/ sábado 16 de abril de 2022

La tormenta perfecta del sistema financiero global

La estanflación es un concepto económico que implica por una parte el aumento de la inflación y por la otra el estancamiento económico reflejado en un descenso del crecimiento del PIB y generalmente relacionado con el aumento de la tasa de desempleo. La palabra stagflation fue acuñada en 1965 por el Ministro de Finanzas británico de aquél entonces, fusionando las palabras inflation (inflación) y stagnation (estancamiento).

Sus consecuencias son nefastas para los ciudadanos pues al mismo tiempo que la economía no crece, es decir que tenemos menos dinero en nuestras carteras, se encarece el costo de bienes y servicios; afectando con mayor rudeza a los sectores más desprotegidos de la población, quienes además de que su ya mermado poder adquisitivo disminuye y el dinero que ganan ya no les alcanza para cubrir sus necesidades, corren el riesgo real de quedarse sin empleo.

Durante la crisis de 1973 cuando los precios del crudo aumentaron exponencialmente se presentó este fenómeno en EEUU, donde la tasa de inflación superó el 10% y el desempleo pasó del 4.9% en 1973 al 8.5% en 1975. Algunas de las medidas tomadas por Reagan para hacer frente al caos y promover la generación de riqueza fueron reducir el papel del gobierno, bajar los impuestos, limitar el gasto interno, y desregular la economía. No fue hasta mediados de los 80s cuando el mundo pudo empezar a recuperarse.

Las sanciones económicas impuestas a Rusia por Occidente han provocado una inflación global derivada de que la demanda de productos básicos es mayor que la oferta y han generado una escalada de precios de materias primas como combustibles, aluminio, acero y níquel, afectando también a alimentos como el trigo, el maíz y el girasol que han subido ya un 50% desde principios de año. Por la parte del estancamiento, la OMC redujo su proyección de crecimiento del volumen del comercio mundial en 2022 para pasar del 4.7% proyectado en octubre a apenas un 3%, pudiendo llegar a ser de tan solo un 0.5%. El crecimiento del PIB se estima de un 2.8%, la mitad del crecimiento de 2021 que fue de 5.1%.

El miércoles se publicaron las minutas de la última reunión de la FED de las que ese deduce que la inflación podría ser de hasta dos dígitos en EEUU, lo cual llevaría a un incremento más acelerado de las tasas de interés para “controlar” la inflación y aumentar el rendimiento de los Bonos del Tesoro, pudiendo llegar a forzar desde la FED la caída del mercado de valores para controlar la demanda agregada.

Y para que la tormenta sea aún más perfecta, JPMorgan acaba de anunciar que la tasa de impagos corporativos en mercados emergentes puede ser mayor que la de la crisis financiera de 2009.

La recomendación de los expertos es no hacer ninguna inversión en este momento para tener liquidez y poder aprovechar las oportunidades que se presentarán para invertir, particularmente en activos, cuando todo esto estalle en los próximos meses.

Que no se diga que no se le avisó querido lector.

Twitter: MarinievesGM @gm_marinieves

La estanflación es un concepto económico que implica por una parte el aumento de la inflación y por la otra el estancamiento económico reflejado en un descenso del crecimiento del PIB y generalmente relacionado con el aumento de la tasa de desempleo. La palabra stagflation fue acuñada en 1965 por el Ministro de Finanzas británico de aquél entonces, fusionando las palabras inflation (inflación) y stagnation (estancamiento).

Sus consecuencias son nefastas para los ciudadanos pues al mismo tiempo que la economía no crece, es decir que tenemos menos dinero en nuestras carteras, se encarece el costo de bienes y servicios; afectando con mayor rudeza a los sectores más desprotegidos de la población, quienes además de que su ya mermado poder adquisitivo disminuye y el dinero que ganan ya no les alcanza para cubrir sus necesidades, corren el riesgo real de quedarse sin empleo.

Durante la crisis de 1973 cuando los precios del crudo aumentaron exponencialmente se presentó este fenómeno en EEUU, donde la tasa de inflación superó el 10% y el desempleo pasó del 4.9% en 1973 al 8.5% en 1975. Algunas de las medidas tomadas por Reagan para hacer frente al caos y promover la generación de riqueza fueron reducir el papel del gobierno, bajar los impuestos, limitar el gasto interno, y desregular la economía. No fue hasta mediados de los 80s cuando el mundo pudo empezar a recuperarse.

Las sanciones económicas impuestas a Rusia por Occidente han provocado una inflación global derivada de que la demanda de productos básicos es mayor que la oferta y han generado una escalada de precios de materias primas como combustibles, aluminio, acero y níquel, afectando también a alimentos como el trigo, el maíz y el girasol que han subido ya un 50% desde principios de año. Por la parte del estancamiento, la OMC redujo su proyección de crecimiento del volumen del comercio mundial en 2022 para pasar del 4.7% proyectado en octubre a apenas un 3%, pudiendo llegar a ser de tan solo un 0.5%. El crecimiento del PIB se estima de un 2.8%, la mitad del crecimiento de 2021 que fue de 5.1%.

El miércoles se publicaron las minutas de la última reunión de la FED de las que ese deduce que la inflación podría ser de hasta dos dígitos en EEUU, lo cual llevaría a un incremento más acelerado de las tasas de interés para “controlar” la inflación y aumentar el rendimiento de los Bonos del Tesoro, pudiendo llegar a forzar desde la FED la caída del mercado de valores para controlar la demanda agregada.

Y para que la tormenta sea aún más perfecta, JPMorgan acaba de anunciar que la tasa de impagos corporativos en mercados emergentes puede ser mayor que la de la crisis financiera de 2009.

La recomendación de los expertos es no hacer ninguna inversión en este momento para tener liquidez y poder aprovechar las oportunidades que se presentarán para invertir, particularmente en activos, cuando todo esto estalle en los próximos meses.

Que no se diga que no se le avisó querido lector.

Twitter: MarinievesGM @gm_marinieves