/ martes 19 de octubre de 2021

IP motor de la economía

La participación de la iniciativa privada en México es determinante para el desarrollo económico del país, por lo cual el gobierno de México no puede prescindir de nuevos capitales, sobre todo en un entorno en donde las nuevas tecnologías avanzan rápidamente, como viene ocurriendo en el Sector energético o, caso contrario, porque Petróleos Mexicanos (Pemex) enfrenta una severa crisis financiera, amén del desastre económico nacional por el pésimo manejo del embate del COVID-19.

En el tema de energía hay una gran oportunidad, un gran espacio para detonar grandes proyectos de infraestructura pasando en el crecimiento de largo plazo en el país, eso ayudaría muchísimo a fortalecer el entorno a la inversión, pero hemos visto que la política energética no ha estado favoreciendo mucho a la inversión privada. Abrir el sector energético a la iniciativa privada será un catalizador que permita una mayor recuperación económica tras la crisis generada por la pandemia de Covid-19, puesto que da mensajes de certeza por parte de la administración para incrementar los niveles de inversión.

El sector empresarial mexicano perfila “optimismo” para México durante el segundo tramo del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, impulsado por el dinamismo económico de Estados Unidos, pero reitera que cualquier cambio, como se insiste con la reforma a la industria eléctrica, inyectará “tensión” entre los inversionistas. Sin embargo, no debe haber cambio de reglas para dar confianza, y la inversión necesita respeto a la legalidad, que las normas no se estén cambiando, que tengamos reglas del juego clarísimas y eso va atraer la inversión.

La inversión privada continúa siendo el motor de la reactivación de la inversión nacional, pues de enero a junio del presente año creció en 1.4 puntos a 17.1 puntos del PIB en comparación con el último semestre 2020, mientras que la inversión pública cayó de 2.8 a 2.4 puntos del producto, de acuerdo con cálculos a partir de los Indicadores de la Oferta y Demanda y del Ahorro Bruto, divulgados por el Inegi.

Por otro parte, en México existen más de 4.3 millones de PyMEs que generan el 72% de la fuerza laboral formal y contribuyen en la producción del 52% del PIB, es decir del Producto Interno Bruto del país. Sin embargo, estos son “otros datos” para el gobierno federal, ya que su único objetivo es el clientelismo político. Al tiempo.

La participación de la iniciativa privada en México es determinante para el desarrollo económico del país, por lo cual el gobierno de México no puede prescindir de nuevos capitales, sobre todo en un entorno en donde las nuevas tecnologías avanzan rápidamente, como viene ocurriendo en el Sector energético o, caso contrario, porque Petróleos Mexicanos (Pemex) enfrenta una severa crisis financiera, amén del desastre económico nacional por el pésimo manejo del embate del COVID-19.

En el tema de energía hay una gran oportunidad, un gran espacio para detonar grandes proyectos de infraestructura pasando en el crecimiento de largo plazo en el país, eso ayudaría muchísimo a fortalecer el entorno a la inversión, pero hemos visto que la política energética no ha estado favoreciendo mucho a la inversión privada. Abrir el sector energético a la iniciativa privada será un catalizador que permita una mayor recuperación económica tras la crisis generada por la pandemia de Covid-19, puesto que da mensajes de certeza por parte de la administración para incrementar los niveles de inversión.

El sector empresarial mexicano perfila “optimismo” para México durante el segundo tramo del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, impulsado por el dinamismo económico de Estados Unidos, pero reitera que cualquier cambio, como se insiste con la reforma a la industria eléctrica, inyectará “tensión” entre los inversionistas. Sin embargo, no debe haber cambio de reglas para dar confianza, y la inversión necesita respeto a la legalidad, que las normas no se estén cambiando, que tengamos reglas del juego clarísimas y eso va atraer la inversión.

La inversión privada continúa siendo el motor de la reactivación de la inversión nacional, pues de enero a junio del presente año creció en 1.4 puntos a 17.1 puntos del PIB en comparación con el último semestre 2020, mientras que la inversión pública cayó de 2.8 a 2.4 puntos del producto, de acuerdo con cálculos a partir de los Indicadores de la Oferta y Demanda y del Ahorro Bruto, divulgados por el Inegi.

Por otro parte, en México existen más de 4.3 millones de PyMEs que generan el 72% de la fuerza laboral formal y contribuyen en la producción del 52% del PIB, es decir del Producto Interno Bruto del país. Sin embargo, estos son “otros datos” para el gobierno federal, ya que su único objetivo es el clientelismo político. Al tiempo.