Es una paradoja que en la época con el mayor acceso a la información y al conocimiento, la humanidad enfrente el problema de ¿cómo distinguir qué es verdad y qué es mentira?
La Organización Mundial de la Salud (OMS) definió como infodemia la propagación de información falsa e incorrecta que incluye intentos deliberados para socavar la respuesta de salud pública y promover agendas alternativas de grupos o individuos.
La OMS alerta que la infodemia puede convertirse en un problema de salud pública al generar estigmatización, provocar que las personas dejen de aplicar medidas de protección e incluso alentar conductas de riesgo. Como ocurrió con el rechazo al uso de cubrebocas.
Durante la pandemia, todos los países del mundo han sufrido los estragos de la infodemia y México no ha sido la excepción. Lo lamentable es que mucha de esa información incorrecta, contradictoria, poco clara, incompleta o tergiversada ha provenido de las autoridades encargadas de la gestión de la crisis sanitaria.
Hace un año (25 de septiembre de 2020), México acumulaba más de 75 mil defunciones y 700 mil casos. Hoy, hasta el corte del 19 de septiembre de 2021, se acumulan 271 mil 503 defunciones y un total de 3 millones 569 mil 677 casos confirmados (con el registró de 200 fallecimientos más y 4 mil 983 nuevos casos más en las últimas 24 horas).
La errática estrategia sanitaria subestimó desde el inicio la peligrosidad del Covid al señalar que su virulencia era más baja que la influenza. Se llamó a la población a seguir abrazándose, saliendo e ir a las fondas y restaurantes; no se canceló el concierto Vive Latino en el Zócalo y, con total irresponsabilidad, se prefirió hacer un uso político del cubrebocas y las vacunas por encima del interés de la salud pública.
El más reciente error fue negar el derecho a niños con diabetes tipo 1 a recibir la vacuna antiCovid. Qué bueno que el gobierno corrigió su equivocación. Pero el discurso insensible y falto de todos los valores que rigen la ética médica con que se argumentó esa negativa quedará en la memoria colectiva y se sumará al acervo de la improvisada y fallida estrategia sanitaria. Ahora, los propagandistas oficiales pretenden indecentemente endosar a la ciudadanía el saldo letal de la pandemia, diciendo de forma frívola y temeraria que los contagios siguen al alza porque la gente no se cuida. Esto también es infodemia, porque nunca se diseñó una estrategia articulada, integral, con objetivos medibles para la contención de la pandemia y se hizo a un lado al Consejo de Salubridad General.
