/ domingo 11 de julio de 2021

La tercera ola que no queremos ver

Es ya por demás sabido que la tercera ola de contagios de Covid 19 está en el país y no está siendo para nada simple, pues ahora se sabe que las variantes Alfa y Delta, esta ultima la más peligrosa, serán las predominantes, y lo peor, es que son los jóvenes de 18 a 39 los que están sufriendo las consecuencias, las consecuencias de no ser responsables, por decir lo menos.

Y es que si bien la vacunación va un poco, solo un poco, más rápido de lo que se esperaba, la población que está vacunada aun es baja, y además no es garantía de inmunidad, pero el encierro y el egoísmo de muchos ha llevado ya a que todos salgan a la calle y eso se ve reflejado en un aumento considerable de contagios a nivel nacional.

Y es que no se trata solo de ver las estadísticas, a modo, que muestra o comparte el gobierno federal y local cada día, se trata de ver la realidad, las filas en los kioscos donde hacen las pruebas, el aumento significativo en las llamadas a los números de emergencia, los traslados hospitalarios, está bien que ya hace mucho nos encerraron en casa, pero esto no ha terminado y no es como que hayamos nadado tanto para terminar muriendo ahogados.

El final de la pandemia aún está lejos, incluso en los países más desarrollados donde la población ya fue vacunada, hasta para ellos la pandemia aún sigue y está retomando fuerza, una fuerza que debería de ser mínima, pero por las irresponsabilidades de la gente se está haciendo letal.

En las próximas semanas vamos a ver como lejos de volver a ese semáforo verde, impuesto solo por las elecciones, que duró apenas dos semanas, nos iremos al eterno naranja, ese color que marcaba la diferencia entre estar resguardado en casa o estarlo en el hospital en estado grave, ese donde vimos a cientos de conocidos enfermar y a varios cercanos morir.

No se trata únicamente de que si hay vacuna o no, el ejemplo está mal puesto desde la cabeza, los gobernantes lejos de poner el ejemplo ahora andan haciendo campañas y giras por diferentes lados para tratar de recuperar el botín político que les fue arrebatado en las elecciones.

Definitivamente el color del semáforo dista mucho de la realidad y si de plano es que no se pueden quedar en casa porque la aburrición ya es demasiada, pues que sepan que no solo se trata de uno, no es la salud de uno sino el interés y la salud colectiva.

Es ya por demás sabido que la tercera ola de contagios de Covid 19 está en el país y no está siendo para nada simple, pues ahora se sabe que las variantes Alfa y Delta, esta ultima la más peligrosa, serán las predominantes, y lo peor, es que son los jóvenes de 18 a 39 los que están sufriendo las consecuencias, las consecuencias de no ser responsables, por decir lo menos.

Y es que si bien la vacunación va un poco, solo un poco, más rápido de lo que se esperaba, la población que está vacunada aun es baja, y además no es garantía de inmunidad, pero el encierro y el egoísmo de muchos ha llevado ya a que todos salgan a la calle y eso se ve reflejado en un aumento considerable de contagios a nivel nacional.

Y es que no se trata solo de ver las estadísticas, a modo, que muestra o comparte el gobierno federal y local cada día, se trata de ver la realidad, las filas en los kioscos donde hacen las pruebas, el aumento significativo en las llamadas a los números de emergencia, los traslados hospitalarios, está bien que ya hace mucho nos encerraron en casa, pero esto no ha terminado y no es como que hayamos nadado tanto para terminar muriendo ahogados.

El final de la pandemia aún está lejos, incluso en los países más desarrollados donde la población ya fue vacunada, hasta para ellos la pandemia aún sigue y está retomando fuerza, una fuerza que debería de ser mínima, pero por las irresponsabilidades de la gente se está haciendo letal.

En las próximas semanas vamos a ver como lejos de volver a ese semáforo verde, impuesto solo por las elecciones, que duró apenas dos semanas, nos iremos al eterno naranja, ese color que marcaba la diferencia entre estar resguardado en casa o estarlo en el hospital en estado grave, ese donde vimos a cientos de conocidos enfermar y a varios cercanos morir.

No se trata únicamente de que si hay vacuna o no, el ejemplo está mal puesto desde la cabeza, los gobernantes lejos de poner el ejemplo ahora andan haciendo campañas y giras por diferentes lados para tratar de recuperar el botín político que les fue arrebatado en las elecciones.

Definitivamente el color del semáforo dista mucho de la realidad y si de plano es que no se pueden quedar en casa porque la aburrición ya es demasiada, pues que sepan que no solo se trata de uno, no es la salud de uno sino el interés y la salud colectiva.

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