/ lunes 27 de septiembre de 2021

Javier Reyes de la Campa, el banquero en bancarrota

En las últimas semanas mucho se ha hablado de Javier Reyes de la Campa y su desastrosa gestión como director del banco Accendo.

La Comisión Nacional Bancaria de Valores (CNBV) tiene documentadas diversas anomalías como transferencias inusuales, captación de capital de dudosa procedencia, gobierno corporativo manejado a su antojo y falsas promesas de levantamiento de inversión para ganar tiempo antes de que sea intervenido el banco.

El entramado comenzó en el año 2016 cuando Carlos Djemal perdió el control de Investabank, justo cuando el gobierno de Estados Unidos lo acusó de lavado de dinero.

Dos años más tarde apareció Javier Reyes y un equipo directivo que para suerte de ellos nunca pudieron controlar los caprichos y malos manejos del entonces mayor accionista del nuevo o reconvertido banco que hoy se llama Accendo.

Pasaron tres años para que Javier Reyes de la Campa consumara uno de los peores manejos del sistema financiero moderno. Nadie sabe cómo se lo permitieron, pero los días de tranquilidad para este banquero están contados para el gobierno de Andrės Manuel López Obrador.

Reyes de la Campa renunció el 23 de septiembre a la Dirección de Accendo, pero con una argucia legal para que la salida se haga verdaderamente efectiva el 16 de octubre. Una simulación dirían los espectadores, para intentar en menos de 30 días levantar capital de un iluso empresario o fondo.

Hacienda, de Rogelio Ramírez de la O, la UIF, de Santiago Nieto, la CNBV, de Juan Pablo Graff, y los abogados de su antiguo socio, Moisés Cosío, lo tienen cercado al igual que a su familia.

Las investigaciones concluyeron y presuntamente ofrecen evidencia de malos manejos que rompen las regulaciones del sistema bancario nacional, pero también hay personas cercanas a Reyes de la Campa que se beneficiaron y son observados.

Justo la semana pasada el equipo de Santiago Nieto recibió una denuncia para indagar las últimas supuestas anomalías que arrastra el todavía director de Accendo.

Incluso, no descarte que se haya dado aviso a la Secretaría de Relaciones Exteriores de Marcelo Ebrard para evitar que Javier Reyes de la Campa y su familia huyan de México.

Las autoridades mexicanas saben dónde se encuentra, así como su plan para intentar no pisar la cárcel. El tiempo es lo único que tiene, pues ningún empresario que ha visitado se entusiasma para inyectarle capital a un banco que despide la palabra problemas.

Y aunque sus aliados dicen que viene un fondo con 30 millones de dólares, mucho se comenta entre empresarios y autoridades del desastre financiero y el presunto fraude que le hizo a su ex socio, Moisés Cosío, quien invirtió millones y millones de dólares que Reyes de la Campa jamás regresó.

Las disputas entre los socios siguen subiendo de tono. Accendo comienza a ser noticia, pero no necesariamente por sus altos niveles de capitalización, crecimiento o logros que superan las expectativas del mercado mexicano. Al final, se habla de personas que han fallado y se esperan consecuencias graves en el entorno de los que algún día presumían juventud y estrategias disruptivas.

Algunos les llaman negocios de saliva.

En las últimas semanas mucho se ha hablado de Javier Reyes de la Campa y su desastrosa gestión como director del banco Accendo.

La Comisión Nacional Bancaria de Valores (CNBV) tiene documentadas diversas anomalías como transferencias inusuales, captación de capital de dudosa procedencia, gobierno corporativo manejado a su antojo y falsas promesas de levantamiento de inversión para ganar tiempo antes de que sea intervenido el banco.

El entramado comenzó en el año 2016 cuando Carlos Djemal perdió el control de Investabank, justo cuando el gobierno de Estados Unidos lo acusó de lavado de dinero.

Dos años más tarde apareció Javier Reyes y un equipo directivo que para suerte de ellos nunca pudieron controlar los caprichos y malos manejos del entonces mayor accionista del nuevo o reconvertido banco que hoy se llama Accendo.

Pasaron tres años para que Javier Reyes de la Campa consumara uno de los peores manejos del sistema financiero moderno. Nadie sabe cómo se lo permitieron, pero los días de tranquilidad para este banquero están contados para el gobierno de Andrės Manuel López Obrador.

Reyes de la Campa renunció el 23 de septiembre a la Dirección de Accendo, pero con una argucia legal para que la salida se haga verdaderamente efectiva el 16 de octubre. Una simulación dirían los espectadores, para intentar en menos de 30 días levantar capital de un iluso empresario o fondo.

Hacienda, de Rogelio Ramírez de la O, la UIF, de Santiago Nieto, la CNBV, de Juan Pablo Graff, y los abogados de su antiguo socio, Moisés Cosío, lo tienen cercado al igual que a su familia.

Las investigaciones concluyeron y presuntamente ofrecen evidencia de malos manejos que rompen las regulaciones del sistema bancario nacional, pero también hay personas cercanas a Reyes de la Campa que se beneficiaron y son observados.

Justo la semana pasada el equipo de Santiago Nieto recibió una denuncia para indagar las últimas supuestas anomalías que arrastra el todavía director de Accendo.

Incluso, no descarte que se haya dado aviso a la Secretaría de Relaciones Exteriores de Marcelo Ebrard para evitar que Javier Reyes de la Campa y su familia huyan de México.

Las autoridades mexicanas saben dónde se encuentra, así como su plan para intentar no pisar la cárcel. El tiempo es lo único que tiene, pues ningún empresario que ha visitado se entusiasma para inyectarle capital a un banco que despide la palabra problemas.

Y aunque sus aliados dicen que viene un fondo con 30 millones de dólares, mucho se comenta entre empresarios y autoridades del desastre financiero y el presunto fraude que le hizo a su ex socio, Moisés Cosío, quien invirtió millones y millones de dólares que Reyes de la Campa jamás regresó.

Las disputas entre los socios siguen subiendo de tono. Accendo comienza a ser noticia, pero no necesariamente por sus altos niveles de capitalización, crecimiento o logros que superan las expectativas del mercado mexicano. Al final, se habla de personas que han fallado y se esperan consecuencias graves en el entorno de los que algún día presumían juventud y estrategias disruptivas.

Algunos les llaman negocios de saliva.