/ sábado 4 de mayo de 2019

¿Polarización o diferentes puntos de vista?

No es nuevo para nadie de los millones que usamos las redes sociales el hecho de que gran parte del contenido tenga que ver con las decisiones del quien desempeña el cargo como Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, antes eran propuestas, ahora son decisiones.


La crítica para uno u otro bando se reduce a “chairo” o “fifí”, no hay puntos medios, o eres neoliberal o conservador, negro o blanco, bueno o malo, perro o gato, que sé yo, miles de adjetivos que se usan en las redes para quienes deciden aventurarse a opinar sobre la política del país.


Temas como el Tren Maya o el NAICM han dejado al descubierto la polarización de los mexicanos y es que ya no se puede opinar a favor o en contra porque el tribunal inquisidor de las redes sociales reduce todo a un “maromero” o “falto de hueso”. No hay puntos medios y mucho menos objetividad.


Hay quien asegura que para Andrés Manuel el pueblo bueno y sabio solo es quien lo sigue sin preguntar nada y todo le aplaude (focas les dicen), en contraparte los de la “mafia del poder” es decir, quien no está de acuerdo con el presidente, el chiste es que quienes quedan en medio, simplemente no juegan.


Y es que sobra decir que desde que era candidato Andrés ya jugaba al negro o blanco, hasta cierto punto era lo más normal, una campaña basada en la “honestidad” y discursos contra los de siempre. Capitalizar las crisis, es algo que no cualquiera sabe hacer, pero el Primer Mandatario es muy diestro en eso.


Si bien 30 millones de mexicanos no son mayoría, es apenas el 30 por ciento de la lista nominal, si son suficientes para mantener una guerra interminable -y completamente esteril- sobre si el presidente tiene o no tiene razón.


Lo que si debería saber el del máximo cargo del país es que no gobierna para 30 millones de personas, que sus consultas a mano alzada lo están mostrando más como emperador que como demócrata. La línea no es delgada, pero el discurso la hace imperceptible.


Replico lo que se dice en las redes; “que alguien le diga a Andrés Manuel que ya es presidente, que la campaña se acabó y ya gobierna para todos”. Dijo que nadie por encima de la ley, pero parece que solo es en los bueyes de su compadre.

No es nuevo para nadie de los millones que usamos las redes sociales el hecho de que gran parte del contenido tenga que ver con las decisiones del quien desempeña el cargo como Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, antes eran propuestas, ahora son decisiones.


La crítica para uno u otro bando se reduce a “chairo” o “fifí”, no hay puntos medios, o eres neoliberal o conservador, negro o blanco, bueno o malo, perro o gato, que sé yo, miles de adjetivos que se usan en las redes para quienes deciden aventurarse a opinar sobre la política del país.


Temas como el Tren Maya o el NAICM han dejado al descubierto la polarización de los mexicanos y es que ya no se puede opinar a favor o en contra porque el tribunal inquisidor de las redes sociales reduce todo a un “maromero” o “falto de hueso”. No hay puntos medios y mucho menos objetividad.


Hay quien asegura que para Andrés Manuel el pueblo bueno y sabio solo es quien lo sigue sin preguntar nada y todo le aplaude (focas les dicen), en contraparte los de la “mafia del poder” es decir, quien no está de acuerdo con el presidente, el chiste es que quienes quedan en medio, simplemente no juegan.


Y es que sobra decir que desde que era candidato Andrés ya jugaba al negro o blanco, hasta cierto punto era lo más normal, una campaña basada en la “honestidad” y discursos contra los de siempre. Capitalizar las crisis, es algo que no cualquiera sabe hacer, pero el Primer Mandatario es muy diestro en eso.


Si bien 30 millones de mexicanos no son mayoría, es apenas el 30 por ciento de la lista nominal, si son suficientes para mantener una guerra interminable -y completamente esteril- sobre si el presidente tiene o no tiene razón.


Lo que si debería saber el del máximo cargo del país es que no gobierna para 30 millones de personas, que sus consultas a mano alzada lo están mostrando más como emperador que como demócrata. La línea no es delgada, pero el discurso la hace imperceptible.


Replico lo que se dice en las redes; “que alguien le diga a Andrés Manuel que ya es presidente, que la campaña se acabó y ya gobierna para todos”. Dijo que nadie por encima de la ley, pero parece que solo es en los bueyes de su compadre.

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