/ miércoles 10 de febrero de 2021

Gobernanza Digital

Las redes sociales han asumido un rol determinante dentro de todas las sociedades del mundo. Y así como han significado cambios positivos, hay alertas que hacen indispensable el debate sobre como regular o establecer Derecho sobre lo que ahora no existe.

Premisas para esta necesidad: Discursos de odio, polarización y la infodemia, que es la proliferación de noticias falsas, particularmente en elecciones y más sensible hoy con la pandemia.

Y así como tiene que ver con el Derecho, también entra el papel que como agente económico preponderante tienen estas grandes transnacionales, que no pagan impuestos en nuestro país, ni tienen ningún tipo de regulación, permitiendo la competencia desleal con otros medios, e inclusive lavado de dinero.

Por ello, la polémica iniciativa del Senador Ricardo Monreal nuevamente pone el dedo en la llaga en algo que no debería espantarnos, ya que aunque hay poca bibliografía, en Europa desde hace por lo menos 10 años se viene discutiendo ¿Cómo regular las redes sociales?

No hay que confundirse: no se trata de ninguna forma de coartar la libertad de expresión, ni de entrometerse en la empresa privada.

Los medios de comunicación, la radio, la tv y la prensa escrita, pagan impuestos, nóminas, y están regulados en elecciones por el INE y en temas particulares (protección de datos personales por ejemplo) por la Secretaría de Gobernación. Hay consecuencias si se incumple alguna disposición, con altas multas que se deben pagar si se infringen.

En las redes sociales esto no existe. No están reglamentadas y son libres de recibir dinero no contabilizado en campañas electorales. Solo hay que recordar los pagos millonarios que partidos políticos pagan a artistas, deportistas o influencers por hablar bien de ellos, sin ningún tipo de restricción.

O el dineral que pagan políticos por viralizar contenidos, millones de pesos que no sabemos de dónde salen.

Hay que entrarle al debate considerando dos aspectos: la complejidad técnica de regular, y la cooperación global por encima de cualquier legislación nacional. Es la era digital.



Las redes sociales han asumido un rol determinante dentro de todas las sociedades del mundo. Y así como han significado cambios positivos, hay alertas que hacen indispensable el debate sobre como regular o establecer Derecho sobre lo que ahora no existe.

Premisas para esta necesidad: Discursos de odio, polarización y la infodemia, que es la proliferación de noticias falsas, particularmente en elecciones y más sensible hoy con la pandemia.

Y así como tiene que ver con el Derecho, también entra el papel que como agente económico preponderante tienen estas grandes transnacionales, que no pagan impuestos en nuestro país, ni tienen ningún tipo de regulación, permitiendo la competencia desleal con otros medios, e inclusive lavado de dinero.

Por ello, la polémica iniciativa del Senador Ricardo Monreal nuevamente pone el dedo en la llaga en algo que no debería espantarnos, ya que aunque hay poca bibliografía, en Europa desde hace por lo menos 10 años se viene discutiendo ¿Cómo regular las redes sociales?

No hay que confundirse: no se trata de ninguna forma de coartar la libertad de expresión, ni de entrometerse en la empresa privada.

Los medios de comunicación, la radio, la tv y la prensa escrita, pagan impuestos, nóminas, y están regulados en elecciones por el INE y en temas particulares (protección de datos personales por ejemplo) por la Secretaría de Gobernación. Hay consecuencias si se incumple alguna disposición, con altas multas que se deben pagar si se infringen.

En las redes sociales esto no existe. No están reglamentadas y son libres de recibir dinero no contabilizado en campañas electorales. Solo hay que recordar los pagos millonarios que partidos políticos pagan a artistas, deportistas o influencers por hablar bien de ellos, sin ningún tipo de restricción.

O el dineral que pagan políticos por viralizar contenidos, millones de pesos que no sabemos de dónde salen.

Hay que entrarle al debate considerando dos aspectos: la complejidad técnica de regular, y la cooperación global por encima de cualquier legislación nacional. Es la era digital.