Los datos biométricos son las características únicas e irrepetibles que distinguen a cada persona, como la huella digital, iris, voz o rasgos faciales.
Con la llegada de la tecnología estos datos son utilizados frecuentemente para proteger el acceso a información de teléfonos celulares, centros de trabajo e incluso cuentas bancarias.
Antes de que las personas proporcionen esta información a diestra o siniestra “para sentirse muy modernos”, es conveniente revisar lo que dice el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) al respecto y por lo cual elaboró una “Guía para el Tratamiento de Datos Biométricos”, que busca regular esta práctica entre los sectores público y privado.
El INAI señala que esta información personal, son datos que de acuerdo con la ley, deben ser protegidos y recibir un tratamiento especial, por lo que advierte a los particulares sobre los riesgos que implica entregar sus datos y, busca un equilibrio entre los sistemas de seguridad y la protección de los derechos individuales.
Recomienda informarse sobre el aviso de privacidad qué datos biométricos se recabarán; describir para qué serán utilizados; recolectar y tratar el mínimo de datos, para los fines deseados.
También recomienda garantizar que los datos sean exactos, completos y pertinentes y borrarlos a la brevedad, una vez cumplido su objetivo; atender el riesgo en la implementación de nuevas tecnologías.
Aconseja implementar medidas de seguridad para evitar el mal uso de los datos; no difundirlos sin consentimiento expreso de su titular y definir claramente al personal que los usará. De la misma forma, se sugiere evitar vínculos innecesarios entre los datos biométricos y otros sistemas que puedan dar lugar a transferencias no autorizadas; y organizarlos de forma que se puedan atender las solicitudes de derechos de acceso, rectificación, cancelación y oposición (ARCO).
Este tema cobra vital importancia, luego que la Secretaría de Gobernación pidiera al Instituto Nacional Electoral (INE) los datos biométricos de los mexicanos para la cédula de identidad, el Instituto se negó argumentando que no tiene la facultad legal para hacerlo y son los poseedores de esta información los únicos autorizados para proporcionarla.
Cabe mencionar que de acuerdo con datos de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) el fraude por clonación de tarjeta de crédito aumentó 38% en 2019 respecto al año anterior, lo que significó que los fraudes cibernéticos generaron pérdidas de más de 8 mil 500 millones de pesos.
Datos del Banco de México advierten que México ocupa el octavo lugar a nivel mundial en robo de identidad; la mayoría de los casos se dan por pérdida de documentos (67%), robo de carteras y portafolios (63%) y por información robada directamente de la tarjeta bancaria (53%).