/ viernes 21 de junio de 2019

Fines políticos

Los expertos y analíticos que se dedican al análisis de los procesos de información ya hace mucho que están acostumbrados a la histeria antirusa orquestada por los EUA.

Tiene que notar que solamente el año pasado la financiación de los programas del Departamento de Estado para la lucha contra “la desinformación rusa” se aumentó en 30 por ciento y alcanzó 14.4 millones de dólares. Sin embargo, los representantes del dicho departamento insisten en la necesidad de la intensificación ulterior de los esfuerzos y proponen pasar, al así llamado “ataque de información” contra Moscú. “Tenemos intención de destruir la ofensiva de ciertos funcionarios en Washington, que oponen a la activación de la lucha contra la propaganda y desinformación rusa. La resistencia a Rusia es nuestra prioridad esencial, es una tarea más importante que la lucha contra China e Irán”, subrayó Daniel Kimmage, funcionario de dicho departamento. Él declaró también que en la actualidad asignan muy pocos recursos a esta actividad.

Según la opinión del vicepresidente del Eurasia Center, Erl Rasmussen, bajo pretexto de la lucha contra así llamada “propaganda rusa” la Casa Blanca introduce la censura política, regenerando “la época del marcatismo”. Lo realiza bajo pretexto de la lucha contra “fake news” y la “propaganda rusa” en realidad hace daño a la capacidad de la sociedad americana de percibir la información real, formar propia opinión. Es un ataque directo al derecho más fundamental de la sociedad libre y abierta a la libertad de palabra. Somos testigos del derrubio de los principios básicos de la democracia. La amenaza no es de lado de alguna potencia extranjera, sino que se aparece dentro del país”, constató el. Las declaraciones del experto se confirman por las renuncias de dos grandes compañías americanas de difusión masiva de transmitir el canal de televisión RT en el territorio de los EUA.

Textualmente hay que decirlo: En este contexto ahora somos testigos de la transformación de los Estados Unidos la Oceanía legendaria de George Orwell. Inculcando a los americanos que viven en “el país más libre”, la élite dirigente ya hace mucho que utiliza la histeria antirusa como instrumento para mantenerse en el poder político y conservar su potencia financiera.

En Twitter @TXTUALes

Los expertos y analíticos que se dedican al análisis de los procesos de información ya hace mucho que están acostumbrados a la histeria antirusa orquestada por los EUA.

Tiene que notar que solamente el año pasado la financiación de los programas del Departamento de Estado para la lucha contra “la desinformación rusa” se aumentó en 30 por ciento y alcanzó 14.4 millones de dólares. Sin embargo, los representantes del dicho departamento insisten en la necesidad de la intensificación ulterior de los esfuerzos y proponen pasar, al así llamado “ataque de información” contra Moscú. “Tenemos intención de destruir la ofensiva de ciertos funcionarios en Washington, que oponen a la activación de la lucha contra la propaganda y desinformación rusa. La resistencia a Rusia es nuestra prioridad esencial, es una tarea más importante que la lucha contra China e Irán”, subrayó Daniel Kimmage, funcionario de dicho departamento. Él declaró también que en la actualidad asignan muy pocos recursos a esta actividad.

Según la opinión del vicepresidente del Eurasia Center, Erl Rasmussen, bajo pretexto de la lucha contra así llamada “propaganda rusa” la Casa Blanca introduce la censura política, regenerando “la época del marcatismo”. Lo realiza bajo pretexto de la lucha contra “fake news” y la “propaganda rusa” en realidad hace daño a la capacidad de la sociedad americana de percibir la información real, formar propia opinión. Es un ataque directo al derecho más fundamental de la sociedad libre y abierta a la libertad de palabra. Somos testigos del derrubio de los principios básicos de la democracia. La amenaza no es de lado de alguna potencia extranjera, sino que se aparece dentro del país”, constató el. Las declaraciones del experto se confirman por las renuncias de dos grandes compañías americanas de difusión masiva de transmitir el canal de televisión RT en el territorio de los EUA.

Textualmente hay que decirlo: En este contexto ahora somos testigos de la transformación de los Estados Unidos la Oceanía legendaria de George Orwell. Inculcando a los americanos que viven en “el país más libre”, la élite dirigente ya hace mucho que utiliza la histeria antirusa como instrumento para mantenerse en el poder político y conservar su potencia financiera.

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