En tiempos de pandemia, donde todos los sectores de la sociedad están en desgracia económica, la antorcha de la opulencia no se apaga para los privilegiados. Y es que un grupo de profesores del Sindicato de Maestros al Servicio del Estado de México apretó el botón de las alertas para conocer el destino de millones de pesos, dejando entre ver que las prácticas turbias de las históricas mafias que han controlado a ese gremio siguen operando. El cuestionamiento que hacen los mentores es directo y va sobre la dirigencia que preside José Manuel Uribe Navarrete. Aunque el argumento del sindicato es el mismo de siempre, relacionado a que la organización "pugna" por los intereses de los maestros, los profesores incómodos para el grupúsculo que "rebana el queso", demandan saber dónde quedaron los dineros que se "invirtieron" en mayo pasado en ocasión del Día del Maestro, en el marco de los tradicionales festejos, pero con la salvedad de que en esta ocasión, por la pandemia, pues nomás no hubo el bullicio de años anteriores. La "danza", dicen, es de al menos 15 millones de pesos, cuyos fondos se aplicaron supuestamente en celebraciones por el 15 de mayo, mismas que nadie sabe quién festejó en medio de la emergencia sanitaria. La reputación de dicho sindicato es una de las más cuestionadas, debido a que “por arte de magia” sus dirigentes tienen la peculiar característica de convertirse rápidamente en “gente bien”.
A RENGLÓN SEGUIDO
AQUELLA frase de que "el que nada debe nada teme" la está pregonando el alcalde de Tlalnepantla, Raciel Pérez Cruz, al referirse a las auditorías del Órgano Superior de Fiscalización del Estado de México sobre su administración. Nada que espante a nadie es la tónica del edil frente a algunos de sus detractores... REALIDAD común e inocultable es la que tienen Ecatepec y Coacalco, municipios vecinos que además comparten gobiernos de la misma filiación política. Los dos tienen la desgracia de estar a merced de los delincuentes, según los últimos datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. A casi dos años de administración, tanto Fernando Vilchis como Darwin Eslava, los alcaldes, llevan a cuestas las promesas incumplidas en materia de seguridad, aunque ellos aseguren que van "viento en popa".
