A un año y ocho meses de la sorpresiva aparición del virus SARS-Cov-2, la comunidad científica nacional e internacional todavía tiene grandes interrogantes por responder ante un virus de comportamiento caprichoso que ha demostrado no tener palabra de honor.
Mientras la comunidad científica trabaja a marchas aceleradas en el desarrollo de vacunas y tratamientos, equipos de especialistas que atienden a los pacientes en los hospitales ya se encargan de describir el comportamiento clínico del virus no solo en la etapa crítica, sino también en el periodo post-Covid-19.
Hace unos días, la revista científica The Lancet publicó que después de 12 meses, las personas que enfermaron de SARS-Cov-2 continúan con uno o más síntomas respiratorios o neurológicos, que denominaron como “Covid prolongado”, en el cual los supervivientes tenían problemas de movilidad, dolor, malestar, ansiedad y/o depresión.
La fatiga o la debilidad muscular fue el síntoma informado con mayor frecuencia tanto a los seis meses como a los 12, mientras que casi la mitad de los pacientes informaron tener al menos un síntoma, como dificultades para dormir, palpitaciones, dolor en las articulaciones o dolor en el pecho, al año, informó la revista británica.
En el Simposio “Diagnóstico Tratamiento de Insuficiencia respiratoria por Covid-19”, organizado hace unos días por la Academia Nacional de Medicina de México, especialistas describieron los principales signos y síntomas que se han logrado identificar en los pacientes, lo que denominaron como “Síndrome Post-Covid”.
El doctor Gilberto Vázquez de Anda, experto en el manejo de paciente grave con Covid-19, explicó los diversos signos y síntomas que se han identificado en pacientes leves, moderados, graves y críticos, los cuales van desde: tos, dolor muscular, cefalea y fatiga, hasta anosmia (pérdida de olfato), disgeusia (trastorno del gusto que provoca una sensación desagradable y persistente en la boca), ansiedad, depresión, síndrome de estrés postraumático e incluso Enfermedad Obstructiva Crónica y debilidad pulmonar en pacientes críticos.
Mientras la comunidad científica trabaja a marchas forzadas en la contención e investigación de los misterios que todavía entraña este virus letal, a la sociedad le corresponde seguirse cuidando y no bajar la guardia, aun cuando los predicadores aseguren que ya está domada la pandemia o cambien a su antojo el semáforo epidemiológico.
