Durante toda la emergencia sanitaria los niños, niñas, adolescentes y jóvenes han sido totalmente invisibilizados en las políticas públicas, lo que seguramente cobrará una costosa factura al país, en el corto, mediano y largo plazo, en términos de educación, productividad, competitividad, calidad de vida, ingreso y paz social.
Datos del Censo de Población y Vivienda 2020 señalan que en el país residen 31.8 millones de niñas y niños de 0 a 14 años, que en términos porcentuales representan 25.3% de la población. El INEGI advierte que a causa de la pandemia más de 5.2 millones de niños, adolescentes y jóvenes (de 3 a 29 años) han dejado la escuela y organizaciones civiles informan que cerca de 200 mil niñas y niños han quedado en orfandad debido al Covid.19.
El gobierno de la 4T presume la entrega directa de recursos a este sector de la población, a través de las becas del Bienestar Benito Juárez y Jóvenes Construyendo el Futuro, pero la Auditoría Superior de la Federación (ASF) ha detectado serias irregularidades en estos programas, que hasta el momento no han sido aclaradas.
También el gobierno de la 4T prometió entregar los recursos que estaban destinados a las Estancias Infantiles -que desaparecieron- a los abuelitos que cuidarán a sus nietos en casa. De esto no hay diagnóstico ni evaluación para conocer los alcances que ha tenido dicha medida.
Asimismo, el senador panista, Erandid Bermúdez exigió a la Coordinación del Programa de Becas para el Bienestar Benito Juárez y a la Secretaría de Educación Pública aclarar las irregularidades en pagos por un monto de 263 millones 695 mil pesos, así como el estatus de los pagos faltantes. Hasta el momento no hay respuesta.
La Auditoría Superior de la Federación documentó en sus auditorías a Jóvenes Construyendo el Futuro irregularidades en el diseño, operación y resultados del programa, además del otorgamiento de becas a Servidores de la Nación, centros de trabajo fantasmas y bases de datos poco confiables que repercutieron en el padrón de beneficiarios.
Entre información contradictoria, generada desde el mismo gobierno de la 4T, se dio a conocer que México salía de la evaluación Pisa, pero luego corrigió. Quizá se pretende ocultar el atraso escolar en que se encuentran los niños, el nulo éxito de las clases Aprendiendo en Casa, que las becas buscan fines político-electorales, o en el mejor de los casos, son utilizadas para completar el gasto familiar en alimentación y pago de servicios. Al cabo la educación puede esperar.