que estabilizarse y bajar la tercera ola que hasta hoy sigue en ascenso.


2.—No podría ser obligatorio, al menos hasta que el esquema de vacunación esté completo en el 66% de la población adulta, porcentaje que de acuerdo con los especialistas colocaría al país con inmunidad de rebaño.


3.—Uso obligatorio de cubrebocas y careta para los estudiantes. Sí, pero cientos de miles de niñas y niños no soportan la medida. ¿Qué hacer ante ello?


4.—Quienes manden a sus infantes a la escuela deberían tener a todo su entorno familiar vacunado: padres, abuelos.


5.—Estricto control sanitario con pruebas aleatorias, para que al primer caso positivo se suspendan las clases del grupo donde se detectó.


Esto es lo básico. Esperemos que el Gobierno de AMLO tenga claro su plan y lo aplique en las próximas 5 semanas. Y sí, que se reabran las aulas, pero de manera segura.


Por Alejandro Lelo de Larrea


Si se hiciera una encuesta en México entre niñas, niños, adolescentes y jóvenes, sin duda más del 90 por ciento respondería que “sí” a la pregunta sobre si quieren volver a las clases presenciales en sus escuelas.

Lo mismo ocurriría seguramente si se le preguntara a los padres de familia, tutores, y cuidadores de los estudiantes.

Pero el temor de volver a las aulas es casi absoluto, porque ven alto riesgo de contagios. ¿Cuál sería el protocolo sanitario y cómo asegurarse de que se aplique de manera estricta?

Esta pregunta es la que no ha respondido el presidente Andrés Manuel López Obrador, a pesar de su advertencia expresada apenas, de que el próximo 30 de agosto, con el arranque del nuevo ciclo escolar, se reabrirán las escuelas para clases presenciales, “llueve, truene o relampaguee”.

El argumento de López Obrador es contundente: hay daños a la salud emocional en infantes y adolescentes por el encierro de más de 15 meses, en que han incurrido en uso excesivo de la televisión, computadoras, teléfonos celulares. Muchos miles han hecho sus ciclos escolares sin conocer sus escuelas, ni a sus profesores o a sus compañeros.

Lo malo es que el Gobierno de AMLO al parecer no tiene un plan, un protocolo para un regreso seguro a las aulas.

Aquí algunas líneas de seguridad sanitaria utilizadas en otros países, tropicalizadas para México:


1.—Regresar a las aulas sólo si hay semáforo verde. Hoy estamos en naranja, a 5 semanas del 30 de agosto. No parece fácil volver a verde en ese tiempo, pues para ello primero tendría que estabilizarse y bajar la tercera ola que hasta hoy sigue en ascenso.


2.—No podría ser obligatorio, al menos hasta que el esquema de vacunación esté completo en el 66% de la población adulta, porcentaje que de acuerdo con los especialistas colocaría al país con inmunidad de rebaño.


3.—Uso obligatorio de cubrebocas y careta para los estudiantes. Sí, pero cientos de miles de niñas y niños no soportan la medida. ¿Qué hacer ante ello?


4.—Quienes manden a sus infantes a la escuela deberían tener a todo su entorno familiar vacunado: padres, abuelos.


5.—Estricto control sanitario con pruebas aleatorias, para que al primer caso positivo se suspendan las clases del grupo donde se detectó.


Esto es lo básico. Esperemos que el Gobierno de AMLO tenga claro su plan y lo aplique en las próximas 5 semanas. Y sí, que se reabran las aulas, pero de manera segura.