/ jueves 9 de julio de 2020

Operaciones aéreas

Un mensaje de alerta de la Agencia Federal de Aviación sobre una aeronave que despegó de Toluca, Estado de México, y que tenía como destino el aeropuerto de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, movilizó a las autoridades aeronáuticas debido a que no llegó a su destino.

Horas más tarde la aeronave extraviada, un Learjet matrícula XB-NRX, apareció calcinada en una pista clandestina en Mapastepec, Chiapas. La tarde del pasado sábado 4 de julio un aviso cifrado refería que el aparato había despegado de territorio mexiquense con destino al sureste, la ruta a seguir de acuerdo al plan de vuelo era Tuxtla Gutiérrez, Mérida, Campeche y Ciudad del Carmen.

Al caer la noche tropas del 61 batallón de infantería aseguraron la aeronave con la mayor parte del fuselaje calcinado, sin rastros de la tripulación ni del cargamento, abandonada dentro de una zona de manglares entre las comunidades de Castaño y Pampa Honda.

Al investigar a la empresa aérea, las autoridades encontraron una posible pista en otros vuelos, pero la indagatoria quedó en lista de espera debido a que horas más tarde, durante la mañana del domingo en el mismo espacio aéreo del sureste mexicano, la Fuerza Aérea reportó el ingreso de una aeronave proveniente de Sudamérica, se presume que de Maracaibo, Venezuela, y que aterrizó sobre la carretera que va a Felipe Carrillo Puerto, Quintana Roo.

La secretaría de la Defensa Nacional informó que este aparato aterrizó al noroeste de Polyuc, cuando los soldados llegaron el aparato ya estaba incendiado, en los alrededores encontraron una camioneta abandonado donde había 390 kilogramos de cocaína con un valor calculado por arriba de los 100 millones de pesos. Horas más tarde otro vehículo dejado cerca de la comunidad de José María Morelos, tenía en su interior 210 kilos de la misma droga con un precio aproximado a los 59 millones de pesos. Ambos hallazgos fueron relacionados con la aeronave abandonada en la carretera, cuyo origen sería el aeropuerto de Saltillo, desde donde habría volado a Venezuela y de ahí de regreso a México.

El hilo conductor de lo sucedido el fin de semana conduce a los mandos de la Guardia Nacional y de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) en la región. Fuentes de la secretaría de la Defensa Nacional tienen identificado al delegado de la AIC en Chiapas, el comandante Isaís Pichardo Sotelo y al responsable del aeropuerto de Tapachula por la Guardia Nacional, Arturo Fernando Reynoso Saldívar, como dos personajes clave para explicar lo que ocurre en el espacio aéreo de esta parte del territorio nacional.

Pichardo estuvo de delegado de la entonces Policía Federal Ministerial en Sonora, y trabajó varios años en el noroeste del país. Reynoso lleva casi dos décadas de servicio desde la Policía Federal de Caminos, y hoy en la Guardia Nacional. Se le atribuye la operación de los radares al estar frente del aeropuerto de Tapachula. Desde sus tiempos en la Policía Federal al frente del aeropuerto de Cancún, sus colegas lo señalaron como responsable de serias irregularidades que convirtieron a este lugar en sitio clave para las operaciones de las mafias internacionales.

Los sucesos de días recientes colocaron otra vez el reflector sobre sus áreas de responsabilidad.

@velediaz424


Un mensaje de alerta de la Agencia Federal de Aviación sobre una aeronave que despegó de Toluca, Estado de México, y que tenía como destino el aeropuerto de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, movilizó a las autoridades aeronáuticas debido a que no llegó a su destino.

Horas más tarde la aeronave extraviada, un Learjet matrícula XB-NRX, apareció calcinada en una pista clandestina en Mapastepec, Chiapas. La tarde del pasado sábado 4 de julio un aviso cifrado refería que el aparato había despegado de territorio mexiquense con destino al sureste, la ruta a seguir de acuerdo al plan de vuelo era Tuxtla Gutiérrez, Mérida, Campeche y Ciudad del Carmen.

Al caer la noche tropas del 61 batallón de infantería aseguraron la aeronave con la mayor parte del fuselaje calcinado, sin rastros de la tripulación ni del cargamento, abandonada dentro de una zona de manglares entre las comunidades de Castaño y Pampa Honda.

Al investigar a la empresa aérea, las autoridades encontraron una posible pista en otros vuelos, pero la indagatoria quedó en lista de espera debido a que horas más tarde, durante la mañana del domingo en el mismo espacio aéreo del sureste mexicano, la Fuerza Aérea reportó el ingreso de una aeronave proveniente de Sudamérica, se presume que de Maracaibo, Venezuela, y que aterrizó sobre la carretera que va a Felipe Carrillo Puerto, Quintana Roo.

La secretaría de la Defensa Nacional informó que este aparato aterrizó al noroeste de Polyuc, cuando los soldados llegaron el aparato ya estaba incendiado, en los alrededores encontraron una camioneta abandonado donde había 390 kilogramos de cocaína con un valor calculado por arriba de los 100 millones de pesos. Horas más tarde otro vehículo dejado cerca de la comunidad de José María Morelos, tenía en su interior 210 kilos de la misma droga con un precio aproximado a los 59 millones de pesos. Ambos hallazgos fueron relacionados con la aeronave abandonada en la carretera, cuyo origen sería el aeropuerto de Saltillo, desde donde habría volado a Venezuela y de ahí de regreso a México.

El hilo conductor de lo sucedido el fin de semana conduce a los mandos de la Guardia Nacional y de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) en la región. Fuentes de la secretaría de la Defensa Nacional tienen identificado al delegado de la AIC en Chiapas, el comandante Isaís Pichardo Sotelo y al responsable del aeropuerto de Tapachula por la Guardia Nacional, Arturo Fernando Reynoso Saldívar, como dos personajes clave para explicar lo que ocurre en el espacio aéreo de esta parte del territorio nacional.

Pichardo estuvo de delegado de la entonces Policía Federal Ministerial en Sonora, y trabajó varios años en el noroeste del país. Reynoso lleva casi dos décadas de servicio desde la Policía Federal de Caminos, y hoy en la Guardia Nacional. Se le atribuye la operación de los radares al estar frente del aeropuerto de Tapachula. Desde sus tiempos en la Policía Federal al frente del aeropuerto de Cancún, sus colegas lo señalaron como responsable de serias irregularidades que convirtieron a este lugar en sitio clave para las operaciones de las mafias internacionales.

Los sucesos de días recientes colocaron otra vez el reflector sobre sus áreas de responsabilidad.

@velediaz424