/ viernes 3 de diciembre de 2021

Los Carmona Angulo

Son contados los personajes que en la historia de la política mexicana han podido demostrar que la mentira no es uno de sus recursos de gestión, y entre esos pocos se encuentra sin duda el experimentado Porfirio Muñoz Ledo, a quien le cuesta mucho trabajo no decir la verdad, por escandalosa que ésta sea. Por ello es que no se puede dudar que los señalamientos que el político hizo el año pasado, respecto a la participación de algunos líderes morenistas en una red de financiamiento ilegal de candidatos, puedan tener algo de verdad, sobre todo cuando recientemente ha salido a la luz información sobre un par de hermanos de apellido Carmona Angulo.

Los datos generados a partir de hechos violentos ocurridos la semana pasada, apuntan a que los empresarios Sergio y Julio César Carmona, propietarios del Grupo Industrial Permart, se consolidaron como los patrocinadores de abanderados de Morena para asegurar que llegaran al encargo en las elecciones del pasado junio.

Muñoz Ledo denunció en su momento que el enlace de los mencionados empresarios con el Movimiento de Regeneración Nacional fue el exadministrador general de Aduanas, Ricardo Peralta Saucedo, quien tras su salida también de la subsecretaría de Gobierno presuntamente consolidó una consultoría electoral, con oficinas en la Avenida Palmas 910, en cuyos servicios se encontraba principalmente el financiamiento de campañas.

El propio Peralta fue quien, en diciembre de 2018, designó a Julio César Carmona Angulo como Administrador de la Aduana de Reynosa y, aunque no duró más de cuatro meses en el cargo, esquivando diversos señalamientos de corrupción que llegaron hasta la entonces jefa del SAT, Margarita Ríos Farjat, se apropió de las operaciones del trasiego de mercancías.

Diversas denuncias ante la Unidad de Inteligencia Financiera entonces de Santiago Nieto, e incluso ante la actual Administración General de Aduanas de Horacio Duarte, dan cuenta de que los hermanos Carmona Angulo podrían estar involucrados en el negocio de contrabando de combustibles, mejor conocido como huachicol aduanero, y al parecer parte de las ganancias fueron a parar a campañas políticas.

Porfirio puso el foco sobre el dinero que corrió en las recientes campañas de selección interna del partido, y de ahí en adelante habrá que seguir la pista de los apoyos que brindó con su consultoría Peralta Saucedo para identificar a los candidatos que pudieron verse beneficiados con esta operación, algunos hoy gobernando estados como Baja California, Guerrero, Nayarit y Zacatecas.

Las redes de los Carmona Angulo con los morenistas se hicieron también evidentes en los últimos días en el estado de Tamaulipas, donde el alcalde de Ciudad Victoria, Eduardo Gattas, y el diputado federal, Erasmo González, se vieron evidenciados por recibir beneficios de los propietarios de Grupo Industrial Permart: camionetas de lujo y vuelos en aviones privados; en suma, justo lo que rechaza la ideología de la Cuarta Transformación.

Son contados los personajes que en la historia de la política mexicana han podido demostrar que la mentira no es uno de sus recursos de gestión, y entre esos pocos se encuentra sin duda el experimentado Porfirio Muñoz Ledo, a quien le cuesta mucho trabajo no decir la verdad, por escandalosa que ésta sea. Por ello es que no se puede dudar que los señalamientos que el político hizo el año pasado, respecto a la participación de algunos líderes morenistas en una red de financiamiento ilegal de candidatos, puedan tener algo de verdad, sobre todo cuando recientemente ha salido a la luz información sobre un par de hermanos de apellido Carmona Angulo.

Los datos generados a partir de hechos violentos ocurridos la semana pasada, apuntan a que los empresarios Sergio y Julio César Carmona, propietarios del Grupo Industrial Permart, se consolidaron como los patrocinadores de abanderados de Morena para asegurar que llegaran al encargo en las elecciones del pasado junio.

Muñoz Ledo denunció en su momento que el enlace de los mencionados empresarios con el Movimiento de Regeneración Nacional fue el exadministrador general de Aduanas, Ricardo Peralta Saucedo, quien tras su salida también de la subsecretaría de Gobierno presuntamente consolidó una consultoría electoral, con oficinas en la Avenida Palmas 910, en cuyos servicios se encontraba principalmente el financiamiento de campañas.

El propio Peralta fue quien, en diciembre de 2018, designó a Julio César Carmona Angulo como Administrador de la Aduana de Reynosa y, aunque no duró más de cuatro meses en el cargo, esquivando diversos señalamientos de corrupción que llegaron hasta la entonces jefa del SAT, Margarita Ríos Farjat, se apropió de las operaciones del trasiego de mercancías.

Diversas denuncias ante la Unidad de Inteligencia Financiera entonces de Santiago Nieto, e incluso ante la actual Administración General de Aduanas de Horacio Duarte, dan cuenta de que los hermanos Carmona Angulo podrían estar involucrados en el negocio de contrabando de combustibles, mejor conocido como huachicol aduanero, y al parecer parte de las ganancias fueron a parar a campañas políticas.

Porfirio puso el foco sobre el dinero que corrió en las recientes campañas de selección interna del partido, y de ahí en adelante habrá que seguir la pista de los apoyos que brindó con su consultoría Peralta Saucedo para identificar a los candidatos que pudieron verse beneficiados con esta operación, algunos hoy gobernando estados como Baja California, Guerrero, Nayarit y Zacatecas.

Las redes de los Carmona Angulo con los morenistas se hicieron también evidentes en los últimos días en el estado de Tamaulipas, donde el alcalde de Ciudad Victoria, Eduardo Gattas, y el diputado federal, Erasmo González, se vieron evidenciados por recibir beneficios de los propietarios de Grupo Industrial Permart: camionetas de lujo y vuelos en aviones privados; en suma, justo lo que rechaza la ideología de la Cuarta Transformación.