En 2009 Andrés Manuel López Obrador, fungía como el eterno candidato y autodenominado “presidente legítimo”.
Con esa supuesta autoridad, impuso a Rafael Acosta “Juanito”, como candidato a la entonces delegación Iztapalapa, la más poblada del país.
Lo anterior, después de que el Tribunal Electoral canceló la candidatura a Clara Brugada para esa demarcación.
“Juanito” triunfó en las elecciones. Se engolosinó con la legítima victoria que obtuvo.
Pero como López Obrador lo había impuesto, le pidió renunciar para que asumiera Brugada, previamente designada directora Jurídica y de Gobierno.
Rafael Acosta intentó resistirse. Incluso se atrincheró en las oficinas delegacionales. Pero el gusto no le duró mucho.
Entró al quite el entonces jefe de gobierno, Marcelo Ebrard. Lo llamó al viejo Palacio del Ayuntamiento.
“Juanito” había entrado envalentonado, con la firme intención de mantenerse como delegado. Al salir, anunció que le dejaba el camino libre a Brugada.
¿Quién cometió fraude electoral? ¿Hubo sanción alguna para el “presidente legítimo”? Ninguna. Para Ebrard mucho menos. Fue un fraude perfecto.
En este crispado ambiente, durante la mañana de ayer López Obrador difundió hasta el cansancio que el Instituto Nacional Electoral (INE), es artífice de los fraudes electorales.
Ello porque el INE rechazó la candidatura de Félix Salgado Macedonio a la gubernatura de Guerrero.
Entonces, bajo la bandera del fraude salió a defender a capa y espada al polémico senador con licencia, quien amenazó con perseguir a los consejeros hasta su casa.
¿Cuál es el propósito del Presidente López Obrador de recalcar una y otra vez que el INE, es artífice de fraudes?
¿Quién ha defraudado a quién?
PROSPECCIÓN… El dirigente de la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas (UNTA), Álvaro López Ríos, anunció la creación de “vigilantes electorales” para denunciar desvío de recursos por funcionarios del gobierno de Claudia Sheinbaum a las campañas de Morena en la Ciudad de México.
Twitter: @JoelSaucedo
