/ martes 29 de junio de 2021

¿Narco elecciones y narco partido?

Sin duda a los mexicanos nos queda muy claro el lamentable rumbo que ha tomado el país, durante casi tres años de “gobierno del partido Movimiento de Degeneración Nacional” (MORENA), luego de las múltiples señales enviadas por su dirigente y mesías Andrés Manuel López Obrador a los largo de este tiempo, con políticas “fallidas” de abrazo no balazos, reconociendo la actitud del crimen organizado, dejando en libertad a líderes del narco y saludando a familiares y amigos del capo mexicano más famosos en la historia de nuestra nación. “Las elecciones mexicanas son más que una competencia entre candidatos por el respaldo popular. También son un foro para que los grupos criminales obtengan, prolonguen y consoliden su acceso al poder estatal”, señala el ICG en su informe sobre América Latina No. 89. publicado este 2 de junio.

El resultado de todo lo anterior fue evidente a grado tal que el Narco mostro su poder con más de 230 personas asesinadas vinculadas al proceso electoral y cerca de 790 agresiones, intimidaciones o delitos contra políticos mexicanos, así como por la presencia del secretario de Seguridad Territorial de Estados Unidos, Alejandro Mayorkas, que visito México en un mal momento en la relación bilateral, y con la creciente convicción en Washington de que la laxitud del presidente Andrés Manuel López Obrador con los cárteles de la droga rebasa la condescendencia. El problema de gobernabilidad que han venido alertando en el gobierno del presidente Joe Biden –la pérdida de 30 por ciento del territorio que controla actualmente el crimen organizado– se agrava por la forma como actuaron los cárteles en las elecciones del 6 de junio.

La operación del narco partido y los cárteles ha sido comprobada con miles de denuncias, por su participación activa dentro del proceso electoral, así como por su abierta presencia en ciudades principales y muchos municipios del país. Los estados de Sinaloa, Guerrero, Tamaulipas, Morelos, Michoacán, Sonora, Baja California, Jalisco, Estado de México y Ciudad de México, se encuentran en el ojo de la policía EEUU, lo cual sería meramente circunstancial, de no ser porque se dieron casos específicos de personas vinculadas a MORENA y con grupos delincuenciales que robaron urnas en la zona del Pacífico norte, y amenazaron a candidatas y candidatos que, el mismo día de elección, abandonaron la contienda.

La forma como el gobierno mexicano ha tratado a los narcotraficantes tuvo una insólita expresión después de las elecciones, cuando el presidente de todos los mexicanos declaró que “se habían portado bien”, sin nunca clarificar a qué se refería. Uno puede pensar mal…México normaliza la violencia al estilo Colombia o vive ya un narco gobierno?. Al tiempo.


Sin duda a los mexicanos nos queda muy claro el lamentable rumbo que ha tomado el país, durante casi tres años de “gobierno del partido Movimiento de Degeneración Nacional” (MORENA), luego de las múltiples señales enviadas por su dirigente y mesías Andrés Manuel López Obrador a los largo de este tiempo, con políticas “fallidas” de abrazo no balazos, reconociendo la actitud del crimen organizado, dejando en libertad a líderes del narco y saludando a familiares y amigos del capo mexicano más famosos en la historia de nuestra nación. “Las elecciones mexicanas son más que una competencia entre candidatos por el respaldo popular. También son un foro para que los grupos criminales obtengan, prolonguen y consoliden su acceso al poder estatal”, señala el ICG en su informe sobre América Latina No. 89. publicado este 2 de junio.

El resultado de todo lo anterior fue evidente a grado tal que el Narco mostro su poder con más de 230 personas asesinadas vinculadas al proceso electoral y cerca de 790 agresiones, intimidaciones o delitos contra políticos mexicanos, así como por la presencia del secretario de Seguridad Territorial de Estados Unidos, Alejandro Mayorkas, que visito México en un mal momento en la relación bilateral, y con la creciente convicción en Washington de que la laxitud del presidente Andrés Manuel López Obrador con los cárteles de la droga rebasa la condescendencia. El problema de gobernabilidad que han venido alertando en el gobierno del presidente Joe Biden –la pérdida de 30 por ciento del territorio que controla actualmente el crimen organizado– se agrava por la forma como actuaron los cárteles en las elecciones del 6 de junio.

La operación del narco partido y los cárteles ha sido comprobada con miles de denuncias, por su participación activa dentro del proceso electoral, así como por su abierta presencia en ciudades principales y muchos municipios del país. Los estados de Sinaloa, Guerrero, Tamaulipas, Morelos, Michoacán, Sonora, Baja California, Jalisco, Estado de México y Ciudad de México, se encuentran en el ojo de la policía EEUU, lo cual sería meramente circunstancial, de no ser porque se dieron casos específicos de personas vinculadas a MORENA y con grupos delincuenciales que robaron urnas en la zona del Pacífico norte, y amenazaron a candidatas y candidatos que, el mismo día de elección, abandonaron la contienda.

La forma como el gobierno mexicano ha tratado a los narcotraficantes tuvo una insólita expresión después de las elecciones, cuando el presidente de todos los mexicanos declaró que “se habían portado bien”, sin nunca clarificar a qué se refería. Uno puede pensar mal…México normaliza la violencia al estilo Colombia o vive ya un narco gobierno?. Al tiempo.