/ domingo 3 de abril de 2022

La eterna guerra por el gas en Europa II

En septiembre escribí en esta columna un artículo llamado La eterna guerra por el gas en Europa en el que relaté que la petrolera rusa Gazprom había anunciado la terminación del gasoducto Nord Stream 2 que duplicaría la capacidad de transporte de gas de Rusia a Alemania, el cual funcionando a máxima capacidad contribuiría en gran medida a resolver la escasez de gas y los elevados precios de la energía en Europa. También mencioné que este proyecto, que evita el paso por Ucrania y Polonia, les haría perder a estos países miles de millones de dólares en ingresos por transporte de gas en su territorio. Aunque EEUU se había opuesto a su construcción desde el inicio, la resistencia de Biden contra su apertura se centró en que Ucrania se vería gravemente perjudicada económicamente; claro que en aquel entonces no sabíamos que Hunter Biden, el hijo incómodo del presidente había sido miembro del Consejo Directivo de Burisma, la mayor compañía energética ucraniana mientras su padre era Vicepresidente. Y como en aquel momento la apuesta de Joe Biden aparentemente era por las renovables, se pensó que se podría resolver con el compromiso de Alemania y algunas empresas como Shell y Engie de hacer una inversión de alrededor de 1,000 millones de euros para impulsar las renovables en Ucrania.

En aquellos días todo era amor y felicidad entre Rusia y Alemania, pues la apertura de este gasoducto les daría a los alemanes la llave de la puerta de entrada del gas ruso a Europa, quienes además actualmente son sus principales compradores. Sin embargo, en febrero todo empezó a cambiar y Biden amenazó con cerrar el Nord Stream 2 si Rusia invadía a Ucrania, a lo que velozmente se sumaron el Reino Unido, y obviamente Polonia y Ucrania. La presión de estos países fue tan grande que el 22 de febrero, ojo, 2 días antes de que el presidente Putin anunciara la operación militar en Ucrania, los alemanes suspendieron las autorizaciones para la operación del gasoducto.

Lo anterior, aunado a la innecesaria crisis diplomática desatada por el presidente español con Argelia, quien suministra de gas a aquel país, deja bastante desamparados a los europeos en términos energéticos.

Pero Biden tiene la salida y fue a presentarla a Bruselas la semana pasada firmando un acuerdo en el que se compromete a aumentar en 15,000 millones de metros cúbicos el suministro de gas licuado en 2022, más 50,000 millones anuales hasta 2030. Y todo estaría bien si no fuera porque la Unión Europea importa anualmente 155,000 millones de metros cúbicos de gas ruso, por lo que EEUU se tardará unos cuantos años en poder satisfacer su demanda.

Mientras tanto Putin, tras la congelación de activos y las restricciones financieras que le han sido impuestas a Rusia por Occidente, el jueves firmó un decreto en que el que advierte que quien quiera comprar su gas, deberá de abrir cuentas en rublos en bancos rusos.

Y así queridos lectores, no es de extrañar que siete meses después continúe la eterna guerra por el gas en Europa.


Twitter: MarinievesGM @gm_marinieves


En septiembre escribí en esta columna un artículo llamado La eterna guerra por el gas en Europa en el que relaté que la petrolera rusa Gazprom había anunciado la terminación del gasoducto Nord Stream 2 que duplicaría la capacidad de transporte de gas de Rusia a Alemania, el cual funcionando a máxima capacidad contribuiría en gran medida a resolver la escasez de gas y los elevados precios de la energía en Europa. También mencioné que este proyecto, que evita el paso por Ucrania y Polonia, les haría perder a estos países miles de millones de dólares en ingresos por transporte de gas en su territorio. Aunque EEUU se había opuesto a su construcción desde el inicio, la resistencia de Biden contra su apertura se centró en que Ucrania se vería gravemente perjudicada económicamente; claro que en aquel entonces no sabíamos que Hunter Biden, el hijo incómodo del presidente había sido miembro del Consejo Directivo de Burisma, la mayor compañía energética ucraniana mientras su padre era Vicepresidente. Y como en aquel momento la apuesta de Joe Biden aparentemente era por las renovables, se pensó que se podría resolver con el compromiso de Alemania y algunas empresas como Shell y Engie de hacer una inversión de alrededor de 1,000 millones de euros para impulsar las renovables en Ucrania.

En aquellos días todo era amor y felicidad entre Rusia y Alemania, pues la apertura de este gasoducto les daría a los alemanes la llave de la puerta de entrada del gas ruso a Europa, quienes además actualmente son sus principales compradores. Sin embargo, en febrero todo empezó a cambiar y Biden amenazó con cerrar el Nord Stream 2 si Rusia invadía a Ucrania, a lo que velozmente se sumaron el Reino Unido, y obviamente Polonia y Ucrania. La presión de estos países fue tan grande que el 22 de febrero, ojo, 2 días antes de que el presidente Putin anunciara la operación militar en Ucrania, los alemanes suspendieron las autorizaciones para la operación del gasoducto.

Lo anterior, aunado a la innecesaria crisis diplomática desatada por el presidente español con Argelia, quien suministra de gas a aquel país, deja bastante desamparados a los europeos en términos energéticos.

Pero Biden tiene la salida y fue a presentarla a Bruselas la semana pasada firmando un acuerdo en el que se compromete a aumentar en 15,000 millones de metros cúbicos el suministro de gas licuado en 2022, más 50,000 millones anuales hasta 2030. Y todo estaría bien si no fuera porque la Unión Europea importa anualmente 155,000 millones de metros cúbicos de gas ruso, por lo que EEUU se tardará unos cuantos años en poder satisfacer su demanda.

Mientras tanto Putin, tras la congelación de activos y las restricciones financieras que le han sido impuestas a Rusia por Occidente, el jueves firmó un decreto en que el que advierte que quien quiera comprar su gas, deberá de abrir cuentas en rublos en bancos rusos.

Y así queridos lectores, no es de extrañar que siete meses después continúe la eterna guerra por el gas en Europa.


Twitter: MarinievesGM @gm_marinieves