Como si fuera profecía bíblica, el escenario catastrófico no solo se alcanzó, sino que se rebasó en más de 10 mil casos y al cierre de esta semana, la cifra de fallecimientos ya superó los 70 mil, mientras que los casos confirmados van por arriba de los 659 mil y contando.
La realidad se niega a ajustarse a “los otros datos” mañaneros y “vespertinos”, así como al tendencioso manejo informativo de las otrora benditas redes sociales, que lejos de convencer a sus seguidores, los confunden más, al no contar con los más mínimos conocimientos en temas de salud, para poder distinguir conceptos tan básicos como: epidemia, pandemia, control, eliminación, erradicación, prevalencia e incidencia, por mencionar solo algunos ejemplos.
El guion se repite uniformemente. Los mismos argumentos, los mismos datos y la misma forma de pensar. La única variante es el número de desaciertos y sandeces que cada uno expresa al tratar de hablar sobre un tema con total falta de conocimiento. Ojalá que además del guión les puedan dar un curso intensivo en cobertura y manejo periodístico de temas de salud.
Tal confrontación la detonó la presentación del documento “La Gestión de la Pandemia en México. Análisis preliminar y recomendaciones urgentes”, a cargo de seis ex secretarios de Salud, José Ángel Córdova Villalobos, Julio Frenk, Mercedes Juan, José Narro, Guillermo Soberón y Salomón Chertorivski.
El doctor Frenk definió la errática gestión de la pandemia, con una frase contundente: “estamos llegando a un punto en el que empezamos a caer en la normalización de la catástrofe, a una anestesia colectiva ante la magnitud de las pérdidas y a una trivialización de la tragedia…además de una gran indiferencia ante lo que es sin duda una falla de liderazgo político en el país”.
Los exfuncionarios plantearon 14 recomendaciones para intentar tener una primera etapa de control de la pandemia; sin embargo, sus propuestas fueron recibidas con ironía y expresiones sarcásticas al más fiel estilo del “tengan para que aprendan”.
De paso se les volvió a responsabilizar de las deplorables condiciones en que se encuentra el Sistema Nacional de Salud y se deslizó la sospecha de que detrás existan intereses de la industria farmacéutica. Al mismo tiempo, las redes sociales trataron de posicionar argumentos como: “que cada mexicano es responsable de su propia salud y que el gobierno no está para cuidarte” o aquello de que: “¿por qué hasta ahora y no en marzo?”.
No hay que olvidar que el principio básico del conocimiento científico es que no existen