/ sábado 31 de julio de 2021

Periodismo de fondo


El affaire Julio Hernández, por el cual el gobierno federal se tuvo que comprometer a echar a atrás los permisos ambientales otorgados para que más de 1,800 hectáreas de áreas naturales protegidas de la sierra de San Miguelito, en San Luis Potosí, fueran otorgados a una inmobiliaria privada, mostró, primero, lo endeble del mecanismo de supervisión de calidad de medios que hace la Presidencia de la República, y, segundo, que cuando el periodismo se hace con calidad, es difícil que aun la maquinaria oficial lo pueda echar abajo o desmentir.

En Palacio Nacional siguen evaluando todas las notas negativas como ataques interesados. Siguen sin distinguir la crítica basura de la crítica bien documentada, e incluso de la de buena fe, como la hecha por Julio Hernández. Por eso les fue como les fue el miércoles pasado.

El Sol de México, fue exhibido en la misma sesión mañanera como parte de un grupo de medios con más menciones negativas que positivas hacia la 4T, sin entrar en detalle de los temas abordados en las notas, sin diferenciar las libres opiniones de los editorialistas de los reportajes o de la información general.

Por ejemplo, esta semana los periódicos de la Organización Editorial Mexicana, comenzando con su edición en Sinaloa, publicaron en exclusiva los despidos masivos en las universidades del Bienestar, programa emblemático del gobierno federal. Se buscó a la directora general del sistema Raquel Sosa, antes de la publicación de los materiales, y no hubo respuesta. Una vez publicados, ella buscó al reportero y no negó la salida de personal, sino que la justificó como una “revisión de convenios” laborales con el personal.

Un día antes se dio a conocer que la incautación de droga en el país se ha caído con la 4T, sobre todo en los municipios más violentos, congruente con la política de seguridad de no atacar a los criminales, sino dejarlos hacer y dejarlos pasar. Todo con datos oficiales obtenidos vía los mecanismos de transparencia. Ninguna declaración oficial, pero tampoco un desmentido.

“Costó más de mil millones de pesos distribuir medicinas. La 4T recurre a privados”, fue otra nota principal, con datos del portal Quién es Quién de la organización PODER y los contratos disponibles en Compranet. Silencio, de parte del gobierno federal.

“Ahorcan al Instituto de Energías Limpias. No tienen para pagar salarios”. Su presupuesto apenas alcanza para cubrir la nómina, por lo que 860 trabajadores están en riesgo de perder su trabajo. La fuente fueron los propios trabajadores y auditorías de la federación al instituto. Hubo, para variar, silencio oficial, tampoco se desmintió la información.


Esto en una sola semana de julio de trabajos de investigación reporteados en exclusiva por El Sol de México, que seguramente van a ser catalogados como “notas negativas” en el reporte semanal de Intelite, sin entrar al fondo de las problemáticas que se tienen que resolver, sin calificar de verdadero o falso lo que ahí se dice, sin aclarar que se les dio la oportunidad de posicionarse y la dejaron pasar.


El Presidente, como cada semana, se va a tirar al piso, victimizandose, de que los medios lo atacan más que a Francisco I. Madero. Sería más constructivo no declarar enemigo al mensajero, sino dejar que sus funcionarios den la cara y expliquen cómo le van a hacer para solucionar los grandes problemas nacionales. De otra manera, los San Miguelitos se le van a seguir multiplicando.


El affaire Julio Hernández, por el cual el gobierno federal se tuvo que comprometer a echar a atrás los permisos ambientales otorgados para que más de 1,800 hectáreas de áreas naturales protegidas de la sierra de San Miguelito, en San Luis Potosí, fueran otorgados a una inmobiliaria privada, mostró, primero, lo endeble del mecanismo de supervisión de calidad de medios que hace la Presidencia de la República, y, segundo, que cuando el periodismo se hace con calidad, es difícil que aun la maquinaria oficial lo pueda echar abajo o desmentir.

En Palacio Nacional siguen evaluando todas las notas negativas como ataques interesados. Siguen sin distinguir la crítica basura de la crítica bien documentada, e incluso de la de buena fe, como la hecha por Julio Hernández. Por eso les fue como les fue el miércoles pasado.

El Sol de México, fue exhibido en la misma sesión mañanera como parte de un grupo de medios con más menciones negativas que positivas hacia la 4T, sin entrar en detalle de los temas abordados en las notas, sin diferenciar las libres opiniones de los editorialistas de los reportajes o de la información general.

Por ejemplo, esta semana los periódicos de la Organización Editorial Mexicana, comenzando con su edición en Sinaloa, publicaron en exclusiva los despidos masivos en las universidades del Bienestar, programa emblemático del gobierno federal. Se buscó a la directora general del sistema Raquel Sosa, antes de la publicación de los materiales, y no hubo respuesta. Una vez publicados, ella buscó al reportero y no negó la salida de personal, sino que la justificó como una “revisión de convenios” laborales con el personal.

Un día antes se dio a conocer que la incautación de droga en el país se ha caído con la 4T, sobre todo en los municipios más violentos, congruente con la política de seguridad de no atacar a los criminales, sino dejarlos hacer y dejarlos pasar. Todo con datos oficiales obtenidos vía los mecanismos de transparencia. Ninguna declaración oficial, pero tampoco un desmentido.

“Costó más de mil millones de pesos distribuir medicinas. La 4T recurre a privados”, fue otra nota principal, con datos del portal Quién es Quién de la organización PODER y los contratos disponibles en Compranet. Silencio, de parte del gobierno federal.

“Ahorcan al Instituto de Energías Limpias. No tienen para pagar salarios”. Su presupuesto apenas alcanza para cubrir la nómina, por lo que 860 trabajadores están en riesgo de perder su trabajo. La fuente fueron los propios trabajadores y auditorías de la federación al instituto. Hubo, para variar, silencio oficial, tampoco se desmintió la información.


Esto en una sola semana de julio de trabajos de investigación reporteados en exclusiva por El Sol de México, que seguramente van a ser catalogados como “notas negativas” en el reporte semanal de Intelite, sin entrar al fondo de las problemáticas que se tienen que resolver, sin calificar de verdadero o falso lo que ahí se dice, sin aclarar que se les dio la oportunidad de posicionarse y la dejaron pasar.


El Presidente, como cada semana, se va a tirar al piso, victimizandose, de que los medios lo atacan más que a Francisco I. Madero. Sería más constructivo no declarar enemigo al mensajero, sino dejar que sus funcionarios den la cara y expliquen cómo le van a hacer para solucionar los grandes problemas nacionales. De otra manera, los San Miguelitos se le van a seguir multiplicando.