Las huestes priístas mexiquenses se han convertido en algo así como "en candiles de la calle y oscuridad de su casa", al emitir destellos de supuesto poderío en otras latitudes de la geografía nacional, dejando en tinieblas el destino incierto del partido frente a las elecciones del próximo año, donde se renovará el Congreso local y los 125 ayuntamientos de la entidad. Y es que "connotados" militantes han preferido pulir proyectos fuera del territorio del Estado de México que limpiar el desaseo endémico del PRI. Ahí están, por ejemplo, Carlos Iriarte Mercado, exdirigente tricolor que emigró a Sinaloa para trabajar en la colocación del "tapete del triunfo" en esa entidad, donde se elegirá gobernador. El propio Ricardo Aguilar Castillo, otro exlíder, ha preferido mantenerse en las esferas de las estructuras que preside Alejandro Moreno, sin que se observen señales de dedicación hacia el otrora poderoso territorio mexiquense. A la lista de "notables" se pueden añadir muchos más que hoy parecen orbitar en torno a otros proyectos fuera del territorio estatal, mientas la actual dirigencia local que preside Alejandra del Moral Vela no termina por encontrar la fórmula para ungir a los candidatos que le brinden oxígeno al Revolucionario Institucional y medio le garanticen triunfos el próximo año.
A RENGLÓN SEGUIDO
COMO una anécdota de gran vergüenza para Tultitlán quedó el robo de un cajero automático al interior de un centro comercial, ubicado en San Pablo de las Salinas. Como siempre, nadie supo nada de los hampones, con todo y que se dieron el lujo de entrar a empellones a bordo de una camioneta... CONVERTIDO en el recinto de los lamentos, el Congreso mexiquense trae a "mecate corto" a todos los secretarios estatales en el marco de las comparecencias por la Glosa del tercer informe. A la titular del Trabajo, Martha Hilda González Calderón, le llovió sobre mojado, entre otros asuntos, por el tema del seguro del desempleo, pues a decir de los diputados sólo resultó una pantalla 4K... DENTRO de unos 7 meses habrá concluido el periodo del rector de la Universidad Autónoma del Estado de México, Alfredo Barrera Baca, a quien no solo le tocó ser un personaje grisáceo por la pandemia, sino por los escandalosos casos de acoso sexual y demás expresiones de violencia de género. Hasta feminicidios se registraron al interior de la institución.
