Salud, dinero y amor, fueron sin duda los principales deseos que la mayoría de los mexicanos pidieron para el 2020, año a partir del cual arranca un nuevo y prometedor modelo nacional de salud, cuya punta de lanza será el Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI).
Con el ambicioso objetivo de afiliar a toda la población que carece de seguridad social, la autoridad ha informado a través de sus redes sociales, “youtubers” y uno que otro escueto comunicado de prensa, que para afiliarse solo se requerirá presentar la credencial del INE, la Clave Única de Registro de Población (CURP) o el acta de nacimiento, por lo que se descarta el pago de cualquier tipo de cuota.
Dice que no se necesitará acudir a un módulo, afiliarse y recibir una póliza; tampoco se pagaran cuotas anuales para ser atendidos en las unidades médicas; por lo que ahora, cualquier ciudadano mexicano tendrá el derecho, como lo establece la Constitución, a recibir atención médica y medicamentos gratuitos.
Para acceder a la atención, además de presentar alguno de los documentos en mención, los beneficiarios deberán cumplir dos requisitos: encontrarse en territorio nacional y no ser derechohabiente del IMSS o el ISSSTE.
La población señala que la información hasta ahora proporcionada por la autoridad es escueta, poco clara, confusa e inconsistente, ya que no se informa exactamente en dónde se tiene que acudir para afiliarse al INSABI, ni si será necesario reafiliarse en caso de haber estado ya inscritos al Seguro Popular, entre otros cuestionamientos.
A través de las redes sociales, la ciudadanía se muestra cautelosa sobre la prestación de servicios que brindará el ahora llamado INSABI, en cuanto a calidad, oportunidad y seguridad, y sí contará con los recursos suficientes, para no repetir los añejos y conocidos problemas que sufre todo el sistema de salud.
Al respecto, el Centro de Investigación Económica y Presupuestaría (CIEP), da algunas luces en el camino al señalar que el presupuesto proyectado para el INSABI es una cuarta parte de lo que en realidad necesita para atender a más de 75 millones de personas, de manera ilimitada, sin que exista ningún tipo de cuota o retribución por los servicios. Además, se pretende que los trabajadores del Insabi tengan una plaza permanente y dejar el esquema de honorarios.
La investigación pregunta con qué dinero se va a financiar un sistema de salud para más de la mitad de la población nacional, si tenemos un espacio fiscal en contracción, que al menos desde 2016 ha pasado de 6.6% del PIB a 2.4%”.
Ante esto, el CIEP publicó un documento donde señala que el INSABI podría costar desde 162 mil millones de pesos, en el escenario más conservador, hasta más de 900 mmdp, por lo que los 40 mil millones de pesos que está proyectando asignar para 2020 no serán suficientes.
