/ martes 27 de abril de 2021

La transparencia es también un asunto de seguridad nacional

Mientras quedan pocas actividades por reanudar y sólo seis entidades del país se mantienen en semáforo naranja, la población empieza a perderle miedo al Covid-19, pese a que la vacunación avanza lentamente.

Hasta el 22 de abril, México ha recibido 21,028,765 dosis de vacuna antiCovid, según informes de la Secretaría de Relaciones Exteriores, pero la Secretaría de Salud señala que hasta el 26 de abril se han aplicado 16 millones 400 mil dosis; es decir, hay un remanente de 4.6 millones de dosis que ya están en el país, pero no se han aplicado y no se ha dicho por qué.

Del total de dosis aplicadas es conveniente señalar que sólo 5,830,079 mexicanos (hasta el 25 de abril) ya tienen su esquema completo; es decir, apenas el 4.6% de la población.

El gobierno de la 4T prometió que se contará con 242.4 millones de vacunas, pero no informa cómo se obtendrán, cuánto costarán y, de ser así, cuándo estarán disponibles en el país. Ojalá sea antes de que los adultos mayores requieran una tercera dosis o aparezca otra variable del virus.

A más de un año del inicio de la pandemia y ante la falta de transparencia en la estrategia para enfrentarla, el INAI resolvió que el gobierno mexicano debe dar a conocer los contratos con las farmacéuticas AstraZeneca, Pfizer y CanSino, así como el mecanismo Covax.

Bajo el argumento de ser un tema de seguridad nacional, el gobierno de la 4T reservó por cinco años esta información, pero el INAI lo calificó de improcedente, dado que garantizar la máxima publicidad de la información es indispensable para asegurar la distribución equitativa de vacunas.

El saber cuántas vacunas hay en México y su procedencia no es una ocurrencia ni un asunto menor, ya que la Organización Panamericana de la Salud (OPS) puso otro dedo en la llaga al emitir una alerta global sobre la vacuna de Pfizer/BioNtech falsificada en México, incidente sobre el cual tampoco se ha dicho nada.

El organismo internacional advirtió que las vacunas falsificadas o no registradas favorecen la mayor presencia de Covid-19, ocurrencia de potenciales eventos adversos, tóxicos y mortales, la pérdida de confianza en el sistema de salud y una serie de consecuencias sociales y económicas de magnitud impredecible.

Poner candados a la información y la falta de transparencia constituye un riesgo inminente, sobre todo, en temas de política sanitaria, que también son un asunto de seguridad nacional.


Mientras quedan pocas actividades por reanudar y sólo seis entidades del país se mantienen en semáforo naranja, la población empieza a perderle miedo al Covid-19, pese a que la vacunación avanza lentamente.

Hasta el 22 de abril, México ha recibido 21,028,765 dosis de vacuna antiCovid, según informes de la Secretaría de Relaciones Exteriores, pero la Secretaría de Salud señala que hasta el 26 de abril se han aplicado 16 millones 400 mil dosis; es decir, hay un remanente de 4.6 millones de dosis que ya están en el país, pero no se han aplicado y no se ha dicho por qué.

Del total de dosis aplicadas es conveniente señalar que sólo 5,830,079 mexicanos (hasta el 25 de abril) ya tienen su esquema completo; es decir, apenas el 4.6% de la población.

El gobierno de la 4T prometió que se contará con 242.4 millones de vacunas, pero no informa cómo se obtendrán, cuánto costarán y, de ser así, cuándo estarán disponibles en el país. Ojalá sea antes de que los adultos mayores requieran una tercera dosis o aparezca otra variable del virus.

A más de un año del inicio de la pandemia y ante la falta de transparencia en la estrategia para enfrentarla, el INAI resolvió que el gobierno mexicano debe dar a conocer los contratos con las farmacéuticas AstraZeneca, Pfizer y CanSino, así como el mecanismo Covax.

Bajo el argumento de ser un tema de seguridad nacional, el gobierno de la 4T reservó por cinco años esta información, pero el INAI lo calificó de improcedente, dado que garantizar la máxima publicidad de la información es indispensable para asegurar la distribución equitativa de vacunas.

El saber cuántas vacunas hay en México y su procedencia no es una ocurrencia ni un asunto menor, ya que la Organización Panamericana de la Salud (OPS) puso otro dedo en la llaga al emitir una alerta global sobre la vacuna de Pfizer/BioNtech falsificada en México, incidente sobre el cual tampoco se ha dicho nada.

El organismo internacional advirtió que las vacunas falsificadas o no registradas favorecen la mayor presencia de Covid-19, ocurrencia de potenciales eventos adversos, tóxicos y mortales, la pérdida de confianza en el sistema de salud y una serie de consecuencias sociales y económicas de magnitud impredecible.

Poner candados a la información y la falta de transparencia constituye un riesgo inminente, sobre todo, en temas de política sanitaria, que también son un asunto de seguridad nacional.


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