El Aullido de Lobo
Muy mal la pasan los conductores y dueños de camionetas del transporte público desde Ecatepec hasta Zumpango, pasando por Tecámac, donde el crimen organizado o desorganizado ha sentado sus reales y hasta ahora nadie los detiene, porque atrás de esos muchachos que se prestan como sicarios o pirómanos, al parecer hay una bien estructurada banda que recoge enormes ganancias, por el derecho de piso que cobran a las rutas.
La denuncia ya ha sido hecha por diversas rutas, quienes han pedido a sus respectivos presidentes municipales, pongan un operativo permanente para dar seguridad a los conductores, lo mismo que a usuarios quienes son asaltados un día si y otro también.
Tan solo en los últimos días conocimos la detención de una bandita de asaltantes de transporte público, quienes dijeron que se llevan entre diez y 20 teléfonos celulares por atraco, con razón se la juegan cada día sin importar la ira que desatan usuarios cuando los agarran.
Pese a estas escaramuzas entre ciudadanos y ladrones, no para la ola de atracos y sobre todo de extorsiones a operadores de camionetas y dueños, quienes tienen que pagar cantidades que van de los 10 a los 25 mil pesos para no ser asaltados, o que sus vehículos terminen como pérdida total.
Un par de estos ataques tuvo lugar este jueves, cuando la unidad número 232 de la línea San Juan Zitlaltepec, fue detenida al salir de la Central de Abasto de Venta deCarpio, por un chamaco de unos 20 años de edad, quien sin más roció gasolina dentro de la unidad y le prendió fuego, para después darse a la fuga.
En otro evento, en Ciudad Cuauhtémoc, otro joven igual de unos 20 años de edad bajó al pasaje y chofer, para luego prender la unidad, ala que previamente roció gasolina.
Estos grupos generalmente se dicen integrantes de carteles ya conocidos, aunque esto nunca se comprueba, nadie quiere saber con quién se está metiendo y prefieren pagar, hasta que es insostenible y terminan por perder sus unidades.
Mientras esto ocurre en las rutas, los presidentes municipales poco hacen y poco exigen a sus cuerpos de policía, quienes casualmente no saben quién opera en su zona y cuando atacan estos bandidos,nunca llegan a tiempo.
Esta vez, en Ecatepec, detuvieron a dos jóvenes con una pistola, quienes podrían ser los pirómanos, y si tiene suerte la policía quizá“canten como pajaritos” y digan quién es su jefe, de lo contrario engrosarán las filas en las prisiones mexiquenses y los permisionarios mexiquenses tendrán que arreglárselas como puedan.
@Antoniodemarcel
Antonio.marcelo@oem.com.mx
