/ lunes 25 de mayo de 2020

¿Quién fue María Guadalupe Buendía “La Loba” de Chimalhuacán?

El Aullido de Lobo

Cuando el Estado de México eran terregales, muchos de ellos ejidos, la ciudad empezaba a crecer y la migración del campo a la ciudad aumentaba aritméticamente, la necesidad de una vivienda cerca del centro de la capital del país alentó la creación de zonas habitacionales, pero no como ahora, entonces eran enormes terrenos, donde la gente hacía sus casas, sin importar la falta de servicios, entonces surgieron líderes que en este proceso adquirieron dinero, seguidores y por supuesto poder.

Muchos nombres se inscribieron en la historia del Estado de México, sin embargo, uno logró mantenerse, una mujer que se rodeó de un grupo fuerte que le sirvió, lo mismo para ocupar terrenos y venderlos que para someter a quien fuera.

Eran fines de los años 80, cuando María Guadalupe Buendía “La Loba” logró consolidarse en el oriente del Estado de México, en lo que hoy se conoce como el municipio de Chimalhuacán, cuyas colonias nacieron y se sostuvieron bajo su amparo.

Con el tiempo, fundó la Organización de Pueblos y Colonias con el que logró fraccionar terrenos para quienes se adherían a su organización.

En este proceso se cometió un sinnúmero de delitos, lesiones, daños en los bienes, la ocupación de los predios, despojo, de los que pudo librarse hasta que ocurrió un hecho sangriento que ya no le perdonó el sistema, no obstante que ella le dio todo su apoyo y obtuvo para si, beneficios tales como ser funcionaria pública y hasta colocar a familiares y cercanos en varios puestos, entre ellos a su primo Carlos Cornejo Torres, como presidente municipal de Chimalhuacán.

Ella deseaba continuar al frente de este municipio, así que no le cayó nada bien la llegada de Jesús Tolentino Román, por lo que organizó a su gente y advirtió que no le permitirían la toma de protesta, en agosto del 2000.

Con decenas de personas llegaron hasta el lugar y escenificaron una violenta protesta, que terminó con una decena de muertos y medio centenar de lesionados, lo que le hizo huir.

María Guadalupe Buendía “La Loba” fue detenida una semana después en un domicilio de Zinacantepec, para entonces, su amigos en el poder la habían dejado sola.

Junto con su esposo, José Adelaido Herrera Delgado y su hijo Hugo Herrera Buendía, fueron procesados y hallados culpables de homicidio.

Las pruebas fueron suficientes para que el juez les diera 50 años de cárcel, a cada uno de los acusados.

Ahora ella ha muerto, con lo que termina una página más de los liderazgos que de una u otra manera son la base en que se han fundado colonias, pueblos o barrios en el Valle de México.

Sígueme en twitter @Antoniodemarcel

Escribeme a antonio.marcelo@oem.com.mx


El Aullido de Lobo

Cuando el Estado de México eran terregales, muchos de ellos ejidos, la ciudad empezaba a crecer y la migración del campo a la ciudad aumentaba aritméticamente, la necesidad de una vivienda cerca del centro de la capital del país alentó la creación de zonas habitacionales, pero no como ahora, entonces eran enormes terrenos, donde la gente hacía sus casas, sin importar la falta de servicios, entonces surgieron líderes que en este proceso adquirieron dinero, seguidores y por supuesto poder.

Muchos nombres se inscribieron en la historia del Estado de México, sin embargo, uno logró mantenerse, una mujer que se rodeó de un grupo fuerte que le sirvió, lo mismo para ocupar terrenos y venderlos que para someter a quien fuera.

Eran fines de los años 80, cuando María Guadalupe Buendía “La Loba” logró consolidarse en el oriente del Estado de México, en lo que hoy se conoce como el municipio de Chimalhuacán, cuyas colonias nacieron y se sostuvieron bajo su amparo.

Con el tiempo, fundó la Organización de Pueblos y Colonias con el que logró fraccionar terrenos para quienes se adherían a su organización.

En este proceso se cometió un sinnúmero de delitos, lesiones, daños en los bienes, la ocupación de los predios, despojo, de los que pudo librarse hasta que ocurrió un hecho sangriento que ya no le perdonó el sistema, no obstante que ella le dio todo su apoyo y obtuvo para si, beneficios tales como ser funcionaria pública y hasta colocar a familiares y cercanos en varios puestos, entre ellos a su primo Carlos Cornejo Torres, como presidente municipal de Chimalhuacán.

Ella deseaba continuar al frente de este municipio, así que no le cayó nada bien la llegada de Jesús Tolentino Román, por lo que organizó a su gente y advirtió que no le permitirían la toma de protesta, en agosto del 2000.

Con decenas de personas llegaron hasta el lugar y escenificaron una violenta protesta, que terminó con una decena de muertos y medio centenar de lesionados, lo que le hizo huir.

María Guadalupe Buendía “La Loba” fue detenida una semana después en un domicilio de Zinacantepec, para entonces, su amigos en el poder la habían dejado sola.

Junto con su esposo, José Adelaido Herrera Delgado y su hijo Hugo Herrera Buendía, fueron procesados y hallados culpables de homicidio.

Las pruebas fueron suficientes para que el juez les diera 50 años de cárcel, a cada uno de los acusados.

Ahora ella ha muerto, con lo que termina una página más de los liderazgos que de una u otra manera son la base en que se han fundado colonias, pueblos o barrios en el Valle de México.

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