/ domingo 9 de enero de 2022

La democracia participativa llegó para quedarse

Durante muchos años, en México, la democracia parecía un sueño inalcanzable, una bandera que cargábamos todas las personas que aspirábamos a construir un México justo y honesto, donde la voz del pueblo tuviera verdadero valor. En 2018, con el triunfo del presidente Andrés Manuel López Obrador, fuimos testigos de la consolidación de ese sueño. Desde aquel entonces trabajamos diariamente para fortalecer la transformación del país.

“La democracia se basa en la convicción de que en la gente común haya posibilidades fuera de lo común”, escribió Juan Carlos Monedero parafraseando a un famoso pastor estadounidense. La gente común, la que hace que funcionen los autobuses, el Metro, los mercados, los almacenes, los teatros, los de abajo, los que han padecido las decisiones y el saqueo de los de arriba, hoy en día nos hemos gastado la suela del zapato, hemos recorrido el país y conseguido más de 11 millones de firmas para hacer historia y llevar a cabo la primera consulta por la Revocación de Mandato. Algo fuera de lo común, algo extraordinario.

Hasta el 7 de enero, 14 estados alcanzaron el porcentaje de firmas requerido: Tabasco, Campeche, Ciudad de México, Colima, Tlaxcala, San Luis Potosí, Zacatecas, Hidalgo, Baja California Sur, Morelos, Aguascalientes, Nayarit, Tamaulipas y Quintana Roo. Y tres estados más llevan un importante avance: Sonora, Veracruz y Guerrero.

Sin embargo, en la asociación Que Siga la Democracia, aseguramos haber llegado a la meta en las 32 entidades. El Instituto Nacional Electoral (INE) hasta ahora se ha concentrado en contabilizar las firmas de estados con menor listado nominal.

Como sociedad civil percibimos creemos que las autoridades quieren ahorrarse el esfuerzo de contar firmas en los estados con mayor número de población, lo que significaría un repunte considerable para el número total de firmas requeridas. Por ello ingresamos al INE un escrito, exhortando a que se cuenten firmas de estados con mayor concentración poblacional. Por ejemplo, Estado de México, Guanajuato, Michoacán, Chiapas y Oaxaca. Estamos vigilantes el conteo.

El organismo electoral omite decir que de los millones de firmas recibidas, sólo el 1% presenta alguna inconsistencia. Por ejemplo, que está duplicada o no se encuentra en la lista nominal. No hay firmas fraudulentas, como han sugerido algunos detractores de la democracia.

Importante resulta aprovechar todos los espacios para contrarrestar la desinformación en torno a este ejercicio, porque ya no son tiempos de mirar hacia otro lado, no estamos dispuestos a dejarles la política a los que por años callaron frente al dolor y la desigualdad. Es el tiempo de la colectividad, la verdadera democracia participativa llegó para quedarse, nunca más un México sin organización popular.

Twitter: @GabyJimenezMX

Durante muchos años, en México, la democracia parecía un sueño inalcanzable, una bandera que cargábamos todas las personas que aspirábamos a construir un México justo y honesto, donde la voz del pueblo tuviera verdadero valor. En 2018, con el triunfo del presidente Andrés Manuel López Obrador, fuimos testigos de la consolidación de ese sueño. Desde aquel entonces trabajamos diariamente para fortalecer la transformación del país.

“La democracia se basa en la convicción de que en la gente común haya posibilidades fuera de lo común”, escribió Juan Carlos Monedero parafraseando a un famoso pastor estadounidense. La gente común, la que hace que funcionen los autobuses, el Metro, los mercados, los almacenes, los teatros, los de abajo, los que han padecido las decisiones y el saqueo de los de arriba, hoy en día nos hemos gastado la suela del zapato, hemos recorrido el país y conseguido más de 11 millones de firmas para hacer historia y llevar a cabo la primera consulta por la Revocación de Mandato. Algo fuera de lo común, algo extraordinario.

Hasta el 7 de enero, 14 estados alcanzaron el porcentaje de firmas requerido: Tabasco, Campeche, Ciudad de México, Colima, Tlaxcala, San Luis Potosí, Zacatecas, Hidalgo, Baja California Sur, Morelos, Aguascalientes, Nayarit, Tamaulipas y Quintana Roo. Y tres estados más llevan un importante avance: Sonora, Veracruz y Guerrero.

Sin embargo, en la asociación Que Siga la Democracia, aseguramos haber llegado a la meta en las 32 entidades. El Instituto Nacional Electoral (INE) hasta ahora se ha concentrado en contabilizar las firmas de estados con menor listado nominal.

Como sociedad civil percibimos creemos que las autoridades quieren ahorrarse el esfuerzo de contar firmas en los estados con mayor número de población, lo que significaría un repunte considerable para el número total de firmas requeridas. Por ello ingresamos al INE un escrito, exhortando a que se cuenten firmas de estados con mayor concentración poblacional. Por ejemplo, Estado de México, Guanajuato, Michoacán, Chiapas y Oaxaca. Estamos vigilantes el conteo.

El organismo electoral omite decir que de los millones de firmas recibidas, sólo el 1% presenta alguna inconsistencia. Por ejemplo, que está duplicada o no se encuentra en la lista nominal. No hay firmas fraudulentas, como han sugerido algunos detractores de la democracia.

Importante resulta aprovechar todos los espacios para contrarrestar la desinformación en torno a este ejercicio, porque ya no son tiempos de mirar hacia otro lado, no estamos dispuestos a dejarles la política a los que por años callaron frente al dolor y la desigualdad. Es el tiempo de la colectividad, la verdadera democracia participativa llegó para quedarse, nunca más un México sin organización popular.

Twitter: @GabyJimenezMX