El baño de sangre que cubre a la Ciudad de México y su área conurbada, hace obligatorio que las autoridades tanto de la capital del país como del Estado de México, metan orden ante la constante en los crímenes, que siempre usan motonetas para huir.
Así lo revelan las notas policiacas redactadas por los reporteros de La Prensa, quienes invariablemente mencionan que hombres armados a bordo de una moto llegaron y dispararon, para luego darse a la fuga.
Un ejemplo más, ocurrió la tarde de ayer fuera del metro Oceanía, de la Línea B del Metro; una tarde soleada a la entrada del transporte fue el lugar ideal para un par de jóvenes, que quizá se encontraron en ese sito, se citaron o era su lugar habitual para conversar.
Lamentablemente dialogaban cuando, en medio del ruido de motores de camiones y autos, no notaron la llegada de una moto y menos la presencia de un par de sujetos que amparados en los usuarios del transporte, lograron acercarse.
Cuando se dieron cuenta ya tenían encima a sus verdugos, que sin miramiento les dispararon, al parecer ambos muchachos trataron de huir de la muerte, pero esta fue más rápida, los plomos calientes perforaron su piel y les arrancaron la vida.
Algún testigo dijo que los asesinos huyeron en la misma motoneta, una máquina como muchas que ruedan por la zona metropolitana, de esas que compran los muchachos en abonos chiquitos, y que a veces son robadas y siguen rodado.
Se dio a la fuga en moto, dicen más de una vez, cuando se comete un crimen sin que hasta ahora haya orden en este transporte.
Claro, debe haber una operación bien delimitada para evitar abusos, pero sí muy clara, porque una cosa es cierta, hoy en día la huesuda viaja en motoneta.
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