/ martes 1 de octubre de 2019

Fortalecer la cultura preventiva

Hace unos días se celebró el Día Internacional de la Protección Civil y varios gobiernos estatales realizaron eventos para hacer un balance y coincidieron en la necesidad de fortalecer los esquemas para lograr una pronta respuesta ante una emergencia.

Los sismos de 1985 nos dejaron varios aprendizajes y fueron el punto de partida para cambiar la forma de pensar de todos, de las autoridades y habitantes de esta gran Ciudad de México.

Fue posible reconocer la falta de instrumentos de prevención y actuación ante una situación de emergencia, así como una nula coordinación entre las partes involucradas. Ha sido conforme avanza el tiempo que poco a poco ha habido un cambio de fondo. Sin embargo, todavía nos falta mucho por hacer.

Es necesario fortalecer la cultura preventiva ante contingencias y desastres naturales, es importante actualizar y armonizar toda la legislación que tengan relación con la protección civil, así como incorporar a agrupaciones o asociaciones de voluntarios en la tareas de la prevención y atención en caso de un desastre natural.

La protección civil debería ser uno de los temas más revisados por las autoridades y legisladores, pues de cómo se instrumente un protocolo depende la vida de cientos de personas. Quienes vivimos en esta gran Ciudad de México estamos expuestos a sismos y a la cercanía con el volcán Popocatépetl. Y aún así, nos falta fortalecer nuestra cultura de protección civil.

El pasado cinco de agosto entró en vigor la Ley de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil de la Ciudad de México, la cual elimina varios trámites que fomentaban la corrupción y que implica un cambio en la regulación de las operaciones de las micro, medianas y grandes empresas.

Entre sus beneficios está la eliminación del trámite de autorización de los Programas Internos de Protección Civil ante las alcaldías. Solo se requerirá que el propietario del negocio consulte a un tercero acreditado en protección civil para que sea el responsable de verificar el cumplimiento de la norma y darle seguimiento, con el objetivo que las empresas puedan reaccionar ante una emergencia.

Habrá que conocer cuáles serán los cambios en materia de protección civil y continuar con las acciones para fortalecer las medidas de prevención. Todos debemos estar atentos y contribuir a mejores prácticas en este sentido.

Hace unos días se celebró el Día Internacional de la Protección Civil y varios gobiernos estatales realizaron eventos para hacer un balance y coincidieron en la necesidad de fortalecer los esquemas para lograr una pronta respuesta ante una emergencia.

Los sismos de 1985 nos dejaron varios aprendizajes y fueron el punto de partida para cambiar la forma de pensar de todos, de las autoridades y habitantes de esta gran Ciudad de México.

Fue posible reconocer la falta de instrumentos de prevención y actuación ante una situación de emergencia, así como una nula coordinación entre las partes involucradas. Ha sido conforme avanza el tiempo que poco a poco ha habido un cambio de fondo. Sin embargo, todavía nos falta mucho por hacer.

Es necesario fortalecer la cultura preventiva ante contingencias y desastres naturales, es importante actualizar y armonizar toda la legislación que tengan relación con la protección civil, así como incorporar a agrupaciones o asociaciones de voluntarios en la tareas de la prevención y atención en caso de un desastre natural.

La protección civil debería ser uno de los temas más revisados por las autoridades y legisladores, pues de cómo se instrumente un protocolo depende la vida de cientos de personas. Quienes vivimos en esta gran Ciudad de México estamos expuestos a sismos y a la cercanía con el volcán Popocatépetl. Y aún así, nos falta fortalecer nuestra cultura de protección civil.

El pasado cinco de agosto entró en vigor la Ley de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil de la Ciudad de México, la cual elimina varios trámites que fomentaban la corrupción y que implica un cambio en la regulación de las operaciones de las micro, medianas y grandes empresas.

Entre sus beneficios está la eliminación del trámite de autorización de los Programas Internos de Protección Civil ante las alcaldías. Solo se requerirá que el propietario del negocio consulte a un tercero acreditado en protección civil para que sea el responsable de verificar el cumplimiento de la norma y darle seguimiento, con el objetivo que las empresas puedan reaccionar ante una emergencia.

Habrá que conocer cuáles serán los cambios en materia de protección civil y continuar con las acciones para fortalecer las medidas de prevención. Todos debemos estar atentos y contribuir a mejores prácticas en este sentido.