/ domingo 23 de junio de 2019

Las suites de Lara

Alguna vez el bachiller Álvaro Gálvez y Fuentes en una entrevista para la XEW le preguntó a Agustín Lara cómo había compuesto a España sin conocerla, a lo que el maestro contestó: “También le compuse a las mujeres sin conocerlas...”.

Agustín Lara, el músico-poeta y flaco de oro de Tlacotalpan es, sin lugar a dudas, uno de los más célebres representantes del luminoso firmamento musical de México ante el mundo, testigo de sucesos musicales que se entrelazan en obras como Granada, “Solamente una vez”, “Piensa en mí” o “María Bonita”; sin embargo, la prolífica aportación de su obra sigue encerrando un halo de misterio en un exquisito repertorio-tesoro hasta hoy desconocido, motivo que ha despertado la pasión, querido bohemio lector irredento, de grandes escritores, periodistas, intelectuales e, incluso, nuevas generaciones que nos dejamos llevar por la seducción del cancionero mágico que constituyó su propio mundo entre aventureras pecadoras, puertos hechiceros, cognac cordon bleu, humo etéreo, teclados interminables y una caprichosa musa, a veces omnisciente, como fuente de su sibarita inspiración. Hoy, imbatible cómplice bohemio, le descubriré las suites, hasta hoy desconocidas de Agustín Lara, quien le compuso al mundo sin conocerlo.


Suite española

Partiendo de la popularidad, sin duda es la inspirada por España, la suite que mayores adeptos encontró la producción de Lara a partir de los años 30 cifrada en el embrujo gitano, los romancillos, el casticismo, la fiesta brava y el sueño ibérico. Obras (Pasodoble, Jota, Pasacalle, Marchas, Chotís...) como “Granada”, Murcia, “Madrid”, Toledo, “Sevilla”, “La Guapa”, entre muchas otras son un claro ejemplo del amor que durante toda su vida el maestro le profesó a España.



Suite de Tangos

Es bien sabido que en los inicios del compositor, a fines de los años 20, más que el bolero fueron el tango y el foxtrot algunos de los ritmos más populares en México. Por lo tanto, las primeras composiciones de nuestro flaco abarcan en su mayoría dichos géneros, entre los cuales encontramos títulos como: “De noche”, “Adiós”, “Canalla”, “Mentira”, “Mujercita”, Sintiendo una pena, Lejos o la inmortal Arráncame la vida.


Suite de Cabelleras

El embrujo de la cabellera jugó un papel fundamental en ese torrente caudaloso de inspiración cifrada en la musa. Lara supo enaltecer las cuatro cabelleras con auténticas odas bolerísticas a los matices, policromías y texturas capilares: Cabellera Negra, Cabellera Roja y Cabellera Rubia, destacando la más blanca de todas sus canciones, “Cabellera Blanca”.


Suite de Medio Oriente

Ya hemos mencionado, dilecto bohemio lector, que no solamente Lara le compuso a España sin conocerla sino también a muchos otros rincones del mundo, dejándose atrapar por la atávica y milenaria seducción cultural de África y Oriente Medio en canciones como Morena (1931), Arabia (1933), Tánger (1933).


Suite francesa

Desde niño Lara tuvo una cercanía natural con Francia a partir de su ingreso al Colegio Liceo Fournier en donde adoptó el francés como su segunda lengua. A partir de la literatura y su formación franco-mexicana, la influencia y la exquisitez del país galo determinó notoriamente la poesía y la musicalidad de nuestro compositor. Su primer viaje a París fue un obsequio de don Emilio Azcárraga Vidaurreta, quien para entonces era el principal impulsor de Lara a través de su emisora insignia: XEW. Personajes de la talla de Charles de Gaulle y Edith Piaf fueron infatigables admiradores del flaco de oro, a quien visitaron en México en distintas ocasiones.


Suite americana

El cancionero de Agustín Lara también abarcó algunas piezas dedicadas a algunas capitales de América tales como Lima, Bogotá, Habana, Brasil (Bamboleo).


Suite Caribe/ Veracruz

A partir del descubrimiento de Toña la negra, Lara encontró una veta magnífica que le permitió componer canciones especiales para la exclusiva interpretación de “La sensación jarocha”. El intercambio constante entre Cuba y Veracruz con palmeras compartidas entretejió maravillosas creaciones entre las que se encuentran: “Oración Caribe”, “Sueño guajiro”, “Camagüey”, “La Cumbancha”, “Veracruz”, “Habana”, entre otras.


Suite militar

El estilo de vida castrense y marcial también estuvo presente en la obra del genial Agustín Lara comprendiéndose la suite militar en tres obras: Valiente/ Soldado (1937), Cantar del regimiento (1942, dedicada al Gral. Ávila Camacho) y El adiós del marino (1945).


Suite mexicana

Lara enalteció, como pocos, la poética nacionalista, dibujando algunos de los paisajes sonoros más representativos de México. La suite mexicana comprende las siguientes canciones: Xochimilco, Janitzio, Veracruz, Monterrey, Marimba, Jarana, Yucateca y Tierra mexicana.


Suite Ranchera

Aunque su repertorio fue abundante en bolero, clave, foxtrot, pasodoble, tango, pasillo o marcha, la canción ranchera también tuvo cabida en la fecunda obra del inspirado compositor: “Se me hizo fácil”, “Aquel amor”, “Quién me lo manda”, “Mire nomás”, “Adiós mi Juan”, “Para qué me la quitas”, “Noche mexicana”.

Vaya pues, cómplice sibarita, mi mejor abrazo vestido con orquesta de solistas y campanas repicantes a través del fondo musical de la suite del mundo de Ángel Agustín María Carlos Fausto Alfonso Mariano del Sagrado Corazón de Jesús Lara y Aguirre del Pino, hoy recordado simplemente como Agustín Lara. Me despido, como es costumbre, recordándole que espero su comunicación a mi correo electrónico que yo siempre contesto: rodrigodelacadena@yahoo.com


¡Ni una línea más!

Alguna vez el bachiller Álvaro Gálvez y Fuentes en una entrevista para la XEW le preguntó a Agustín Lara cómo había compuesto a España sin conocerla, a lo que el maestro contestó: “También le compuse a las mujeres sin conocerlas...”.

Agustín Lara, el músico-poeta y flaco de oro de Tlacotalpan es, sin lugar a dudas, uno de los más célebres representantes del luminoso firmamento musical de México ante el mundo, testigo de sucesos musicales que se entrelazan en obras como Granada, “Solamente una vez”, “Piensa en mí” o “María Bonita”; sin embargo, la prolífica aportación de su obra sigue encerrando un halo de misterio en un exquisito repertorio-tesoro hasta hoy desconocido, motivo que ha despertado la pasión, querido bohemio lector irredento, de grandes escritores, periodistas, intelectuales e, incluso, nuevas generaciones que nos dejamos llevar por la seducción del cancionero mágico que constituyó su propio mundo entre aventureras pecadoras, puertos hechiceros, cognac cordon bleu, humo etéreo, teclados interminables y una caprichosa musa, a veces omnisciente, como fuente de su sibarita inspiración. Hoy, imbatible cómplice bohemio, le descubriré las suites, hasta hoy desconocidas de Agustín Lara, quien le compuso al mundo sin conocerlo.


Suite española

Partiendo de la popularidad, sin duda es la inspirada por España, la suite que mayores adeptos encontró la producción de Lara a partir de los años 30 cifrada en el embrujo gitano, los romancillos, el casticismo, la fiesta brava y el sueño ibérico. Obras (Pasodoble, Jota, Pasacalle, Marchas, Chotís...) como “Granada”, Murcia, “Madrid”, Toledo, “Sevilla”, “La Guapa”, entre muchas otras son un claro ejemplo del amor que durante toda su vida el maestro le profesó a España.



Suite de Tangos

Es bien sabido que en los inicios del compositor, a fines de los años 20, más que el bolero fueron el tango y el foxtrot algunos de los ritmos más populares en México. Por lo tanto, las primeras composiciones de nuestro flaco abarcan en su mayoría dichos géneros, entre los cuales encontramos títulos como: “De noche”, “Adiós”, “Canalla”, “Mentira”, “Mujercita”, Sintiendo una pena, Lejos o la inmortal Arráncame la vida.


Suite de Cabelleras

El embrujo de la cabellera jugó un papel fundamental en ese torrente caudaloso de inspiración cifrada en la musa. Lara supo enaltecer las cuatro cabelleras con auténticas odas bolerísticas a los matices, policromías y texturas capilares: Cabellera Negra, Cabellera Roja y Cabellera Rubia, destacando la más blanca de todas sus canciones, “Cabellera Blanca”.


Suite de Medio Oriente

Ya hemos mencionado, dilecto bohemio lector, que no solamente Lara le compuso a España sin conocerla sino también a muchos otros rincones del mundo, dejándose atrapar por la atávica y milenaria seducción cultural de África y Oriente Medio en canciones como Morena (1931), Arabia (1933), Tánger (1933).


Suite francesa

Desde niño Lara tuvo una cercanía natural con Francia a partir de su ingreso al Colegio Liceo Fournier en donde adoptó el francés como su segunda lengua. A partir de la literatura y su formación franco-mexicana, la influencia y la exquisitez del país galo determinó notoriamente la poesía y la musicalidad de nuestro compositor. Su primer viaje a París fue un obsequio de don Emilio Azcárraga Vidaurreta, quien para entonces era el principal impulsor de Lara a través de su emisora insignia: XEW. Personajes de la talla de Charles de Gaulle y Edith Piaf fueron infatigables admiradores del flaco de oro, a quien visitaron en México en distintas ocasiones.


Suite americana

El cancionero de Agustín Lara también abarcó algunas piezas dedicadas a algunas capitales de América tales como Lima, Bogotá, Habana, Brasil (Bamboleo).


Suite Caribe/ Veracruz

A partir del descubrimiento de Toña la negra, Lara encontró una veta magnífica que le permitió componer canciones especiales para la exclusiva interpretación de “La sensación jarocha”. El intercambio constante entre Cuba y Veracruz con palmeras compartidas entretejió maravillosas creaciones entre las que se encuentran: “Oración Caribe”, “Sueño guajiro”, “Camagüey”, “La Cumbancha”, “Veracruz”, “Habana”, entre otras.


Suite militar

El estilo de vida castrense y marcial también estuvo presente en la obra del genial Agustín Lara comprendiéndose la suite militar en tres obras: Valiente/ Soldado (1937), Cantar del regimiento (1942, dedicada al Gral. Ávila Camacho) y El adiós del marino (1945).


Suite mexicana

Lara enalteció, como pocos, la poética nacionalista, dibujando algunos de los paisajes sonoros más representativos de México. La suite mexicana comprende las siguientes canciones: Xochimilco, Janitzio, Veracruz, Monterrey, Marimba, Jarana, Yucateca y Tierra mexicana.


Suite Ranchera

Aunque su repertorio fue abundante en bolero, clave, foxtrot, pasodoble, tango, pasillo o marcha, la canción ranchera también tuvo cabida en la fecunda obra del inspirado compositor: “Se me hizo fácil”, “Aquel amor”, “Quién me lo manda”, “Mire nomás”, “Adiós mi Juan”, “Para qué me la quitas”, “Noche mexicana”.

Vaya pues, cómplice sibarita, mi mejor abrazo vestido con orquesta de solistas y campanas repicantes a través del fondo musical de la suite del mundo de Ángel Agustín María Carlos Fausto Alfonso Mariano del Sagrado Corazón de Jesús Lara y Aguirre del Pino, hoy recordado simplemente como Agustín Lara. Me despido, como es costumbre, recordándole que espero su comunicación a mi correo electrónico que yo siempre contesto: rodrigodelacadena@yahoo.com


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