Sin duda esta pandemia ha dejado muchas marcas que van más allá de las terribles cifras de muertos y contagios, hay marcas que parecen menores o casi imperceptibles que pasarán a la historia como un mal recuerdo y que además quedarán en el pensamiento de quienes la sufrieron, estos se les puede denominar la generación covid.
Empezamos por lo casi imperceptible, esos alumnos de prescolar, primaria y secundaria que salieron al puente de primavera y jamás volvieron a ver a sus amigos y maestros, esos que celebraron que tendrían cinco días de descanso en casa y jamás pudieron volver a la escuela, los que dejaron sus libros y jamás púdieron volverlos a abrir.
Los que tenían que celebrar su graduación y no pudieron ni siquiera abrazar a sus compañeros, compañeros que inevitablemente cambiarán de camino y difícilmente no los van a volver a ver, esos que cambiaron de escuela y ni de sus maestros pudieron despedirse, esos que tuvieron que cambiar de escuela y entrar a donde había lugar, sin opción siquiera de pelear un lugar en su escuela de preferencia.
Esos que se tendrán que resignar a entrar a la escuela que tenía lugar y no a la que querían porque las medidas de sana distancia no permitieron que se aplicara el examen de admisión, los que no tienen ni como reclamar porque las escuelas permanecen cerradas, esos también forman parte de esta generación.
Pero no acaba aquí, también hay que mencionar que los cumpleaños de marzo a la fecha y muy probablemente día de muertos y Navidad sean festejados desde lo más intimo del hogar y no en grandes grupos como se estilaba, pues el famosísimo y esperado pico de la pandemia, ni siquiera ha llegado.
A más de medio millón de contagios y más de medio centenar de decesos, la pandemia está por quitarnos a todos casi un año de nuestras vidas, lo poco que está retornando a la supuesta nueva normalidad solo es gracias a presiones sociales y económicas, pues aunque a nivel números, la contingencia está domada, a nivel real, no está siquiera correctamente dimensionada.
Ahorita es el momento en el que tenemos en nuestras manos volver a las actividades que más nos gustan, visitar a las personas y retomar, de alguna manera, la vida como la conocíamos antes, sin embargo, también está en nuestras manos que el índice de contagios siga en aumento, pues tomar el naranja como verde definitivamente va a terminar en una desgracia.
