/ viernes 7 de junio de 2019

Migración: México entre la espada y la pared

Vía Legal

El asunto migratorio se ha convertido, por diversas razones, entre estas el posicionamiento electoral en Estados Unidos y el empoderamiento de organismos que buscan “derribar fronteras”, en una problemática que tiene ahora a México entre la espada y la pared con un tema que, en parte, no es asunto suyo y por el que el gobierno estadounidense espera que pague si no con un muro, con otras medidas como las arancelarias que han sido anunciadas.

Los migrantes han sido, desde hace décadas, blancos vulnerables de abusos en su tránsito haciaEstados Unidos y aquí es donde México tiene responsabilidad a través delInstituto Nacional de Migración (INM), una organización que ha sido reiteradamente señalada por sus nexos con organizaciones de explotación y trata de migrantes,lo que ha valido que la propia Secretaria de Gobernación Olga Sánchez Cordero haya hablado de una “limpia” en esta institución.

Por otro lado está,sin embargo, un asunto ajeno a México, que es el origen de la salida de los migrantes centroamericanos, la cual responde a problemáticas de sus países.

Junto a todo esto están las organizaciones, fundamentalmente Pueblos sin Fronteras, que en los últimos años han asumido un papel protagónico al acompañar a las caravanas,bajo la idea de que el hecho de migrar no los hace delincuentes y por tanto no deberían ser blanco de extorsiones u otros delitos a los que han estado expuestos tanto por parte de organizaciones criminales como de las propias instituciones a su paso por México.

Esto es comprensible porque los migrantes resultan ser el eslabón más débil de una cadena de responsabilidades que los Estados no han asumido debidamente.

Sin embargo, dando por cierto que estas organizaciones no son quienes “organizan” las caravanas,sí es un hecho que su discurso no sólo empodera a los migrantes en la defensa y ejercicio de sus derechos, que los tienen, sino también raya en la intención de una promesa quimérica que podría confundir a quienes emigran en busca de una mejor vida.

El propio slogan dePueblos sin Fronteras da una idea de esto: “Construir puentes solidarios entre los pueblos y derribar los muros fronterizos impuestos por la codicia”.

La realidad es que,tanto como la migración ilegal es un tema implícito a todas las naciones en un devenir permanente, el Estado de Derecho también implica que ésta deba ser atendida de forma apegada a los derechos humanos, pero también atendiendo a la propia ley.

Twitter:@ViaLegal_mx

vialegalmx@gmail.com


Vía Legal

El asunto migratorio se ha convertido, por diversas razones, entre estas el posicionamiento electoral en Estados Unidos y el empoderamiento de organismos que buscan “derribar fronteras”, en una problemática que tiene ahora a México entre la espada y la pared con un tema que, en parte, no es asunto suyo y por el que el gobierno estadounidense espera que pague si no con un muro, con otras medidas como las arancelarias que han sido anunciadas.

Los migrantes han sido, desde hace décadas, blancos vulnerables de abusos en su tránsito haciaEstados Unidos y aquí es donde México tiene responsabilidad a través delInstituto Nacional de Migración (INM), una organización que ha sido reiteradamente señalada por sus nexos con organizaciones de explotación y trata de migrantes,lo que ha valido que la propia Secretaria de Gobernación Olga Sánchez Cordero haya hablado de una “limpia” en esta institución.

Por otro lado está,sin embargo, un asunto ajeno a México, que es el origen de la salida de los migrantes centroamericanos, la cual responde a problemáticas de sus países.

Junto a todo esto están las organizaciones, fundamentalmente Pueblos sin Fronteras, que en los últimos años han asumido un papel protagónico al acompañar a las caravanas,bajo la idea de que el hecho de migrar no los hace delincuentes y por tanto no deberían ser blanco de extorsiones u otros delitos a los que han estado expuestos tanto por parte de organizaciones criminales como de las propias instituciones a su paso por México.

Esto es comprensible porque los migrantes resultan ser el eslabón más débil de una cadena de responsabilidades que los Estados no han asumido debidamente.

Sin embargo, dando por cierto que estas organizaciones no son quienes “organizan” las caravanas,sí es un hecho que su discurso no sólo empodera a los migrantes en la defensa y ejercicio de sus derechos, que los tienen, sino también raya en la intención de una promesa quimérica que podría confundir a quienes emigran en busca de una mejor vida.

El propio slogan dePueblos sin Fronteras da una idea de esto: “Construir puentes solidarios entre los pueblos y derribar los muros fronterizos impuestos por la codicia”.

La realidad es que,tanto como la migración ilegal es un tema implícito a todas las naciones en un devenir permanente, el Estado de Derecho también implica que ésta deba ser atendida de forma apegada a los derechos humanos, pero también atendiendo a la propia ley.

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