El Aullido del Lobo
No es ningún consuelo que la autoridad salga a decir que no se trató de un secuestro el caso del alumno de la Universidad Intercontinental, a quien arrancaron la vida de manera brutal en esta Ciudad de México.
Y de inmediato surgieron las voces que se manifestaron por una justicia pronta y expedita; la propia universidad dijo “exigimos a las autoridades que se actúe en consecuencia, encauzar y castigar a los responsables evitando la impunidad”.Esto ocurre cuando apenas íbamos saliendo de la impresión que causó el secuestro y asesinato del joven Norberto Ronquillo, a cuya familia si exigieron un rescate.
A la exigencia de justicia se sumó la Unión Nacional de Padres de Familia (UNPF) quienes retoman los datos de secuestro para ilustrar que en México se incrementó este delito en 36.5 por ciento en los primeros cinco meses de 2019.Es decir, se cometieron 814 privaciones ilegales de la libertad contra 596 en el mismo lapso del año pasado, un sustancial aumento, aunque la Procuradora Ernestina Godoy salga a decir que tiene otras cifras.
En la frialdad de los números no pasa de unos cientos, más, pero no olvidemos que cada caso es una historia, una familia huérfana de uno de sus miembros, hijos, hermanos, hermanas, la sensación de qué hubiera pasado si no…
Pero el hubiera no existe y ellos se han convertido en las víctimas de la falta de un sistema de prevención y persecución del delitos eficiente.
Que no se nos olviden sus nombres: Norberto Ronquillo, Hugo Leonardo y ahora se suma la joven ex alumna de la UDLA, Ana Karen García Vara, levantada en Polanco y posiblemente víctima de un secuestro.
Cuántos más hacen falta para que dejen de aferrarse al puesto quienes no pueden con el paquete, y de verdad sean perseguido y detenidos los responsables de llevar luto y dolor a los hogares de este nuestro México.
“No fue secuestro” dijeron, pero eso no consuela a los padres cuyo hijo fue asesinado arteramente cuando estaba en la flor de la edad.
@Antoniodemarcel
antonio.marcelo@oem.com.mx
