Por si fuera poco con el COVID-19, ahora resulta que otra pandemia llamada “infodemia” -no sé si más o menos letal que la primera- amenaza el bienestar de la población mexicana.
Los que saben, dicen que esta otra pandemia se caracteriza por la rápida propagación de noticias falsas (fake news), a través de las ya no tan benditas redes sociales, lo cual ha prendido todas las alertas en las más altas esferas del poder político mexicano, ameritando somníferas disertaciones y redoblado estrategias bélicas en el mundo virtual, para contrarrestarla.
Ojalá toda esta atención también se diera para resolver problemas mucho más urgentes frente a la pandemia por COVID-19 que solo vino a evidenciar las graves carencias e insuficiencias con que opera el Sistema Nacional de Salud.
La economía es otro tema urgente que ha sido soslayado durante la pandemia y que amenaza con incrementar los niveles de pobreza en el país. De a acuerdo con una medición reciente realizada por investigadores de la Universidad Iberoamericana, hasta la primera quincena de abril, entre 5.2 y 8.1 millones de personas reportaron haber perdido su empleo por la contingencia.
Otro dato preocupante que encontró este estudio fue que un tercio de la población mexicana reporta una caída en su ingreso de al menos un 50%, mientras que el sector industrial, de acuerdo con datos de Concamin, advierte que 6 de cada 10 empresas enfrentan problemas de liquidez, porque ya no están cobrando nada.
La falta de información clara, precisa y con base en evidencia científica también ha sido otro tema de preocupación e incertidumbre para toda la población. Según la OCDE, México es el país con menos pruebas aplicadas por cada mil habitantes: 0.4 frente a 22.9 del promedio de los países miembros.
Se dijo en un principio que la interrupción de actividades duraría 30 días, por lo que las empresas y las familias hicieron todo lo posible para tomar las provisiones necesarias para aguantar ese periodo, el cual, sin embargo, se ha prolongado más de la cuenta y lleva ya prácticamente 60 días y contando.
Los ex Secretarios de Salud, José Narro, Salomón Chertorivsky y Julio Frenk Mora cuestionaron la certeza y veracidad de los datos que se han venido dando sobre la pandemia, y en vez de que las autoridades gubernamentales refuten estas declaraciones con el peso de la evidencia científica, se deslindan con argumentos político-ideológicos que hoy por hoy no resuelven nada.
“¿Cómo no caer de rodillas ante el altar de la certeza?”…Umberto Eco.