/ lunes 10 de febrero de 2020

La delincuencia no respeta

Sin ánimo de hacer apología del crimen o héroes a quienes se dedicaron a lastimar a la sociedad, hay de criminales a criminales, y aun que parezca mentira, si había un código de conducta entre la rata, porque respetaban a mujeres y niños, cosa que ahora ya no sucede.

Así lo confirmó un conocido sujeto a quien conocían en las jefaturas de policía como ”El Carrizos”, un zorrero que lo mismo se metía a una casa común a la mismísima casa del presidente de la República.

Pero se defendió en un a entrevista al decir: ”momento, no soy ratero, yo soy un ladrón”, claro lo explicó al indicar que no andaba pescueceando, es decir aplicando la llave china, sino que entraba a las casas con el mayor sigilo y robaba lo que podía.

Pero ese tiempo ya pasó, ahora vemos videos, un día si y el otro también, donde se observa a hombres y mujeres que violentamente asaltan a los usuarios del transporte público o bien roban en las calles montados en motonetas.

Así que la sociedad está temerosa de ser víctima de un robo, sobre todo cuando acude al banco, aunque saque unos cuantos pesos, porque no son pocas las ocasiones en que los ladrones piden hasta el monto exacto de lo retirado.

La otra modalidad, es al sorprender a los automovilistas atrapados en el tráfico vehicular, para despojarlos del celular, el reloj o la cartera y hasta el bolso de la señora, si es que viaja ahí mismo.

Esta última modalidad es la que le pasó al mismísimo tío de la jefa de gobierno, quien fue victima del hampa mientras trataba de salvar el tránsito vehicular.

Y es que la delincuencia no perdona, asalta parejo, como quedó demostrado ya. La tarea es de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, encargada de la prevención de la delincuencia, que no puede ponerle un policía a cada ciudadanos, sea quien sea, pero si debe mantener el orden en las zonas que se saben son peligrosas o susceptibles de que opere la delincuencia.

Sígueme en twitter @Antoniodemarcel

En el correo antonio.marcelo@oem.com.mx

Sin ánimo de hacer apología del crimen o héroes a quienes se dedicaron a lastimar a la sociedad, hay de criminales a criminales, y aun que parezca mentira, si había un código de conducta entre la rata, porque respetaban a mujeres y niños, cosa que ahora ya no sucede.

Así lo confirmó un conocido sujeto a quien conocían en las jefaturas de policía como ”El Carrizos”, un zorrero que lo mismo se metía a una casa común a la mismísima casa del presidente de la República.

Pero se defendió en un a entrevista al decir: ”momento, no soy ratero, yo soy un ladrón”, claro lo explicó al indicar que no andaba pescueceando, es decir aplicando la llave china, sino que entraba a las casas con el mayor sigilo y robaba lo que podía.

Pero ese tiempo ya pasó, ahora vemos videos, un día si y el otro también, donde se observa a hombres y mujeres que violentamente asaltan a los usuarios del transporte público o bien roban en las calles montados en motonetas.

Así que la sociedad está temerosa de ser víctima de un robo, sobre todo cuando acude al banco, aunque saque unos cuantos pesos, porque no son pocas las ocasiones en que los ladrones piden hasta el monto exacto de lo retirado.

La otra modalidad, es al sorprender a los automovilistas atrapados en el tráfico vehicular, para despojarlos del celular, el reloj o la cartera y hasta el bolso de la señora, si es que viaja ahí mismo.

Esta última modalidad es la que le pasó al mismísimo tío de la jefa de gobierno, quien fue victima del hampa mientras trataba de salvar el tránsito vehicular.

Y es que la delincuencia no perdona, asalta parejo, como quedó demostrado ya. La tarea es de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, encargada de la prevención de la delincuencia, que no puede ponerle un policía a cada ciudadanos, sea quien sea, pero si debe mantener el orden en las zonas que se saben son peligrosas o susceptibles de que opere la delincuencia.

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