La pandemia por COVID-19 es solo una más de las muchas contingencias que tiene que atender un día sí, y otro también, el Sistema Nacional de Salud, que si bien, en el pasado no tenía un desempeño impecable, nunca antes había tenido tantos frentes abiertos.
Es cierto que nadie se esperaba la llegada de la pandemia por COVID-19, pero lamentablemente sorprendió a las instituciones del sector salud no en su mejor momento, pues a penas en enero arrancaba con serios tropiezos la transición del criticado Seguro Popular de Salud al INSABI.
Tan solo en la semana que termina y pese a que todavía la ciudad de México se mantiene en semáforo rojo, mujeres con cáncer de mama, padres de niños con cáncer, trabajadores operativos de salud y médicos internos del Hospital General de México tuvieron que levantar la voz e incluso salir a las calles, para reclamar derechos históricamente protegidos por la Constitución.
Más de 300 mujeres con cáncer de mama acudieron a la Secretaría de Salud para denunciar la cancelación de la atención médica y tratamiento que venían recibiendo en el Centro Oncológico Internacional (COI), a través de la póliza del extinto Seguro Popular. Indicaron que solo les dijeron que no se había llegado a un acuerdo con el INSABI y sin darles otra alternativa de servicio, quedaron solas a la deriva para enfrentar una enfermedad catastrófica.
Los padres y madres de familia de niños con cáncer regresaron por milésima vez a la Secretaría de Salud para demandar el acceso a medicamentos y tratamientos de forma oportuna y suficiente para sus hijos; reunión que dicho sea de paso, lograron con la intermediación de la Secretaría de Gobernación, ante la cerrazón y sordera que han mostrado las actuales autoridades de la Secretaría de Salud.
Algo debe haber de cierto en esta falta de sensibilidad para escuchar a la otra parte, porque lo mismo han dicho empresarios e industriales de distintos sectores, quienes en diversas conferencias virtuales informan los acuerdos alcanzados y el diálogo que mantienen con diversas dependencias del gobierno federal, como Economía y Hacienda e incluso con el poder legislativo. Lo extraño es que siempre puntualizan que solo con la Secretaría de Salud no han podido tener diálogo ni acercamiento.
Los datos de la pandemia a nadie convencen y tampoco le cuadran al personal operativo de salud, que manifestó su desconfianza de las cifras que la autoridad ha dado a conocer sobre el número de fallecimientos entre el personal de salud, por lo que advierten que harán su propio conteo.