/ miércoles 28 de octubre de 2020

#JusticiaParaGe

Imagínese que un sábado por la tarde, le llegaran a informar que un familiar suyo fue atropellado y muerto por un borracho que conducía su camioneta BMW a exceso de velocidad y que se pasó un alto. Imagínese después, que este borracho que nadie sabe quién es, que no se identificó, ni nadie sabe dónde vive, tuvo privilegios desde que fue detenido por la policía, pasando unas cuantas horas en el MP y liberado por un juez ¿cómo se sentiría usted?

Este es el martirio por el que está pasando la familia de Gerardo Cardoso Cortés de 25 años de edad, ingeniero egresado de la UNAM, quien apenas hace unos meses regresó de una Maestría en España, y fue atropellado en su motocicleta y fallecido en la esquina del Cerro del Cubilete, colonia Campestre, por un sujeto que dijo llamarse Rodolfo Esquivel, que se pasó un semáforo rojo a alta velocidad, y que claramente conducía muy borracho, evidenciado por videos de los vecinos.

No comprobó nada, ni donde reside, pero la Juez de control Claudia Verónica Monroy Ramírez, le dio 3 días para presentar un comprobante de domicilio, y 20 días para que presente alguna identificación ¡dejándolo en libertad!

Y en sesión pública todavía le dijo al criminal: “No quiero imaginarme el dolor de perder un hijo, pero no por eso lo voy a mandar a la cárcel”.

Imagínese y sienta la indignación de la familia, cuando la encargada de hacer justicia, deja libre al criminal que asesinó a Gerardo. Los puristas podrán decir que se trató de un accidente ¿pero qué accidente puede haber cuando alguien conduce en estado de ebriedad y mata a alguien?

Apenas antier la familia de Ge como lo conocían a Gerardo, fueron recibidos por la Fiscal Ernestina Godoy. Al salir de la reunión el abogado de la familia declaró que se reconoció que hubo fallas en la carpeta de investigación y en la actuación del ministerio público, con lo que se abre un expediente en la Fiscalía, quien ha asumido sus deficiencias

La Fiscal ya dio la cara, falta ahora el Tribunal Superior de Justicia. No solapen la corrupción, a toda luz evidente.

Imagínese que un sábado por la tarde, le llegaran a informar que un familiar suyo fue atropellado y muerto por un borracho que conducía su camioneta BMW a exceso de velocidad y que se pasó un alto. Imagínese después, que este borracho que nadie sabe quién es, que no se identificó, ni nadie sabe dónde vive, tuvo privilegios desde que fue detenido por la policía, pasando unas cuantas horas en el MP y liberado por un juez ¿cómo se sentiría usted?

Este es el martirio por el que está pasando la familia de Gerardo Cardoso Cortés de 25 años de edad, ingeniero egresado de la UNAM, quien apenas hace unos meses regresó de una Maestría en España, y fue atropellado en su motocicleta y fallecido en la esquina del Cerro del Cubilete, colonia Campestre, por un sujeto que dijo llamarse Rodolfo Esquivel, que se pasó un semáforo rojo a alta velocidad, y que claramente conducía muy borracho, evidenciado por videos de los vecinos.

No comprobó nada, ni donde reside, pero la Juez de control Claudia Verónica Monroy Ramírez, le dio 3 días para presentar un comprobante de domicilio, y 20 días para que presente alguna identificación ¡dejándolo en libertad!

Y en sesión pública todavía le dijo al criminal: “No quiero imaginarme el dolor de perder un hijo, pero no por eso lo voy a mandar a la cárcel”.

Imagínese y sienta la indignación de la familia, cuando la encargada de hacer justicia, deja libre al criminal que asesinó a Gerardo. Los puristas podrán decir que se trató de un accidente ¿pero qué accidente puede haber cuando alguien conduce en estado de ebriedad y mata a alguien?

Apenas antier la familia de Ge como lo conocían a Gerardo, fueron recibidos por la Fiscal Ernestina Godoy. Al salir de la reunión el abogado de la familia declaró que se reconoció que hubo fallas en la carpeta de investigación y en la actuación del ministerio público, con lo que se abre un expediente en la Fiscalía, quien ha asumido sus deficiencias

La Fiscal ya dio la cara, falta ahora el Tribunal Superior de Justicia. No solapen la corrupción, a toda luz evidente.