Sin duda la esperada nueva normalidad en la Ciudad de México no se va a dar, al menos no en esta semana, pues el incremento de contagios, decesos y hospitalizaciones no ha bajado y no, no es por otra cosa que por la necedad de las personas de andar en la calle cuando no tienen necesidad de hacerlo.
Y hay que señalar que esto no es culpa del gobierno local, ni del federal, es únicamente de quien no ha sabido respetar y espera a que las cosas mejoren para poder retomar las actividades, y eso que aun no vienen los contagios que se hayan podido dar esta semana, esos se van a contar aparte.
Definitivamente las cosas van a estar más complicadas si las personas siguen sin atender las indicaciones mínimas de seguridad, ya ni hablar del cubrebocas, por lo menos la sana distancia social, pues ya las calles y los mercados se encuentran como si nunca hubiéramos estado en riesgo de nada.
La semana que recién termina no fue de nueva normalidad, se suponía que iba a servir de transición para que la CDMX entrara a semáforo Naranja, pero muchos la entendieron como de normalidad y salieron como si nada, y por eso, el viernes pasado, la jefa de gobierno anunció que el rojo se mantiene.
Si bien, los hospitales no están rebasados en su capacidad, tampoco es que haya muchas camas vacías, se habla de que el nivel de ocupación es de apenas 60-70 por ciento, pero eso es a nivel nacional, un promedio que no necesariamente representa el de la ciudad capital, por eso, es que las actividades no esenciales no reiniciarán mañana.
Haré una analogía de lo que hace algunos años sucedía en la escuela: ¿recuerdan cuando la maestra decía que hasta que todos se comportaran no salían al recreo? Pues resulta que eso está y seguirá sucediendo, mientras no se tome en serio, no habrá manera de volver.
La vida como la conocíamos ya no va a volver, las videoconferencias y el trabajo desde casa se harán más comunes de lo que creen y para todos estos cambios tenemos que prepararnos, hablar de regresar a la normalidad con un virus que aun no tiene vacuna, es algo incompatible, pasarán bastantes meses para que podamos estrecharnos las manos.
La nueva normalidad que desde Palacio Nacional nos están contando, no es posible aun, el ansia de salir en la televisión y sentir el apoyo del pueblo del que desde ahí despacha es tan grande que está enviando un mensaje equivocado. Quedarse en casa salva vidas, salir, no.
