/ martes 9 de julio de 2019

La disyuntiva de Morena

Diferentes reformas electorales del pasado, tuvieron como propósito incrementar el financiamiento público a los partidos políticos.

El objetivo consistía en evitar la entrada de recursos de procedencia ilícita, particularmente del narcotráfico.

Dicho esquema favoreció principalmente a la oposición, que reforzó su estrategia y programas de acción.

El desgaste natural del PRI y el aumento de recursos públicos para los partidos, llevaron al PAN a ganar la Presidencia en el 2000 con Vicente Fox.

Durante el 2006 la competencia se centró entre el PAN y el PRD, que llevaron como candidatos a Felipe Calderón y a Andrés Manuel López Obrador.

La contienda de ese año dejó en tercer lugar al priista Roberto Madrazo, y en medio de acusaciones de fraude, el PAN asumió el segundo mandato con Calderón.

Sólo dos sexenios le bastaron a Acción Nacional para perder la Presidencia en la tercera elección con Ricardo Anaya como candidato.

López Obrador se coronó con el triunfo en 2018 después de una eterna campaña que le permitió a Morena consolidarse como partido mayoritario.

A siete meses de iniciado el mandato del político de Tabasco, los analistas vislumbran una corta vida a Morena como partido mayoritario.

La vorágine de desgaste en que ha entrado dicha fuerza política y su Presidente, han animado a la oposición a recomponerse.

En el PRI tienen esa lectura sus principales dirigentes. Es el caso de su secretario general, Arturo Zamora, quien planteó la necesidad de que alcancen la mayoría legislativa en 2021.

Zamora fue más allá al advertir que la creciente espiral de violencia y una economía en incertidumbre ponen en riesgo la estabilidad social.

En el PAN las divisiones internas no permiten dilucidar el rumbo que tomará su recomposición.

Por su lado el PRD está en la definición de dar pasos sólidos con la integración del proyecto “Futuro 21”.

Sobre esa reestructuración de los partidos de oposición, pesa la amenaza de Morena de buscar reducir en 50% el financiamiento.

Es claro que el fondo es debilitar aún más a la oposición, pero ya está preparada para dar la batalla y oponerse rotundamente a esa amenaza.

De acuerdo a lo anterior, son claras las intenciones de cada fuerza política que tienen la mira puesta en la disputa del 2021.

PROSPECCIÓN… En medio de la crisis de inseguridad que vive la Ciudad de México, ahora la jefa de gobierno Claudia Sheinbaum tendrá que centrar sus baterías para frenar al PAN capitalino, pues con la renovación de sus dirigentes este fin de semana, el ganón fue el diputado federal Jorge Romero, quien supo mover sus piezas y volvió a refrendar su peso político a tal grado que borró del mapa político azul a figuras como las de Federico Döring o Mariana Gómez del Campo. La estrellita se la llevaron Mauricio Tabe y Andrés Atayde con los resultados de sus elecciones, consolidándose como un grupo fuerte al interior de Acción Nacional y al servicio de Romero.

Twitter: @JoelSaucedo

saucedosj@yahoo.com.mx

Diferentes reformas electorales del pasado, tuvieron como propósito incrementar el financiamiento público a los partidos políticos.

El objetivo consistía en evitar la entrada de recursos de procedencia ilícita, particularmente del narcotráfico.

Dicho esquema favoreció principalmente a la oposición, que reforzó su estrategia y programas de acción.

El desgaste natural del PRI y el aumento de recursos públicos para los partidos, llevaron al PAN a ganar la Presidencia en el 2000 con Vicente Fox.

Durante el 2006 la competencia se centró entre el PAN y el PRD, que llevaron como candidatos a Felipe Calderón y a Andrés Manuel López Obrador.

La contienda de ese año dejó en tercer lugar al priista Roberto Madrazo, y en medio de acusaciones de fraude, el PAN asumió el segundo mandato con Calderón.

Sólo dos sexenios le bastaron a Acción Nacional para perder la Presidencia en la tercera elección con Ricardo Anaya como candidato.

López Obrador se coronó con el triunfo en 2018 después de una eterna campaña que le permitió a Morena consolidarse como partido mayoritario.

A siete meses de iniciado el mandato del político de Tabasco, los analistas vislumbran una corta vida a Morena como partido mayoritario.

La vorágine de desgaste en que ha entrado dicha fuerza política y su Presidente, han animado a la oposición a recomponerse.

En el PRI tienen esa lectura sus principales dirigentes. Es el caso de su secretario general, Arturo Zamora, quien planteó la necesidad de que alcancen la mayoría legislativa en 2021.

Zamora fue más allá al advertir que la creciente espiral de violencia y una economía en incertidumbre ponen en riesgo la estabilidad social.

En el PAN las divisiones internas no permiten dilucidar el rumbo que tomará su recomposición.

Por su lado el PRD está en la definición de dar pasos sólidos con la integración del proyecto “Futuro 21”.

Sobre esa reestructuración de los partidos de oposición, pesa la amenaza de Morena de buscar reducir en 50% el financiamiento.

Es claro que el fondo es debilitar aún más a la oposición, pero ya está preparada para dar la batalla y oponerse rotundamente a esa amenaza.

De acuerdo a lo anterior, son claras las intenciones de cada fuerza política que tienen la mira puesta en la disputa del 2021.

PROSPECCIÓN… En medio de la crisis de inseguridad que vive la Ciudad de México, ahora la jefa de gobierno Claudia Sheinbaum tendrá que centrar sus baterías para frenar al PAN capitalino, pues con la renovación de sus dirigentes este fin de semana, el ganón fue el diputado federal Jorge Romero, quien supo mover sus piezas y volvió a refrendar su peso político a tal grado que borró del mapa político azul a figuras como las de Federico Döring o Mariana Gómez del Campo. La estrellita se la llevaron Mauricio Tabe y Andrés Atayde con los resultados de sus elecciones, consolidándose como un grupo fuerte al interior de Acción Nacional y al servicio de Romero.

Twitter: @JoelSaucedo

saucedosj@yahoo.com.mx