/ viernes 29 de enero de 2021

Peras y manzanas

Sobre el debate de la libertad de expresión en México se han hecho públicas, por parte del titular del Ejecutivo, posturas a este respecto que vale mucho la pena analizar en todo lo que valen.

No sólo lo dicho acerca de las disposiciones del INE en relación con las conferencias diarias del propio presidente, sino también acerca de la auto-victimización que el titular del Ejecutivo protagoniza cuando se queja abiertamente de los periodistas y todos aquellos que opinan o informan sobre su gestión o sobre él mismo.

O los “argumentos” que ha hecho valer en el sentido de que la crítica tiene malicia.

Si bien hasta este momento, no habría elementos para establecer que el Ejecutivo haya atentado en contra de la libertad de expresarse de los medios, de los periodistas y demás opinadores a través de una censura directa. Esto puede demostrarse sólo con abrir los periódicos o los sitios digitales de noticias en donde la crítica, por decir lo menos, abunda.

Sin embargo, sí hay elementos acerca de la poca o nula tolerancia que el propio titular del Ejecutivo y algunos de los funcionarios públicos de su gabinete muestran ante la crítica, faltando con ello al nivel más amplio de tolerancia a que están sujetos según la jurisprudencia interamericana.

Otro hecho revelador que se ha manifestado en estos espacios (las mañaneras) que se reproducen en los medios del Estado, es la descalificación que el propio titular del Ejecutivo hace de personas y medios que ejercen esta crítica.

Primero: se olvida o no se quiere ver que, como ha establecido la jurisprudencia interamericana, “las expresiones, informaciones, ideas y opiniones sobre funcionarios públicos en ejercicio de sus funciones y sobre candidatos a ejercer cargos públicos (también) gozan de un nivel especial de protección bajo la Convención Americana”.

Segundo: se olvida o no se quiere ver otro criterio de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el sentido de que “los funcionarios públicos y quienes aspiran a serlo, en una sociedad democrática, tienen un umbral distinto de protección, que les expone en mayor grado al escrutinio y a la crítica del público, lo cual se justifica por el carácter de interés público de las actividades que realizan, porque se han expuesto voluntariamente a un escrutinio más exigente y porque tienen una enorme capacidad de controvertir la información a través de su poder de convocatoria pública”

“En efecto, debido a su condición—que implica una mayor influencia social y mayor facilidad de acceso a los medios de comunicación—éstos tienen más posibilidades de dar explicaciones o responder a los cuestionamientos o las críticas que se les formulen”, ha dicho la Corte.

De manera que no es proporcional o bien dicho no se vale, que el presidente quiera, como parece ser el propósito de aparecer todos los días en los medios estatales, compararse con personas que no ejercen el cargo que él ocupa (lo que se extiende a los demás integrantes de su gabinete) con el argumento de “ejercer su libertad de expresión” o que descalifique a medios y a periodistas porque es “víctima” de la crítica maliciosa.

Es como comparar peras con manzanas.

Sobre el debate de la libertad de expresión en México se han hecho públicas, por parte del titular del Ejecutivo, posturas a este respecto que vale mucho la pena analizar en todo lo que valen.

No sólo lo dicho acerca de las disposiciones del INE en relación con las conferencias diarias del propio presidente, sino también acerca de la auto-victimización que el titular del Ejecutivo protagoniza cuando se queja abiertamente de los periodistas y todos aquellos que opinan o informan sobre su gestión o sobre él mismo.

O los “argumentos” que ha hecho valer en el sentido de que la crítica tiene malicia.

Si bien hasta este momento, no habría elementos para establecer que el Ejecutivo haya atentado en contra de la libertad de expresarse de los medios, de los periodistas y demás opinadores a través de una censura directa. Esto puede demostrarse sólo con abrir los periódicos o los sitios digitales de noticias en donde la crítica, por decir lo menos, abunda.

Sin embargo, sí hay elementos acerca de la poca o nula tolerancia que el propio titular del Ejecutivo y algunos de los funcionarios públicos de su gabinete muestran ante la crítica, faltando con ello al nivel más amplio de tolerancia a que están sujetos según la jurisprudencia interamericana.

Otro hecho revelador que se ha manifestado en estos espacios (las mañaneras) que se reproducen en los medios del Estado, es la descalificación que el propio titular del Ejecutivo hace de personas y medios que ejercen esta crítica.

Primero: se olvida o no se quiere ver que, como ha establecido la jurisprudencia interamericana, “las expresiones, informaciones, ideas y opiniones sobre funcionarios públicos en ejercicio de sus funciones y sobre candidatos a ejercer cargos públicos (también) gozan de un nivel especial de protección bajo la Convención Americana”.

Segundo: se olvida o no se quiere ver otro criterio de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el sentido de que “los funcionarios públicos y quienes aspiran a serlo, en una sociedad democrática, tienen un umbral distinto de protección, que les expone en mayor grado al escrutinio y a la crítica del público, lo cual se justifica por el carácter de interés público de las actividades que realizan, porque se han expuesto voluntariamente a un escrutinio más exigente y porque tienen una enorme capacidad de controvertir la información a través de su poder de convocatoria pública”

“En efecto, debido a su condición—que implica una mayor influencia social y mayor facilidad de acceso a los medios de comunicación—éstos tienen más posibilidades de dar explicaciones o responder a los cuestionamientos o las críticas que se les formulen”, ha dicho la Corte.

De manera que no es proporcional o bien dicho no se vale, que el presidente quiera, como parece ser el propósito de aparecer todos los días en los medios estatales, compararse con personas que no ejercen el cargo que él ocupa (lo que se extiende a los demás integrantes de su gabinete) con el argumento de “ejercer su libertad de expresión” o que descalifique a medios y a periodistas porque es “víctima” de la crítica maliciosa.

Es como comparar peras con manzanas.

ÚLTIMASCOLUMNAS
viernes 01 de octubre de 2021

Otra incongruencia legislativa

VÍA LEGAL 

Maria Fernanda Matus Martinez

viernes 24 de septiembre de 2021

Otra ley deficiente

VÍA LEGAL

Maria Fernanda Matus Martinez

viernes 03 de septiembre de 2021

No desaparecen

VÍA LEGAL

Maria Fernanda Matus Martinez

viernes 06 de agosto de 2021

Somos

VÍA LEGAL

Maria Fernanda Matus Martinez

viernes 30 de julio de 2021

Pegasus Project

VÍA LEGAL

Maria Fernanda Matus Martinez

viernes 23 de julio de 2021

Necesito un abogado

VÍA LEGAL 

Maria Fernanda Matus Martinez

Cargar Más