/ martes 16 de marzo de 2021

Medicamentos caros y escasos

Lamentablemente para nuestro país la pandemia de Covid-19 disparó el costo de los insumos médicos, lo cual no sólo se refleja en el precio obtenido por el gobierno de México en las compras públicas, sino también en que el mercado privado los medicamentos y aparatos para la salud se encarecieron 54 por ciento más que la inflación general a lo largo de 2020, exhiben datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). El encarecimiento y escases de medicamentos en México significa una crisis constitucional de proporciones graves: e artículo cuarto establece la obligación del Estado para proteger la salud de las personas, y hoy no hay fármacos suficientes para distintos tratamientos de decenas de miles de pacientes. Este hecho se reciente y complica más la situación de los niños y las niñas con cáncer, como se ha visto y escuchado a través de los distintos medios de comunicación nacionales, pero también del resto de la población.

Médicos, familiares, pacientes y asociaciones reportan una caída extraordinaria del surtido en hospitales y farmacias públicas y privadas. A su vez, la reducción de la oferta provocó que el precio se haya multiplicado. Ya sucedió con los medicamentos contra el cáncer, donde un tratamiento para combatir el cáncer de GIST tiene un costo de hasta $ 35 mil pesos por una caja de 30 pastillas y la toma es una al día.

Por un lado, en los primeros meses de la pandemia, México fue el país que más caro adquirió medicamentos entre 22 economías a las que dio seguimiento el Observatorio Regional de Precios, que hasta el 14 de agosto pasado actualizó la Oficina de Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (Unops). La herramienta que en un inicio se lanzó para comparar los precios de medicamentos recomendados por la Organización Mundial de la Salud para el tratamiento del Covid-19 muestra que México compró cada unidad de medicamento en 19.34 dólares, lo que es hasta 32 veces más caro que otros países de América Latina. Brasil pagó 0.59 dólares, seguido de Colombia, con 0.65 dólares, entre otros.

Desafortunadamente el problema de encarecimiento y desabasto de medicamentos empeoro debido a una política fallida de COFEPRIS de la actual administración, amén de que las autoridades mexicanas no se han preocupado por establecer una política para fijar los precios de los medicamentos. La decisión sobre lo que deben pagar los pacientes es una prerrogativa de las empresas farmacéuticas que, con base en las tarifas vigentes en el país de origen de los productos y en otras naciones, determinan el monto a cobrar en México.

Lamentablemente para nuestro país la pandemia de Covid-19 disparó el costo de los insumos médicos, lo cual no sólo se refleja en el precio obtenido por el gobierno de México en las compras públicas, sino también en que el mercado privado los medicamentos y aparatos para la salud se encarecieron 54 por ciento más que la inflación general a lo largo de 2020, exhiben datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). El encarecimiento y escases de medicamentos en México significa una crisis constitucional de proporciones graves: e artículo cuarto establece la obligación del Estado para proteger la salud de las personas, y hoy no hay fármacos suficientes para distintos tratamientos de decenas de miles de pacientes. Este hecho se reciente y complica más la situación de los niños y las niñas con cáncer, como se ha visto y escuchado a través de los distintos medios de comunicación nacionales, pero también del resto de la población.

Médicos, familiares, pacientes y asociaciones reportan una caída extraordinaria del surtido en hospitales y farmacias públicas y privadas. A su vez, la reducción de la oferta provocó que el precio se haya multiplicado. Ya sucedió con los medicamentos contra el cáncer, donde un tratamiento para combatir el cáncer de GIST tiene un costo de hasta $ 35 mil pesos por una caja de 30 pastillas y la toma es una al día.

Por un lado, en los primeros meses de la pandemia, México fue el país que más caro adquirió medicamentos entre 22 economías a las que dio seguimiento el Observatorio Regional de Precios, que hasta el 14 de agosto pasado actualizó la Oficina de Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (Unops). La herramienta que en un inicio se lanzó para comparar los precios de medicamentos recomendados por la Organización Mundial de la Salud para el tratamiento del Covid-19 muestra que México compró cada unidad de medicamento en 19.34 dólares, lo que es hasta 32 veces más caro que otros países de América Latina. Brasil pagó 0.59 dólares, seguido de Colombia, con 0.65 dólares, entre otros.

Desafortunadamente el problema de encarecimiento y desabasto de medicamentos empeoro debido a una política fallida de COFEPRIS de la actual administración, amén de que las autoridades mexicanas no se han preocupado por establecer una política para fijar los precios de los medicamentos. La decisión sobre lo que deben pagar los pacientes es una prerrogativa de las empresas farmacéuticas que, con base en las tarifas vigentes en el país de origen de los productos y en otras naciones, determinan el monto a cobrar en México.